Desgarrada

Otro día más

 

-Veo una pintura, definitivamente hay algo sobre una pintura...y un coche, él me está mostrando un coche ahora.

-Dios mío! - La elegante señorita esbozaba incrédulamente. - Si! ¡Él tenía un coche que amaba!

-Si, él quiere que te dirija a su cuarto, hay algo que continua sobre su mesa de cama, ¿verdad?

-Yo...yo aún tengo su perfume. -La mujer susurra intentando recuperarse.

-Bueno, él quiere que lo esparzas cada noche sobre su almohada justo antes de irte a dormir y que digas su nombre tres veces. Eso preparará el camino para que él pueda venir a este mundo por un rato hasta que quedes dormida. Pero debes ayudarlo, el encontrará la manera de hacerte saber que ya llegó.

-Dile que lo haré! Dile que lo haré esta noche, por favor. 

-Él ya lo sabe. - Eleanor respondió calmadamente.

-Él está aquí? ¿Nos escucha? ¿Puede verme?

-Lo siento, ya se ha ido. - Eleanor apaga la vela y empieza a recoger la sal de su mesa.

-Dios mío! Es que no lo puedo creer. Fue tan increíble, se me siguen saliendo las lágrimas, discúlpame...

-No. -Respondió Eleanor. -Es una reacción natural al estrés que está sufriendo tu cuerpo y todo el dolor emocional que levas y necesita demostrarlo.

-No sé cómo agradecerte Eleanor, de verdad.

-Por favor, solo disfruta su presencia esta noche. - Respondió Eleanor sonriendo.

 

La adinerada señorita sonrió también, mientras seguía secándose las lágrimas.

-Oh, Eleanor, por cierto, hice la transferencia dos minutos antes de que abrieras la puerta, espero que ya este ...

-No, no, no, por favor. Ya sabes que no es por eso que te ayudo.

-Lo sé perfectamente Elly, sé que has estado conmigo estos últimos tres años y realmente te lo agradezco.

-Ya sabes, linda.

 

-Elly!-Volteó justo antes de salir del cuarto de invocación. - Si no puedo esparcirlo, porque es un perfume en aceite, o sea no tiene aspersor.

-Solo derrama dos gotas bajo su almohada querida. 

-Claro. -Sonrió y se fue.

 

-Johnny! - Eleanor gritaba fastidiada a su asistente. -Cancela el resto de mis citas de la tarde, voy a salir.

-Estas segura Elly? O sea, es que hay un nuevo cliente y está la mamá de Ben y el señor Crowley. - Johnny sabía que a ella le encantaba el señor Crowley y lo encontraba increíblemente guapo y encantador, pero era casado, algo con lo que Elly no jugaba.

-A qué hora viene Crowley?

-Está a las ... es el último, llega a las nueve.

-Ok, yo también, cancela el resto por favor.

-Hecho.

 

Siempre era relajante para ella manejar de noche. Al mirar la pantalla del tablero del coche, se dio cuenta que aún le quedaban casi tres horas antes de que Luke Crowley llegara a su oficina. Tres horas.

Así que llegó a su departamento en el décimo piso, dejó las llaves sobe la mesa de la entrada y le pidio a su asistente virtual que encendiera las luces suaves en su habitación, que se reprodujera un jazz clásico y saludo a su rottweiler Cassius. Después cerró la puerta de su cuarto encerrándose dentro.

 

Ansiaba un largo baño con todo el estres que sentía. Su trabajo se hacía más difícil cada día. Debía inventarse historias en segundos y tratar de atinar lo más posible. Era un juego de adrenalina que al principio la llenaba de una insana emoción, pero últimamente le parecía ridiculo y tedioso. Ya había pensado en dejar de dedicarse a eso hacía tiempo, pero había un importante obstáculo, su más preciado cliente, el señor Crowley, un acomodado hombre de negocios de mediana edad que había estado requiriendo sus servicios para tratar de contactar a su hermano fallecido, Tom.

 

Crowley era el tipo de hombre al que tienes que voltear a ver. Alto, atlético con una sonrisa hermosa y ojos azules. Eleanor no podía evitar pensar en el cada noche, invariablemente. Se había vuelto una rutina ara ella. A veces en la cama, a veces tomando un baño, Eleanor debía tener a Crowley en su mente y sentirlo en su cuerpo antes de que terminara el día.

 

Sabía que no había ninguna oportunidad con Luke Crowley debido a que era un hombre casado, él incluso le había revelado que tenía una hija que no estaba segura, pero sospechaba que estaba embarazada. ¡Un abuelo! Eso era quizás mucho para Eleanor.  Pero también sabía que lo aceptaría sin dudarlo pr un segundo en el momento que él le pidiera salir, aunque eso estuviera a años luz de convertirse en realidad.

 

Y aunque nunca hablaba mucho de su esposa, llevaba un anillo en su mano izquierda.

 

¿Hola? -Eleanor contestó su celular aun en la tina de baño.

-Elly, soy yo. Te hablo por que el señor Crowley adelanto la cita, dijo que estaría aquí en veinte minutos.

-Carajo! Ofrécele café, pregúntale del clima, no sé, haz tiempo! Necesito mínimo media hora para llegar. - Contestó Elly molesta y apresurándose a salir de la tina.

-Está bien, pero por favor apúrate, ese hombre me da miedo.

 

Al salir de la tina, Elly se soltó el pelo, eligió rápidamente una blusa de seda blanca y un pantalón negro recto, tacones plateados de aguja y una pulsera de plata. Casi se iba cuando sintió que olvidaba algo super importante. Tomó su perfume y se sintió mejor. No podría estar frente a semejante hombre y no oler como una rosa fresca.

Se vistió lo más rápido que pudo, tomó sus llaves y salió rumbo a su oficina.

 

-Está aquí? - Eleanor preguntó con los ojos bien abiertos a Johnny detras de la recepción mientras caminaba apresuradamente hacía la sala donde siempre lo recibía. -Como me veo?

-Si, aquí está. -Johnny se mojó los labios, la veía fijamente. -Te está esperando.

-Ok, déjanos solos.

-Tú sabes que nunca hago eso. -Johnny le susurraba mientras la seguía. Siempre escuchaba las sesiones.

 




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