Cuando terminaron las clases, fui el centro de atención de muchos chupasangre, nunca antes tuve tantas ganas de ser recogida en mi vida y mucho menos sabiendo de que se trataba de un vampiro. Tuve que refugiarme de la lluvia, pero no estuve sola: Olympia se encontraba a mi lado, se me quedó mirando como si yo fuese alguna desconocida. La lluvia se tornó intensa, como si un montón de guisantes duros arremetieran contra toda superficie, el olor a asfalto húmedo era un gusto culposo.
Olympia fue mucho menos disimulada en examinarme y eso me enojó, me enoja ser examinada por vampiros, hoy fue Lysander ¿y ahora ella?, ¿tengo algo en la cara?, ¿huelo extraño? Estoy segura de que estoy bien, tal vez un poco paranoica, pero estoy bien. Miré a Olympia con el ceño fruncido.
―¿Qué?
―Hoy estás extraña ―dijo sin dudar―, como si estuvieras en un mundo dentro de tu cabeza.
―Tal vez sí tengo un mundo dentro de mi cabeza.
―Espero que sea un mundo bonito.
―No, es un mundo espantoso, lleno de pesadillas, incógnitas y dudas ―, no sé porqué le estoy siguiendo el juego, es como si me hubiese levantado con ganas de charlar con vampiros. Esta no soy yo.
―Si es tan malo, ¿por qué te metes a él? ―Ella bebió algo, por un momento pienso que es sangre, si no fuera que olía a fresa y estaba en una caja de jugo de fresa.
―No lo sé. ¿Estás bebiendo jugo de fresa?
―Sí, ¿acaso quieres? Porque tengo otro.
―¿Tú cuerpo no lo rechaza? Tengo entendido en que los vampiros no pueden consumir algo que no sea sangre.
Ella me sonrió como si hubiese ganado algo en ese momento, y sí pasó, porque se ganó mi atención.
―Tienes razón, los vampiros no pueden, pero lo híbridos sí ―. Me quedé con la boca abierta ante esa confesión― Me sorprende que siendo la hija de un cazador no sepas nada de mi padre o mi clan, mi ego se siente herido.
―Eres híbrida… ―dije intentando asimilarlo― O sea: que tu madre es humana.
―Fue humana ―me corrigió― Pero sí, soy una híbrida, ¿es tan difícil de procesar? Pusiste la misma cara que mi tío cuando me conoció.
Me quedé en silencio sin saber muy bien qué decir, todo esto me tomó por sorpresa, es cierto que mi padre me dijo que Vladimir Townsend tuvo un amorío con una humana, pero nunca me mencionó en que hubiese tenido una hija a raíz de ello. No entiendo la confianza que Olympia me tiene, a pesar de que sabe que mi padre es un cazador, ¿por qué lo hace?
Ya no se escuchaba la incesante lluvia, en cambio pude escuchar unas pocas gotas que seguían con su amenaza.
―¿Por qué me cuentas eso?
―Me preguntaste en cómo bebí jugo de fresa, era inevitable hablar de ello. Además, no creo que me vayas a tratar como el imbécil de Adrik.
¿Quién es Adrik?, me pregunté, pero cuando iba a abrir la boca para expresar mi duda, la mirada sorprendida de Olympia al ver al frente me hizo querer ver lo que ella estaba viendo. Noté que se trataba de una figura encapuchada al lado el mismo auto que mi propietario, me hizo un ademán para que me acercara, debía de ser Lysander.
Suspiré por la nariz y cuando iba a avanzar, dudé en despedirme de Olympia, pero ella se apresuró de tomarme del brazo, su tacto es frío a pesar de que cargo mi chaqueta y su mirada aterrada me sorprendió, nunca antes vi un vampiro con esa expresión, tal vez sea por su condición híbrida.
―¿Conoces a ese vampiro? ―casi me susurró.
―Sí, lo conozco, mi padre le tiene confianza ―mentí.
―Pero ese vampiro…
―No ocurre nada ―, no entiendo su repentina preocupación por mí― Mis amigos no estaban disponibles y él se ofreció a llevarme, sé defenderme si ocurre algo.
Ella pareció dudar, sin embargo, aflojó su agarre hasta soltar mi brazo, me despedí por educación y avancé a donde estaba el auto de mi propietario, creí escuchar los murmullos de otras personas, intenté ignorarlos y me subí al auto. Tengo suerte de que casi nadie me conoce además de mi salón, si los vampiros iban a hablar de mí, no dirán mi nombre.
Nos subimos en silencio, mi conductor se quitó su capucha cuando cerró la puerta, me sorprendí al saber de que se trata de Frederick y no de Lysander, los dos se asemejaban en contextura y casi de altura.
―¿Cómo te fue en tus clases? ―inquirió con un tono tranquilo.
Intenté sonar desinteresada, como si no me hubiese sorprendido su presencia:
―Bien. Pensé que el señor Lysander iba a buscarme.
―Le dije que yo iría por ti, que él se encargara de Charles por un momento ―. Este vampiro me genera muchas dudas, al igual que Olympia: me hablaban con mucha confianza, como si ya nos conociéramos― ¿Eres amiga de esa híbrida?
Vaya, ¿notó que Olympia es híbrida con solo mirarla? Tal vez por eso ella sintió pánico al verlo, ya que supo de que se trataba de un Ancestro.
―Es una compañera de clases ―dije sin querer agregar nada más.
―Parecía que se llevaban bien.
―Tal vez viste mal ―dije casi en voz baja.
Es cierto de que Frederick terminó siendo una sorpresa para mí, ¿pero quién me aseguraba de que no se transformara en otro ser?, los vampiros son extraños, se dice que su apariencia está diseñada para atraer a sus presas, tal vez él usaba su personalidad peculiar para atraer a sus víctimas sin tener que esforzarse, a pesar del parche, mi propietario poseía un rostro precioso que evito mirar, eso lo hacía más letal.
―Aún me sigues teniendo miedo ―no preguntó, afirmó― No te culpo, cualquier ser tendría miedo de mí, incluso tu… compañera de clases ―su tono sonó neutral, es como si supiera todo.
―Es porque eres un Ancestro ¿no?
Todo se quedó en silencio, como si no tuviera ganas de contestarme, pero supe que no es así, él estaba pensando en una respuesta adecuada.
―Veo que tienes conocimientos previos de mí, supongo que es de esperarse, nunca se haría un contrato involucrado a mi escala si no es necesario ―, pareció mirarme a través del retrovisor, era difícil de saber con ese parche puesto― Supongo que creen que soy un sediento que no dudaré en convertir a alguien en un vampiro.