DÉsolÉ: cuídate de mí.

XVI: Empatía.

Esa noche soñé con la calle estrecha de Garston, un lugar del cual viví cuando tuve catorce años, se ubicaba en la Sixth Ave. Recuerdo esa calle estrecha con temor, como si en algún momento las paredes se pudiesen juntar y aplastarme; ese camino tan estrecho era causa de una división, una que era protagonizada una reja verde, que resguardaba casas bonitas y la otra era casi un muro grande de madera, no recuerdo exactamente lo que había al otro lado, solo recuerdo ver las ramas secas de un árbol asomarse por encima. Recuerdo que ese camino era casi interminable, tanto que tenía que entretener mi mente para no fijarme en lo cerrado que era todo.

Por un momento mi miedo me pareció irónico, ya que de pequeña me he criado en los callejones más estrechos de Maracay, donde pasear en bicicleta ahí era una carrera poco emocionante para los niños. Lo malo de vivir en callejones y veredas estrechas, es que son lugares preferidos para los vampiros en irse a vivir.

He tenido muchos incidentes de vampiros, por algo mi padre siempre intentaba en que nos mudásemos en lugares donde haya mucha luz, por mucho que nos deje pasar malos ratos en los veranos. Es un poco difícil sentirse seguro de los vampiros, sobre todo en los días de abundantes lluvias, donde las nubes densas bloqueaban el paso del único elemento que nos protege.

La calle estrecha de Garston es una pesadilla para mí, siempre pensaba que a sus extremos se encontraba alguien que me esperaba, que no tenía buenas intenciones.

La canción de Lady Gaga de mi despertador me sacó de aquella pesadilla, a la misma vez me invadió un ataque de risa después de imaginarme al atacante de mis pesadillas bailando Judas de Lady Gaga.

―Por fin ―me dije al poder salir de ese bucle horripilante.

Por un momento sentí que soñé con ese camino unas tres veces esa noche, no entiendo por qué, tengo tiempo sin pensar en Garston como para soñar con eso.

Me di cuenta que El anónimo de letra bonita me contactó: espero que tengas un buen día.

Me pareció extraño este mensaje, por poco y olvido el suceso de los bombones, tal vez han surgido muchas cosas en mi cabeza que no lo había recordado. Ayer se resumió mi tarde como normal que no valía mucho la pena recordarlo, solo la cara de ese vampiro de nombre Gabriel, «me pregunto de qué escala será».

Me bañé, me coloqué mi otro uniforme lavado y fui a desayunar. Esta vez pude ver a Frederick, preparando unas croquetas de patata, no soy amante de ellas, pero la manera en la que lo preparaba me dio ganas de comerlas.

―Croquetas de patata para la señorita Baetana ―anunció cuando las sirvió a la mesa.

No solo sirvió eso, sino también una panceta frita, un huevo freído, alubias y salchichas.

―Muchas gracias ―, sonreí y no aguanté en empezar a comer.

Una gran duda invadió mi cabeza, así, sin más, no tenía nada que ver con Garston, sin embargo, vino de repente, como si se hubiese acumulado hace mucho tiempo. Miré a los alrededores para ver si Lysander no andaba cerca.

―¿Por qué tan cautelosa?―pronunció tratando de ocultar una risa en sus palabras.

Parece que mi acción le causó gracia.

―Estoy viendo si Lysander no anda cerca ―admití.

―Veo que te pone incómoda. No te preocupes, está dándole un paseo a Charles por los alrededores, fue una recomendación del veterinario.

―Es que tengo algo que preguntarte.

Frederick se retiró el delantal, se sentó en la silla del otro extremo, apoyó los codos en la mesa y posó su mentón entre sus manos.

―¿Y cuál es la pregunta de la que no quieres que Lysander sepa?

Por un momento pensé que se comportaba como un cómplice, hasta pareció emocionarle la idea de ocultarle algo a su propio Sirviente.

―¿Por qué odia a los humanos?

Frederick adoptó una postura bastante vacilante y un poco seria al respecto, parecía pensar bien su respuesta.

―Empezó por La Guerra de Especies ―. Genial, esa guerra parece la protagonista de todo lo que envuelve a estos vampiros―. Esa guerra empezó con todo el rencor entre ambas especies, para los vampiros que no atacamos ni participamos en esa guerra, a nuestros ojos, los humanos se convirtieron en monstruos. La madre de Lysander fue violada y asesinada por un grupo de humanos.

Abrí mucho los ojos del asombro. Mi madre fue asesinada por un vampiro mientras estaba cumpliendo una misión, pero no solo saber que tu madre fue asesinada, sino violada…es algo horrible.

―Eso es…

―Lysander era muy apegado a su madre, Baetana, en la guerra también murió su padre, pero su muerte no le impactó tanto como la de ella.

Ahora entiendo su desprecio por los humanos, me imaginaba una cosa diferente y menos dolorosa, tal vez algo que tenga que ver con el ego de ser un vampiro, en cambio, me topé con algo que no es así.

―¿Dónde estaba Lysander cuando…ocurrió eso?

El ojo gris de Frederick por un momento se asemejó al brillo de la plata.

―Estaba conmigo en el monasterio de Richard Hoffman, al parecer, ella fue reportada por él como perdida, la estaba buscando sin parar y yo intenté ayudarlo con lo que podía. Es cierto que mi mente no estaba en las mejores condiciones.

―¿No han ido a terapia psicológica?, es decir, como las cosas han avanzado y se recomienda en buscar ayuda profesional.

―Tal vez Lysander pueda ir, sin embargo, no me aceptarían en ningún consultorio psicológico ―me lo dijo con una sonrisa, a pesar de que me da la impresión de que es forzada.

―¿Por qué?

―Porque soy un Ancestro ―respondió sin añadir nada más.

 

[…]

 

Me subí al auto junto a Lysander, ya no lo puedo ver con los mismos ojos desde que me enteré lo de su madre, «él es el que está un mal» me dije al recordar nuestra charla el día anterior, sin embargo, si Lysander vivió eso como para que detestara los humanos, ¿qué fue lo que vivió Frederick para arrancarse su propio ojo?



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En el texto hay: vampiros, lgbt, discriminacion

Editado: 20.05.2021

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