La vida puede asemejarse a muchas cosas del día a día de las personas, cotidianas, trivialidades... En cada una hay una lección. Me gusta decir que la vida es como una carretera, tiene tantas rutas, caminos y ciudades a las que ir o pasar. Decides dónde detenerte, dónde doblar y cambiar de carril. Pero... ¿Que hacemos en las intercepciones? En las llamadas calles en forma (Y) ¿Por cual camino nos arriesgamos?
Los miedos por saber si escogimos el correcto siempre están, al igual que esos conductores que con valentía y determinación se lanzan sin dudar por la calle que quieren, también están los que apagan el auto y se sientan sobre el capo para meditar sus opciones, y, por último, los que toman el camino que creen les conviene, sin meditarlo, sin estar seguros y sin saber sí será lo correcto.
Algunos caminos estarán llenos de baches, llenos de lodo, no serán del todo fáciles de transitar, pero, pueden ser el correcto, otros, serán de pavimento liso en el que las llantas del auto agradecerán que los lleves por ellos, pero, existe el riesgo de ser el equivocado. El auto puede fallar, apagarse e incluso el conductor puede perder las ganas de continuar su camino, no estamos solos en las carreteras. Muchas veces solo necesitamos que un conductor de buen corazón se detenga junto a nosotros y nos ayude a reparar el vehículo o reparar nuestro corazón, darnos fortaleza para seguir adelante, porque la vida, es una autopista. Y en ella hay lecciones con cada milla que se recorre.
En fin, la vida esta llena de tantas semejanzas que como ya dije dejan lecciones, me gusta verla de esta forma y más ahora, no dejo de pensar en qué tipo de conductor fue Clara al tomar su decisión en la calle (Y) y en que tipo de carretera está conduciendo ahora.
Solo me mantengo callada mientras mi madre conduce por las calles de nuestra ciudad, iremos a pasar un tiempo de calidad, según ella, cenando en un restaurante latino que le recomendaron en su hospital.
—Dustin tiene auto—Suelto—Y no me lo dijo, ¿Tuviste algo que ver?
Ríe por lo bajo sin dejar de ver al frente
—No, pero sí sabía que tenía uno, Nell lo estuvo usando unos días y me lo comentó
Asiento aunque no estoy segura de si me pueda ver, pongo la radio y comienzo a pasar de emisoras buscando una canción que me agrade y vuelva el ambiente un poco más entretenido. La dejo cuando una canción en especial suena, el nudo en mi garganta se forma de manera inmediata y no me atrevo a cambiar la canción, la dejo sonar porque quiero imaginar que como en tiempos pasados él la está poniendo para nosotras. Mamá se tensa y aferra sus manos al volante.
—You and I, we don't wanna be like them—Comienza a cantar haciendome fruncir los labios—We can make it 'til the end
Ojalá y sí tenga razón, ojalá y sí podamos hasta el final. Me sonríe y antes éramos tres cantando esta canción, ahora, como ya he dicho antes solo somos ella y yo.
—Nothing can come between you and I—Canto junto a ella haciéndola sonreír con nostalgia—Not even the Gods above
—Can separate the two of us—Su mano derecha abandona el volante para caer sobre la mano que tengo en mi regazo y darle un suave apretón—Vamos a estar bien
Repite lo que se ha hecho costumbre entre nosotras
—Estaremos bien—Aseguro, aunque en mi interior lo dudo por mucho
Dejamos que la canción siga sonando pero ahora siento que no tengo tanta presión, creo que puedo sonreír si lo intento recordando los buenos momentos que tuve mientras esa banda sonaba y mis padres reían cantando conmigo en mis épocas de adolescente hormonal con crushers famosos e inalcanzables.
•••
Veo el plato que está frente a mí con el ceño fruncido, está vacío, ¡Vacío!
Miro a mi madre que se mantiene jugando candy crush en su móvil sin prestar atención a mi estado de ánimo, ¿Cómo me trae a supuestamente comer a un lugar en el que aún no me dan de comer?
Carraspeo para llamar su atención, la rubia alza la vista de su teléfono para verme, señalo el plato y alzo una de mis cejas claramente ofendida
—¿Que ocurre?
—Me parece una completa falta de respeto que no tenga comida, o sea me están haciendo una broma ¿O qué? Ni siquiera nos han tomado la orden... ¿Y que clase de música es esa?—Pregunto arrugando las cejas
Mamá ríe y esconde un mechón de cabello detrás de mí oreja
—No hay comida, ni mesero que tome nuestra orden porque aún faltan personas aquí—Explica haciéndome bufar—Y es música latina, en español... Creo que la llaman reggaeton
Genial tengo que disimular que a la hora de comer soy tan educada como se pueda llegar a creer de mí, cuando en realidad trago como vaca queriendo llenar todos sus estómagos.
—Mira—Señala un televisor en una de las columnas del lugar—Es el vídeo de la canción... Dios, es lindo ese hombre
Bufo por segunda vez en la noche sin prestarle atención a mi madre.
—Delanie, míralo, está... Padre celestial
Alzo mi mirada al aparato y...
—¡Santa madre!
Sí, somos muy conservadoras a la hora de decir palabrotas en público o cualquier otro lugar. El chico del vídeo sí que es lindo, tiene una barba que lo hace lucir mayor pero estoy segura de que es más joven de lo que aparenta, aunque no le entiendo ni madres, su voz me encanta por lo viril que es, el atractivo, la ropa moderna, sus gestos... ¡Escupanme en latinoamérica a la de ya! Una necesidad por preguntar el nombre del cantante me invade pero, Delanie Penosa Adams no lo hara.
—Escribe un pedazo de la canción en google, será tu yerno—Codeo a mi madre haciéndola fruncir el ceño
—Hija, a duras penas entiendo el idioma que manejan los jóvenes de hoy en día con todas esas nuevas palabras y ahora quieres que googleé una canción en español idioma del cual solo sé decir: Hola, chao, sí, pescado
Frunzo el ceño
—Entendí las tres primeras, la última no
—Dejemoslo en que un vendedor me persiguió en una feria con uno de esos repitiendo el nombre hasta que lo memorice