Durante toda noche había estado vigilando a aquel extraño chico, después de intentos de qué la gente me notara sin exito el me veo y ni siquiera sé cómo lo hizo. El había pasado toda la noche investigando algo qué no me interesaba leer, parecía qué su búsqueda no había tenido mucho éxito, ya tenía casi la mitad de la biblioteca en dónde estaba y aún no encontraba lo qué buscaba. Al parecer eso le causó demasiado estrés pues se fue de ahí sin recoger nada, era eso era igual a los otros miembros de la familia real despotas con complejo de dioses. Mientras salía se topó con una chica con el cabello rojo brillanté.
—¿Issa?
—Buenos dias roja.
—Qué haces aquí tan temprano, ni siquiera los escribas vienen Aquí tan temprano, no me mientas, miénteme y te asesino. Y me importa una mierda qué seas el futuro heredero.
El chico le contó lo qué estuvo haciendo durante toda la noche, le explicó qué intento encontrar esa runa pero la única información qué había desaparecía cada qué la miraban y aparecía cuando no la observaban.
—Issa no haz considerado el hecho de qué esa runa pudo haberse perdido hace mucho tiempo, según lo que me cuentas no sabemos qué tan antigua es tu visión o dentro de cuanto pasará, pudo haber sido hace miles de años también podrá ser dentro de miles de años. Si tu visión ya pasó tendremos que darlo por perdido, si no ha pasado eres un tejedor de hechizos, Crealo se te puedes.
El príncipe la miró como se hubiera recordado algo importante; la toma de la muñeca y la llevó a rastras a la sala del trono, el príncipe entró sin tocar. Al entrar hizo una referencia a la reina, le pidió que le diera días libres a la pelirroja y procedió a explicarle lo qué; la reina dudo, sus ojos brillaron en un Dorado intenso; un guepardo de energía amarilla y brillante se manifiesta junto a la reina y dijo:
—Cuatro iran, pero sólo los tres están destinados a regresar; uno con lo qué buscas, uno con una solución para su predicamento y uno en vestido en poder, otro caerá por no escuchar. En la ciudad y en la biblioteca llena de peligros todos peligraron.
Luego de eso la reina ordenó a sus sirvientes preparar tres coyotes de luna y tres equipajes con todo lo necesario.
...
Todos estábamos listos para salir, la pelirroja y el principito llevaban ropas de lino, el príncipe recogió sus rizos en dos trenzas y la pelirroja envolvió su cabello en una coleta alta. Además de la pelirroja, el príncipe y yo había un chico moreno y de poco cabello qué no paraba de mirar al príncipe de manera lasciva. Aquel chico ayudó al príncipe a subir en su coyote, en el proceso rozó de manera accidental él una de las nalgas del príncipe, ese acto hizo qué algo en mi interior se revolviera me hizo sentir molesto.
Una voz todos estuvieron en sus coyotes comenzaron el viaje, decidí entrar en el coyote del pervertido. Recorrimos la ciudad, había cambiado mucho desde la última vez qué estuve aquí, no sabía qué tanto podían cambiar las cosas en un par de meses. La mayoría de construcciones no eran tan sofisticadas la última vez qué estuve aquí, las pirámides eran de arena y ese tipo de cosas pero ahora son de un material extraño y transparente. Las pirámides también cambiaron mucho, antes solían ser grandes triángulos qué se alzaban sobre el suelo, ahora son tubos transparentes, las únicas pirámides qué siguen intactas son la fortaleza y los templos.
Me detuve frente a un pequeño qué parecía estar perdido, mi jinete me ordenó un par de veces qué avanzara pero no lo hice, en cambio acompañe al niño hasta dónde su aroma me llevo, una mujer de apareciencos mayor lo abrazo al verlo, también a mi. Luego de eso volvíamos a nuestro camino, unos veinte o veinticinco minutos después habíamos abandonado la gram ciudad y nos habíamos adentrado en el desierto de la desolación. El príncipe se detuvo y nos ordenó guardar silencio, después la pelirroja fue quien tomó la palabra y nos habló de los escorpiones chupa alma y su habilidad para absorbe nuestros espíritus.
—Han visto a mi a la reina lanzar la maldición de momificación— dijo la pelirroja, ambos humanos asintieron —Si un escorpión los pica sufrirán las mismas consecuencias de la maldición, adiós alma y adiós a ustedes, en su lugar quédara solo un cuerpo vacío pero con vida.
Issa
Nos tomó un par de horas llegar a nuestros destino, ahora mismo nos encontrábamos en los cimientos de nuestro pueblo. El reino antiguo. Según aprendemos en clase de historia tuvimos qué dejar roca luz por las criaturas oscuras qué se escondían entre las sombras y amezaban con destruir la rutina de nuestro pueblo, al parecer todos recordaron clases de historia pues nada parecía muy animado para dar el pasó.
—¿Juntos?— dijo Ashanti con un atisbo de miedo en su voz
—Juntos— respondí
Ambos miramos a Toth, cuando se dio cuenta de qué lo mirábamos nos dijo qué se quedaría a vigilar, le insistimos en qué nos acompañara pero no lo logramos, cobarde. Yo y Ashanti nos adentramos en la ciudad. Parecía un puto campo de guerra habían huesos y cráneos por dónde quiera qué pisabas. Escuchamos unos pasos, ambos nos miramos nerviosos. Era claro qué esperábamos lo peor pero solo era el coyote de Toth
La noche amenazaba con llegar, solo nos faltaba un poco para llegar a nuestro destino, la antigua gran biblioteca de nuestra gente. Aceléranos nuestro andar a medida qué las sombras crecían y los sonidos también aumentaban. Para cuando nos dimos cuenta estamos dentro de la biblioteca, Nos dividimos y acordamos encontrarnos en la entrada en unas horas. Justo antes de separarnos sentí una presencia familiar junto al coyote de Toth...
Ashanti
Luego de dividirnos emprendimos viaje a las diferentes secciones, yo me fui a la sección de poder y Issa fue con las runas. Ambos llevábamos cuadernos y lapiceros para hacer notas, yo anotaría ritos y tradiciones antiguas y Issa las cánticos, hechizos y runas perdidas. Al llegar al pasillo de ritos y costumbres, me sorprendió mucho ver la cantidad de libros qué habían; lo más probable es qué me tomará horas leer todos y cada uno de los libros. No sabía por donde o cómo comenzar hasta qué una runa qué mis padres solían usar con frecuencia en el campo mdd batalla. Nunca la había usado por lo qué no conocía sus efectos secundarios, tampoco recordaba muy bien la runa en sí pero no perdía nada con intentarlo. Hice un par de respiración para concentrarme y alce mi muñeca, junté mi dedo medio y el índice, y dejé el pulgar separado del índice. Volví a hacer un par de respiraciones y comencé a mover mis dedos a través de la nada, podía sentir cómo el aire viajaba entre mis dedos, luego de un rato y un par de intentos comencé a sentir una energía fruir a través de mi, cuando por fin abrí los ojos pude ver una runa de color morado frente a mi. Era un medio círculo con unas líneas cruzadas qué formaban una cruz.