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Una semana había pasado ya desde que estaban en el reino de Leyerendes, se habían acostumbrado casi del todo al lugar, las chicas eran bastante amables y les enseñaban sus oficios como el de tejer y bordar a Phichit que se intereso mucho mas en eso que los demás, Yurio estaba enamorado de todos los felinos que paseaban sueltos por el reino y pasaba mas tiempo con Otabek que era el domador de ellos, Yuuri por otro lado aprendía danza con las bailarinas del rey, Víktor se la pasaba dándole cosas que iban desde joyas hasta flores y postres, ya habían comenzado a dormir en habitaciones diferentes y eso daba mas oportunidad a que sucedieran cosas entre cada uno de ellos, el hecho de estar encerrados no quería decir que no disfrutara de todas las bellezas del reino.

- ¿Por que cojeas?- pregunto Yuuri viendo a Phichit llegar con ellos al jardín exterior.

- ¡Jeje... no me lo creerías si te cuento!- respondió sonrojado.

- Ya se convirtió en concubina y anoche lo estrenaron.- dijo Yurio burlón.

- Pero las concubinas son del rey.- comento Yuuri sintiendo una punzada de celos en su pecho después de decirlo.

- No me tomo el rey... yo, bueno Chris y yo hablábamos en el balcón, una cosa llevo a la otra y terminamos haciendo el amor sobre mi enorme cama.- explico a grandes rasgos.

- Yuuri ¿Sabias que el calvo ya no tiene concubinas?- pregunto Yurio.

- ¿Por que no?- pregunto curioso.

- Porque no las necesito.- la voz de Víktor los sobresalto a todos.

- ¡Yo creo que me llama Otabek!- Yurio se fue corriendo.

- ¡Espérame!- exclamó Phichit corriendo con dificultad.

Víktor los vio escapar, no era la primera vez que escuchaba al rubio decirle calvo o viejo, ya hablaría con Otabek para que domara a ese gato mal hablado, se sentó junto a Yuuri y le dio un beso en la mejilla como cada vez que lo veía, los otros dos ya se habían acostumbrado a las vestimentas tan reveladoras pero Yuuri seguía buscando con que cubrirse un poco mas.

- Me gustaría verte sin esas fastidiosas mantas.- comento Víktor.

- La ropa es casi transparente.- comento cubriéndose mas.

- Nadie aquí te dirá nada porque vistas de esa manera, hay doncellas que muestran mas que tu.- ladeo su cabeza observándolo.

- No estoy acostumbrado a esto...- se puso de pie y se quito la manta.

Era un traje color vino que transparentaba un poco sus piernas, le quedaba ceñido a la cadera y la blusa era mas pequeña que la que uso la primera vez ademas que esta tambien deja ver sus pezones.

- Te vez hermoso.- lo tomo de las caderas y lo acerco para darle un beso en el abdomen.

Uno que se hicieron muchos y Yuuri termino enredando sus dedos en el cabello platinado, eso era algo que lo hacia sentir escalofríos de inmediato, Víktor se puso de pie y lo cargo para llevarlo a su habitación real, era la primera vez que Yuuri estaba en ese lugar, sin embargo no tuvo mucho tiempo de admirarlo ya que después de que las puertas se cerraron su destino fue la cama con el peliplata sobre el comiéndoselo a besos.

- ¡Víktor!- jadeo al sentir la lengua del mayor jugando con su pezón izquierdo sobre la tela.

- Levanta los brazos...- pidió mientras subía la prenda y la lanzaba a algún lado.

Ya con el trozo desnudo la demás ropa comenzó a estorbar y Yuuri no tardo en quedar desnudo ante una mirada hambrienta que parecía devorarlo sin pudor alguno. Viktor se sintió embelesado por la belleza de aquel chico, admirar un firmamento de estrellas resplandeciendo en sus ojos y le manjar mas apetecible llamando a su boca, inclino su rostro hacia el pecho ajeno y envolvió el pezón derecho en su lengua con mucho cuidado, el disfrute de este era una explosión de cañones en su pecho y los jadeos intensificándose cada segundo mas eran la melodía de las mieles para el rey. Había estado deseando tantas noche el conocer a su otra mitad y ahora que la tenia su deseo era poseerlo, sin embargo estaba el cuestionamiento de si Yuuri de verdad deseaba ser poseído de esa manera.

- Me haces cosquillas.- jadeo mientras se encogía en si mismo cuando las manos del rey pasaron sobre sus costados.

- Perdona, solo deseaba tocar un poco mas de lo que me has permitido hasta el momento.- Viktor sonrió con ternura.

Había esperado mucho años, no le costaba nada esperar unos cuantos días mas.

- ¿Tanto me deseas?- pregunto Yuuri al notar el prominente bulto que comenzaba a levantarse en la entrepierna ajena.

- Te deseo como un ser vagabundo en el desierto desea una sombra, eres un oasis de agua fresca que mis labios quieren beber todo el tiempo, un manjar de leche y miel que alimenta mi alma deseosa de amor.- tomo a Yuuri por la cintura y lo levanto dando la vuelta en la cama.

Yuuri se había sonrojado con aquellas palabras tan expresivas de amor, si Viktor no había terminado de conquistarlo con los regalos y las atenciones, con la expresión de sus sentimientos lo había dejado noqueado, se acomodo sobre el cuerpo ajeno y puso una de sus manos sobre el ancho pecho rozando sus uñas contra la pálida piel.

- Serias un gran poeta y un verdadero conquistador.- sonrió alzando el rostro para verlo.

- ¿Te he conquistado?- Viktor ladeo su cabeza.

- ¿Por que me preguntas a mi?- Yuuri sabia el razon de aquel cuestionamiento.

- Porque eres la única persona a la que me interesa conquistar...- una caricia y se inclino para darle un nuevo beso- Mis antepasados establecieron que el rey debía tener concubinas, pero mi padre dejo muy en claro que el rey debía serle fiel a su esposa cuando la conociera y me crió con esos conceptos.- retomo el tema de antes.

- Yo no soy tu esposa.- Yuuri metió su mano bajo la tela disfrutando de los firmes músculos que ocultaba.

- Pero quiero que lo seas en su tiempo.- Viktor podía quedarse ahí para siempre.

No imagino jamas que su otra mitad seria un extranjero, pero estaba encantado de haberlo conocido y de poder tenerlo en sus brazos. Estuvieron conversando de todo un poco, del pasado de ambos en sus respectivos mundos y entre mas conocía a Viktor mas enamorado se sentía Yuuri, se avía acostumbrado a sentir sus caricias sinuosas colándose bajo las telas transparentes que le cubrían y de aquellos besos espontáneos que recibía cuando estaba distraído.