“Antonela y Gabriela eran amigas desde la infancia. Compartían todas las tardes juntas haciendo de sus travesuras una aventura nueva cada día. Incluso la tarde antes a la noche buena pasaban tiempo jugando al elástico a la vez que soñaban que verían a Papá Noel bajar del cielo mientras cargaba en su espalda una bolsa con los regalos que habían pedido en sus cartas. Ellas eran inseparables aunque cuando habían comenzado la primaria había dos cursos y las maestras las vieron tomadas de la mano y se llevaron a una por un lado y a la otra por el otro para que sociabilicen. Eso no les impidió seguirse viendo porque vivían a una cuadra de distancia así que salían de la escuela para irse juntas a sus casas, tomar la merienda, mirar Heidi y jugar. Antonela siempre había sido un poco más madura que Gabriela y quizás se debió a que se había desarrollado a la temprana edad de los diez años. Gabriela sin embargo era un poco más ingenua, vivía en su mundo de fantasía y sueños. Cuando cumplieron doce años hicieron una promesa en la cual seguirían siendo amigas para siempre pero esto no se cumplió por parte de Antonela ya que cuando entraron al secundario dejó a Gabriela de lado por otras compañeras más maduras. Gabriela se entristeció mucho debido a esto aunque se hizo amiga de otra chica que al igual que ella tenían los mismos ideales. Para Gabriela su primera ruptura no fue con un novio sino con su amiga de la infancia que la abandonó cruelmente dejando de lado las promesas. A causa de esto todas las relaciones que tuvo con hombres ella los abandonaba por miedo a ser dejada hasta que conoció al amor de su vida con el cual se sintió segura y querida.”
por Valeria O.
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Escrito el 23/07/2019
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