Desierto

4

La cena termino y ellos regresaron a su habitación, como ya lo habían planeado esperaron a que la noche estuviera bien entrada para escapar, al menos a Yuuri le había quedado un reloj de bolsillo y cuando este dio la media noche salieron al balcón muy precavidos, no estaba tan alto y ya les habían dado zapatos por tanto las piedras no incomodaron tanto, uno por uno saltaron desde el balcón y se cubrieron con las sombras de la oscura noche, no tardaron mucho en llegar al mercado y el ir cubiertos con las sabanas ayudaba mucho también, casi chocan con dos guardias que hacían ronda en la entrada del mercado pero los esquivaron muy bien, al llegar vieron a los caballos aun despiertos, tomaron unos jarrones y los llenaron con agua, ensillaron los animales muy mansos y se los llevaron caminando, ya bien entrados en la gruta decidieron montarlos y ver la forma de escapar, todos los lugares se parecían mucho y se sintieron perdidos después de dar vueltas por un rato, un silbido en el cielo y la luna brillando en su esplendor, los caballos comenzaron a andar sin que ellos los incitaran.

Pensaron que los animales conocían la salida y simplemente los dejaron avanzar, a lo lejos vieron lo que era la salida de aquel laberinto y se alegraron muchísimo, al salir de nuevo al desierto escucharon el silbido y vieron que era Otabek quien lo hacia, los caballos estaban entrenados para seguir el silbido de los guerreros y todo fue una trampa, Yuuri palideció de inmediato al ver que hasta el rey estaba en un majestuoso caballo azabache y que en sus labios había una sonrisa en forma de corazón que denotaba diversión y maldad al mismo tiempo.

- ¡Correr o morir!- exclamó Yurio azotando su caballo.

Este corrió, pero con una palabra se detuvo y no llego muy lejos, Phichit y Yuuri hicieron lo mismo pero el caballo del moreno se paro en dos patas al escuchar la voz de su amo y lo tumbo al suelo, Yuuri alcanzo a llegar mas lejos y al ver que el animal se detenía salto del caballo para correr.

- ¡No vas a escapar de mi!- escucho la voz ronca de Víktor que lo siguió en su caballo.

Al ir a pie logro meterse por grietas donde Víktor no iba a caber con su caballo, asustado termino perdiéndose en aquellas grutas arenosas, no sabia que les iba a pasar a sus amigos y se sentía muy mal por haberlos dejado pero también estaba aterrado de lo que le pudiera pasar a el, tierra a su izquierda y a su derecha, un pájaro sobrevolando arriba y el sentimiento de angustia creciendo cada vez mas, dejo de correr cuando llego a un claro y se quedo parado recuperando el aliento de su maratónica carrera entre aquellas endonadas asfixiantes, Víktor conocía como la palma de su mano aquel laberinto, lo había recorrido una infinidad de veces cuando era un niño y no tardo en encontrarlo además que su amigo alado le ayudo, sin bajar de su caballo lo tomo de la camisa para subirlo boca abajo sobre sus piernas.

- ¡No, suéltame!- chillo pataleando e intentando bajarse.

- ¡No dejaré que mueras aquí... compórtate!- le dio una nalgada muy fuerte que lo dejo quieto.

La mano de Víktor había pegado de lleno en su trasero, le dolió mucho y le ardió la piel, eso fue suficiente para que Yuuri se quedara quieto mientras el caballo avanzaba, lograron salir y vio a Yurio y Phichit amarrados de manos, amordazados.

- Encárguense de ellos...- dijo Víktor al verlos removerse inquietos.

- ¡No... no les hagan daño!- Yuuri comenzó a patalear de nuevo.

- Nadie les hará daño, pero a los desobedientes se les debe castigar con severidad.- Chris tomo a Phichit forma posesiva y sonrió.

- ¿Estas bien Beka?- pregunto Víktor al ver un poco de sangre en el labio de su amigo.

- Si, no es nada grave, pero el grillo es un gato y termino mordiéndome y enterrando sus uñas en mi espalda.- lejos de verse molesto Otabek estaba sonriendo.

Regresaron con los guardias dejando a Yuuri solo con Víktor, el hombre cambio al chico de posición, con un solo brazo logro moverlo dejando en evidencia lo fuerte que era, lo dejo de frente a él y con las piernas sobre la suyas, Yuuri no podía ver muy bien hacia donde iban y se agarro con fuerza de los hombros de Víktor por temor a caerse gracias a la posición en la que iba.

- ¿Nos va a matar?- pregunto viéndolo muy cerca.

- No, simplemente aumentare la vigilancia en su habitación y los alrededores para que no se les ocurra escapar de nuevo.- Víktor no dejaba de sonreír.

- ¿Dónde me lleva?- volteo la cabeza hacia todos lados.

- Quiero estar a solas contigo y mostrarte algo.- Víktor le dio un golpe suave a su caballo y este comenzó a trotar.

Yuuri sintió algo duro rozando contra su propia entrepierna y pensó que seria la montura, pero al ver discretamente hacia abajo noto que no era la montura, era el miembro de Víktor que se había puesto muy duro y el enorme bulto lo asusto. Él se dio cuenta de lo que Yuuri no podía dejar de ver y solo se pego mas al chico quien luchaba por alejarse sin embargo le era imposible ya que terminaba deslizándose, al llegar detuvo su caballo y se quito el turbante dejando su cabello al aire, un cabello platinado que brillaba con la luna de esa noche.

- ¿Dónde estamos?- pregunto Yuuri soltándolo.

- Quería mostrarte mi reino...- señalo aun lado.

- ¡Es hermoso!- Yuuri se había quedado con la boca abierta.

- No tan hermoso como el color de tus ojos.- Víktor puso sus manos en los muslos del menor.

- Mis ojos se quedan feos comparados a los tuyos...- lo había dicho sin pensar- ¡No... yo no!- se sintió avergonzado al darse cuenta.

- Entonces no estaba en un error y yo también te gusto...- Yuuri no respondió nada- Quédate a mi lado y disfruta de las bellezas de mi reino, déjate atender por mis sirvientes y come a mi lado.- paso su mano por la cintura del menor para acercarlo mas.

- Mi familia estará preocupada por mi.- comento Yuuri volviendo a poner las manos sobre los hombros ajenos.




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