Muchas veces vamos transitamos rutas o caminos complicados que nos hacen pensar que tal vez no hay salida, que tal vez, es el final. Pero lo cierto es que la mayoría de las personas pasan por los malos momentos, los superan y luego los utilizan como un escalón o impulso para llegar a su meta. Incluso esos buenos amigos, esos que sonríen cada vez que estas con ellos, los de las buenas energías que te contagian sus ganas de pintar el mundo de positivismo.
Dustin Murray ha demostrado ser de esa clase de personas, que sin importar cuantas cosas pasen siempre permanecerá una sonrisa en sus labios y un brillo es sus ojos. Siento que desde nuestro acercamiento aquel día en mi habitación hemos estado más unidos, al grado de salir con el otro casi todas las tardes, aún seguimos trotando en las mañanas y para mi buena suerte he mejorado al punto de que cuando Dustin toca la puerta de nuestra casa ya estoy lista para irnos al parque. Incluso mi puntualidad es excelente, pero aun así el pelirrojo pasa por mí.
Mi mente me ha jugado miles de tretas desde ese día que le conté lo que ocurrió en mi familia hace un año, es tedioso todo lo que puede imaginar tu subconsciente con la única intención de hacerte confundir y que esa persona se porte o te trate de una forma un tanto exclusiva solo podría empeorar las cosas. Nunca tuve a alguien que viera a través de mí, que conectara con la verdadera Delanie, con Clara nuestra conexión es diferente, la amo, pero jamos hemos profundizado tanto la una con la otra ya que no hace falta cuando con una mirada entendemos todo, pero con Dustin es diferente, es como si me estuviese enseñando a ver el mundo y a las personas desde otro ángulo…
Tal vez, eso y otras cosas más me han dejado en el filo de un acantilado, uno que tiene demasiados metros de altura y que promete una dolorosa caída, pero, aun así, hay una gran parte de mí que tiene el control y creo que en cualquier momento saltará.
—¿Y…?—Inquiere con una ceja alzada llevándose una papa frita a la boca, esperando a que responda a su pregunta acerca de que estudiare luego de que finalicemos los estudios la próxima semana.
Recorro la cafetería de la escuela en la que estamos festejando mi buena puntualidad, según él, según yo solo vinimos porque tiene antojo de papas desde temprano.
—Diseño de modas—Confieso, siendo él la primera persona en saberlo—De hecho, no te burles—Lo señalo antes de guardar un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y soltar:—Tengo un diario de diseño debajo del colchón de mi cama… Dibujar y crear fue una especie ejercicios que utilice cuando estaba tratando…—Ladeo mi cabeza para hacerlo entender y él asiente, no me gusta recordar lo que sufrí o la enfermedad que padecí y que en algunas ocasiones me deja secuelas—Pero sí se lo dices a mamá lo negaré—Alzo mis manos—Para ella seré la mejor penalista de nuestro país o la doctora que descubra la cura para alguna enfermedad
—No será secreto por mucho tiempo, Delanie—Vuelve a tomar otra papa de su plato—, pero tienes mi apoyo rubia—Alza su mano para que la choque y el simple contacto palma con palma crea un hormigueo en mi nuca—Debo admitir que sería excelente que tengas tu propia marca de ropa, te serviría de modelo—Me guiña un ojo, ajeno a lo que ese acto tan insignificante causa en mí—Por supuesto que me darías ropa gratis, no puedes cobrarme
Vuelco mis ojos divertida atreviéndome a preguntar:
—¿Y tú? ¿Qué se esconde en los pensamientos de Dustin Murray?—Destapo mi pudin de chocolate y comienzo a comerlo con ayuda de una cuchara
Últimamente nuestras platicas se han vuelto triviales y muy aleatorias, podemos pasar horas hablando de idioteces sin necesidad de aburrirnos. Dustin se mantiene serio por unos segundos antes de encogerse de hombros y agregar:
—No lo sé, me gusta que las cosas fluyan con ritmo y calma y el que tenga dos posibles opciones me tienen un tanto dividido—Rasca su cuello—Me gusta la arquitectura… , pero desde pequeño me ha fascinado la idea de enseñar a otros…
Parpadeo con una sonrisa en labios
—¿Hablas de ser maestro?—Pregunto y el siente al instante—Si sabes que puedes ser maestro universitario luego de que te gradúes de tu carrera ¿No?
Frunce sus labios creando una fina línea con ellos, y… ¿Por qué me estoy fijando tanto en ellos?
