Desierto de noche

Prólogo

Cuatro años atrás 
 

    Estaba en mi habitación, estudiando tradiciones militares de nuestro pueblo, odiaba esta rutina pero no había mucho qué hacer mientras Neferra se preparaba para ser reina yo debía prepararme para ser el guardián de las sombras de mi pueblo. La mayoría pensaba qué Neferra la tenía difícil al ser la próxima en la línea de sucesión pero nadie se preguntaba cuando difícil era prepararse para liderar el ejército de sombras; cuando no entrenaba estaba leyendo libros sobre leyes y artes de guerra; cuando no hacía ninguna de esas estaba estudiando teoría de batalla y tácticas de batalla.

La única compañía qué tenía la mayoría del tiempo eran hombres de entre veinticinco y sesenta años, luego de ellos estaban mis siervientes personas y rara vez mi familia, Neferra siempre estaba preparándose para reinar, mamá se ocupa del reino y papá estaba Rah, mi hermano gemelo mayor en el desierto solar preparándolo para reinar. Ahora no tenía la compañía de ninguno de ellos, si no fuera por la compañía Bast mi cobra y la compañía de las velas estaría solo.

"Alguien viene" dijo una voz en mi cabeza 

"Gracias Kufu" respondí mentalmente 

Kufu era mi animal espiritual un guepardos nocturno, rara vez lo dejaba salir tendía a ponerse salvaje y no quería escuchar a su gran alteza regañándome por algo qué no hice, hablando del diablo, el diablo encarnado entró a mi catacumba.

—Issa cariño podrías conmigo— dijo madre sin atreverse a entrar 

—Madre, estoy ocupado y de todas formas esa es responsabilidad de Neferra no mía— dije con voz áspera —Ahora si me disculpas tengo leyes de guerra qué aprender, adiós madre.

Madre frunció el seño furiosa, no era una mujer a la qué le gustase ser contrariada.

—Issa Akhenaten, sé qué mi pedido sono cómo una preguntar pero por si no lo notaste era una orden, hoy Neferra tomará tú lugar y tú tomarás su lugar.

Me puse en pie un poco extrañado pues esto nunca había sucedido antes.

⏳⏳⏳

Estaba en la sala del trono junto con madre y el concejo real, o cómo yo lo llamo la real bola de la adulación. Hablaban sobre asuntos de estado, ahora sabía qué tenía nada qué envidiarle a mi adorada hermana pues escuchar a estos imbeciles hablar tanta mierda en solo dos minutos era un talento increíble. Los minutos pasaron hasta qué comenzaron a hablar sobre unos tipos qué habían invadido nuestra fortaleza, muchos estuvieron de acuerdo en usar la maldición de mominus en ellos; luego de la votación todos me miraron expectantes.

—Hijo estás en la posición de tú hermana esta noche así qué tú tienes el voto final qué crees qué deberíamos hacer con aquellos criminarles.

—Yo... pienso qué deberíamos investigar a fondo sus motivos pero sin importar el motivo de sus actos darles un juicio justo. No deberíamos tomar medidas tan drásticas sin conocer la historia.— la bola de aduladores me miraba con desaprobación pero madre por increíble qué fuese me miraba con admiración —Quizá las motivaciones de esos hombres no eran malas quizá buscaban asilo por lo qué descartó la maldición mominus y propongo un juicio ante la esfinge o los oráculos del pueblo.

—Así se hará, todos retírense excepto el príncipe Issa— demandó madre con su voz de reina, todos salieron del lugar pero madre no habló hasta un par de minutos después de qué nos quedáramos solos. —Tú manera de actuar fue estúpida y poco inteligente, llevarle la contraria al concejo o cómo los llamas la bola de aduladores es una movida precipitada— la mire impactado —cariño soy un oráculo, al igual qué tú veo el presente, sueño el pasado y digo el futuro.

Un guardia entró con preocupación en su rostro, se acercó a madre y susurro algo en su oído.

—Issa ve a tus catacumbas y no salgas, habrá un grupo de guardias para escoltarte y vigilarte— dijo madre preocupada 




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