Desgarrada

Mudándome a Florida

La casa era grande y bellísima. Era el tipo de casa con la que la gente sueña, se podía ver el mar desde todas las habitaciones. Eleanor la veía desde fuera, se tomó un minuto para admirarla, no podía creer que ese lugar sería su hogar al menos por un año. Además, la sola posibilidad de llegar a invitar a Crowley a cenar ahí la emocionaba. Y quien sabe, quizás podría invitarle el desayuno también.

 

Con la llave en una mano y su maleta en la otra, se acercó a la puerta principal y notó que había un puño de arena oscura sobre el piso a nos centímetros del marco de la puerta y sintiéndose ya en casa, Elly simplemente esparció la arena con sus tacones hasta que casi no se vio más y abrió la puerta.

 

Se quedó asombrada, el interior era aún más bello. El techo de doble altura la hacía ver aún más lujosa e imponente.

 

Eleanor continúo recorriendo la casa, las vistas eran impresionantes.  La casa quedaba justo frente a la playa. Cada pared tenía pinturas antiguas con temas de seducción. No parecía la casa de una familia. Pero a Elly le emocionaba tanto saber que era su casa, la casa del hombre con el que había soñado por años. y tenía tanto de él, de su estilo. El calor costero se hizo presente. Elly sentía el sudor aumentando en su cuello y espalda mientras subía la escalera.

 

En la segunda planta, había tres habitaciones y aunque todas parecían cómodas y bellas, ella sentía la urgencia de ir a la última. De pronto, al encontrarse en el pasillo del segundo piso, Elly notó que se sentía extrañamente atraída, el aire se sentía denso, el suelo parecía moverse para hacerla avanzar más rápido hacía en esa dirección, por un momento pensó que estaba soñando.

 

Cuando llegó a la habitación principal, ya casi flotando en el aire, se recostó sobre la cama. La cama era antigua, con sabanas satinadas y un tapete rojo escarlata. por un momento todo parecía girar, al punto que debió cerrar los ojos porque al abrirlos sentía que se mareaba, su respiración estaba muy acelerada.

 

Elly escucho y sintió uno de sus zapatos caer al suelo, lo cual era muy extraño ya que recordaba estar usando tazones de correa que tenía bien abrochados, no podrías sacarse fácilmente.

 

Las persianas empezaron a cerrarse, tapando casi toda la luz. En ese punto Eleanor ya no podía moverse.

 

De pronto las persianas se abrieron rápidamente y las sensaciones de su cuerpo se esfumaron también. Volvió a moverse, estaba muy confundida y asustada.

 

-Eleanor? ¿Estás en casa? -Luke Crowley había llegado y debido a que tenía otra llave, ya se encontraba adentro, en el piso de abajo.

 

Eleanor trató de calmarse y acomodarse un poco el pelo. Entonces bajó.

 

- ¡Señor Crowley, hola!

-Wow, esto ya está alcanzando otros niveles, por lo que veo.

-Perdón? -Preguntó Elly confundida.

-La playa en Florida normalmente es calurosa, quizás necesites cambiarte. - Le contestó el, apuntando hacía su blusa casi empapada en sudor.

-No, no, estoy bien. Tiene usted una hermosa casa, señor Crowley. Puedo verme disfrutando mucho mi tiempo aquí.

-Lo sé, yo también pasé increíbles veranos aquí. Tom y yo.

-Claro, me imagino.

-Entonces, estas lista para mudarte?

-Si!

-Bien! Es toda tuya.

-Creo que debemos hablar de números ahora. - Elly se apresuró a decir.

No, por favor. Solo necesito tener la casa ocupada, esto no es por dinero. Así como lo que tú haces.

-Lo sé, pero no puedo estar aquí gratuitamente.

-Ya encontraremos la manera de hacer un trato justo. - Respondió Crowley acercándose un poco a Elly.

-Estoy segura que sí. -Sonrió

-Y si me sigues recibiendo así, no estoy seguro que pueda comportarme como un caballero por siempre.

-Así? -Sonrió astutamente.

-Crowley levantó sus brazos y empezó a abotonar la blusa abierta de Elly.

-Esto no fue a propósito, lo juro. - Eleanor se apresuró a aclarar mientras Luke le cerraba su ultimo botón.

-Me tengo que ir. ¿Puedo regresar más tarde? Odio cenar solo.

-Está es su casa, siéntase libre de venir cada noche. -Dijo Elly encogiéndose de hombros.

-Este ya es el mejor trato que jamás he hecho.  Te veo en la noche.

-Ok, Bye.

 

Eleanor se fue directo a darse un baño.

 

Tomó sus pequeñas botellas de shampoo, productos para el pelo y demás y las puso sobre el lavabo a un lado de la bañera. Estaba cansada y sudorosa.

 

Dentro de la ducha, Elly empezó a recordar lo que había pasado, pero no quería dejar que ese extraño suceso opacara el hecho de que ella estaba a un paso de empezar una relación con Luke Crowley, aunque sabía que aun sentía el ansía por continuar estando sobre aquella cama.

 

Al tomar una toalla, cayó de ella una pequeña nota de papel que no quiso tomar para no mojarlo.

Eleanor se dirigió a su maleta y empezó a elegir ropa, la cual puso sobre la cama. El aire se sentía tibio, así que Elly simplemente se quitó la toalla y se acercó a la ventana y la abrió. Acababa de decidir que esa era la mejor manera de secarse cuando vives en la playa.

Estaba feliz y emocionada e incluso saltó un poco al rededor del cuarto como si fuera una niña, se sentía perfectamente cómoda caminando desnuda por toda la casa y asi lo hizo, hasta que de pronto se topó con la nota que se había caído antes.

 

-Ok, veamos que secretos guardas, Luke Crowley. - Se dijo a si misma mientras recogía el pedazo de papel.

 

La nota dice: ME PERTENECES

 

-Wow, Ok. Entonces quizás no soy la primera en venir a vivir aquí, aparte de la familia, o tal vez estas en quiebra. - Elly siguió pensando en voz alta.

 

Después de dos horas arreglándose y tratando de verse mejor que nunca, Eleanor se vio al espejo y pensó que era el momento esperado, sería la noche que por fin tendría a Luke Crowley, pero no sabía lo que la noche tenía preparado para ella.




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