Tu llanto caló en mi pecho y el dolor cesó en mi vientre...más no pude resistirme al grato placer de verte.
Pues de mis ojos salían gruesas lágrimas de amor, mientras te ponían en mis brazos y te brindaba calor...
Mi corazón desbocado galopaba en mi interior, en tanto intentaba darte, de mi pecho lo mejor...
Las molestias e incomodidades sin relevancia quedaron, yo sólo quería estar, mi niño, siempre a tu lado.
Es que la vida nos cambia, nos mejora y fortalece, para velar por los hijos y cuidarlos mientras crecen.
Nos hace copropietarios de un mismo corazón y tal es el vínculo /unión entre una madre y un hijo, que nada puede separarlos, por dentro estamos fundidos..
Somos escudo y machete, casa, cobijo y amor, somos ángel defensor, cocineras e inventoras, pero cuando un hijo llora, enferma, o se siente triste, somos doctor, medicina, somos las más infelices....
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