Desesperación

GAARA DOS

Cuando despertó se sentia confundido y algo mareado. Le bastó unos segundos para recordar dónde estaba y por qué. Se levantó y fue a lavarse.

Al cabo de unos momentos la puerta se abrió y el rubio entró nuevamente llevando la misma mesada con ruedas solo que en esta ocasión le traía el desayuno.

Un café con leche y dos medialunas con un jugo de naranja y una botella de soda hecha de plástico. De hecho toda la vajilla era de plastico.

Colocó todo sobre el escritorio pero previamente llevó a la colcha a la cama. 
Gaara permanecia apoyado sobre la pared cruzado de brazos mientras miraba al rubio con detenimiento.

Le resultaba extrañamente familiar aunque no lograba recordar dónde lo hubo conocido y no se animaba a preguntarle por temor a ser malinterpretado ya que en un lugar como ese sabía que debía protegerse.

El rubio le hablaba de todo un poco sonriendole con aparente sinceridad pero el pelirrojo solo sentía deseperación. No sabia por qué su padre lo odiaba tanto ni mucho menos entendía el motivo de la muerte de su madre.

Era acusado de su muerte pero lejos de llevarlo a la cárcel lo encerraron en un psiquiátrico. Demasiadas dudas, muchas lagunas mentales tenia y eso solo lograba desesperarlo.

- Antes de que tu desayuno se enfrie consumelo - le dijo el rubio pero Gaara empezó a llorar sintiendose vacío - Por favor, no te hará nada bien si no comes 
- ¿Qué te puede importar a ti si como o no? Después de todo eres un simple enfermero - la voz del pelirrojo se quebró

- Soy Naruto y me interesa ayudarte 
-¿Por qué? No sabes nada sobre mi...
- Eres Gaara y estás aqui porque tu padre te encerró acusandote de haber matado a tu madre pero....

- ¿Pero?
- Se equivoca 
- ¿Se equivoca? ¿En serio lo crees? 
- Si, lo creo 
-¿Por qué?

Naruto se le acercó y le susurró en el oido para solo él y nadie más puedo oirlo mientras fingía revisarlo 
- Te ayudaré a salir de aqui, si quieres saber por qué solo diré que podrás encontrar la respuesta en tu mente  cuando ésta se aclare.

Naruto se alejó del pelirrojo para mirarlo intensamente unos segundos. Luego se fue arrastrando el carrito para cerrar la puerta con llave.

Gaara estaba muy confundido pero las respuestas no llegarían como tampoco lo haria su libertad. Ser odiado por todos fue su forma de vivir que tuvo desde que tiene uso de razón.

No recordaba a alguien, a excepción de su madre mientras estuvo viva, que lo haya querido. Pero ¿cómo murió? ¿Y por qué su padre estaba tan seguro de la mató él, su propio hijo?

En cuanto al enfermero, Naruto, dijo que lo ayudaria a salir de ésta pero ¿por qué haria tal cosa? ¿De dónde se conocian? También le dijo que indague en su mente donde encontraria respuestas pero ¿cómo hacerlo estando encerrado en un lugar donde solo reinaba la locura?

Desayuno mientras meditaba aquello. Necesitaba serenar su mente o su padre le ganaria en serio. Media hora después de haber terminado el desayuno la puerta se abrió y un enfermero algo y robusto entró para llevarse la vajilla de plástico.

-¿Dónde está el otro enfermero? - su interlocutor lo miró en silencio - El rubio ¿dónde está? - sin decirle nada el enfermero robusto salió con el carrito - ¡Oye! ¡Aguarda! - pero el enfermero cerró la puerta con llave.

Los nervios empezaban a dominarlo, sudaba frío y temblaba ¿por qué? ¿Acaso el enfermero rubio solo era un producto de su imaginación?

Quizás asi sea ya que se encontraba encerrado en un psiquiátrico. Comenzó a llorar amargamente sintiendose desesperado. La única certeza que tenía era que su madre estaba muerta y su padre lo acusaba de ello.

Para poder serenarse tomó uno de los cuadernos, abrió uno de los cajones y sacó una lapicera roja. Luego lo cerró y abrió el cuaderno para contemplar unos instantes las páginas en blanco que tenia frente suyo. Luego respiró hondo y empezó a escribir.

"El Monstruo De La Arena

Las desoladas calles de la ciudad comenzaron a vibrar debido a su llegada. Si bien aún estaba lejos, su poder viajaba mucho mas veloz que de costumbre. Una nube de arena llegó a la ciudad del oeste en pleno día ocultando la luz del sol y envolviendo a dicha ciudad con un manto de arena eliminando la vida que alli había en un instante...."

El robusto enfermero entró interrumpiendo su escritura para inyectarle un liquido ambar. Aquello le embotagó la mente obligandolo a dejar de escribir cerrando así su cuaderno.

El enfermero se fue dejandolo solo y abotagado. Como pudo se arrastró a la cama donde se recostó para que la oscuridad lo envolviera nuevamente.

"Naruto....ayúdame"



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Editado: 02.06.2021

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