Las letras se han convertido en mi refugio, un refugio en dónde puedo redactar historias y olvidarme de la realidad, un mundo lejano al terrenal en el cual yo tengo el control.
La escritura no es para personas con conocimientos en el área, al contrario, es para personas heridas por el mundo que buscan la manera de desahogarse entre historias que perduraran por la eternidad entre hojas y tinta.
Este es mi refugio, en dónde puedo desahogarme, expresarme, plasmar mi dolor y el caos interior que me recorre, un refugio en dónde no soy criticado; sino comprendido.