Desnudando tu alma

Capitulo 5 la historia de Cyn

La brisa del mar resoplaba por la costa de Isla Dorada, en la costanera se instalaron unos juegos mecánicos y un grupo de adolescentes llegó a disfrutar del espectáculo, había sido un día extraño para una de las chicas la cual se separó del grupo algo melancólica, no entendía por qué tenía un sentimiento de tristeza, pero para que nadie la viera llorar subió a un mirador de rocas que se encontraba cerca del parque de diversiones…

*VISION DE CYN

Subí a lo más alto de la roca quería escuchar el mar y ver las olas romper en las rocas, sentía tristeza y amargura como si algo muy malo hubiera sucedido, como un presentimiento o no sé qué, me apoye en la baranda y sentí la brisa acariciar mis mejillas, era una noche de verano, pero había llovido un poco y aun se podía sentir la humedad, había algo en el aire como si la noche estuviera triste estando acorde a mi melancolía, de pronto todo se volvió negro.

Cuando recupere el conocimiento aún estaba aturdida, pero estaba inmovilizada por un enorme cuerpo sobre mí y un dolor insoportable en mi entrepierna me devolvió a la realidad…

- ahhhhh! No … suélteme… ayu…- quise gritar, pero cubrió mi boca con su enorme mano, su fuerza no se comparaba a la mía, mientras trataba de resistirme me apretaba cada vez con más fuerza bloqueando cualquier intento de defenderme, sentí las lágrimas correr por mis mejillas, mientras me embestía con fuerza mientras susurraba en mi oído...

- tranquila pequeña, esto te gustara chiquita, después de esta noche jamás me olvidaras-

Tras un rato deje de luchar, ya que me di cuenta de que mi resistencia solo animaba más a la bestia que me había escogido esa noche que me sometió durante interminables minutos hasta saciarse por completo, mi mirada está perdida, de pronto se detuvo y liberó su asquerosa presencia.

-Estuviste exquisita pequeñita, así me gustan… vírgenes – dijo el infeliz mientras se subía el cierre del pantalón

Al notar que se alejaba como una muñeca rota traté de levantarme…y comencé a gritar

- ¡Ayudaaa… por favor Ayúdenme!, ¡ahhhhhhhhhhh Ayudaaa! – gritaba entre mi llanto desesperado.

El hombre al escuchar mis gritos se volteó y corrió a callarme, quise correr, pero rápidamente me alcanzó lanzando un puñetazo directo a mi rostro, al recibir su golpe con fuerza perdí el equilibrio y floté por sobre la barandilla de protección cayendo en caída libre desde mirador directo al mar…

El hombre quedo atónito al ver desaparecer de su vista a la joven, y se acercó al borde para asegurarse que hubiera muerto, pero solo vio olas chocando con las rocas por lo que sonrió maliciosamente

-Sin cuerpo, no hay delito – escupió y se marchó victorioso del lugar mientras ajustaba la correa de su cinturón.




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