El encierro se ha convertido en mi gran amigo, no más estres, no más una vida de joven, ahora viene el caos, el verdadero caos que debe enfrentar un alma adulta.
Este verano se ha alargado hasta invierno y todavía me consigo escondida entre las paredes de mi habitación sin ninguna intención de enfrentar el mundo que me espera afuera.