—Lo sé, pero no creo que sea igual, no lo sé rubia…
Niego con mi cabeza sonriéndole en muestras de apoyo
—Solo necesitas un poco más de tiempo, estoy segura de que cuando llegue el momento tendrás una opción asegurada
—¿y si no?—alza una ceja—¿Y si me mantengo dividido hasta el último día?
Formo una (O) con mis labios.
—No te asustes, mucho menos te presiones con esta clase de suposiciones, Dustin, si llega el momento y aun no tienes la opción correcta veremos que hacer
—¿Veremos?—Sonríe
Asiento
—Mínimo tendré que soportarte un par de años más—Decreto
El lleva una de sus manos a su pecho
—¿Disculpa? Yo soy un ser lleno de luz y armonía, mi presencia en tu vida es un honor agradece que no te pida que arrodilles ante mi gloria
Bufo y empezamos una pelea inmadura.
—¡Eres estricto!—Chillo
—No, me gusta que las cosas sean tranquila, me gusta que lleve un orden preciso, pero que a la vez pueda ser un desorden
Dustin toma un sorbo de su batido, alza su rostro y conecta sus ojos café a los míos:
—Por eso me gustas
¡Que se pare el mundo! ¿¡Que dijo!?
Me atraganto con el pudin de manera inmediata, comienzo a toser como si no hubiera un mañana y casi expulso mis pulmones de la fuerza que emplee. Pero ¡Dios! ¿Qué dijo? ¡Sí! sé lo que dijo, lo escuche…
—¿Qué… Di...?—Trato de hablar, pero me es imposible. Bebo un poco de mi gaseosa y lo miro. Incrédula—¿Qué?
—Eso—Susurra con una sonrisa ladina en sus labios—Me gusta tu forma de ser Dela, eres rígida para ciertas cosas, pero también eres divertida para otras, es como una especie de extraño equilibrio entre la tranquilidad y el desmadre ¿Entiendes?—Asiento aun sin poder procesarlo—Bien, porque yo lo considero perfecto en cierta parte
Me llamó perfecta, indirectamente, pero lo hizo ¡Lo hizo! ¿Dónde carajos esta la cámara escondida? Que no salga porque los mato.
De pronto una especie de impulso me avasalla, siento que la confianza que hay entre ambos es suficiente y siendo sincera me estoy ahogando y esta vez no es el pudin, es el momento, debo decirle. Dustin tiene que saber lo que he venido guardando durante una semana entera y que cada vez me está volviendo más y más loca, pero… ¿Y si arruino nuestra amistad? No quiero eso, él se ha vuelto alguien importante en mi vida (Claro que eso no tiene que saberlo) todo ha pasado en un lapso de tiempo que puede ser corto para algunos, largo para otros, pero para mí es el tiempo perfecto… Sobre todo porque Dustin sabe cómo ganarse a las personas con el simple hecho de ser él y solamente él, eso es una de las cosas que más me gusta del chico.
¡Que se jodan los prejuicios y todo el lio en mi cabeza, se lo diré!
Tomo una gran bocanada de aire y él alza una ceja la notar mi nerviosismo
—Dustin tú me…—Una sonrisa tímida se me escapa de los labios haciendo que él entrecierre sus ojos mirándome con una sonrisa, disfrutando de verme hacer el ridículo, como siempre
—¿Dustin Murray?
Una tercera voz irrumpió mi intento de confesión, una chica morena se encuentra parada a unos pasos de nuestra mesa mirando asombrada al chico frente a mí, el pelirrojo no oculta la sorpresa y emoción al ver a la morena
—¡Miranda Ferroy!—Se levanta de la mesa yendo a saludarla con un abrazo
No ruedes los ojos, Delanie, no lo hagas
La comodidad entre ambos a la hora de hablar solo me hizo morder mi labio, molesta claro está. La conversación que entablaron, en la cual no fui invitada, se notaba que se extendería por un rato. Bufo, ¿En serio?
Me levanto con mi charola de comida y la vacío en el bote de basura, si fuera una Clara Allen me plantaría frente a ambos pidiéndole al pelirrojo que me presente, pero, soy una Delanie Adams y mi solución a esta clase de situaciones es huir, y eso hago giro sobre mis talones y emprendo mi marcha hasta la salida, ignoro si Dustin lo noto, pero me sentí desplazada y muy fuera de lugar.
***
Estoy tirada boca arriba en la cama de Clara viendo su techo con un ceño fruncido, mis manos están entrelazadas sobre mi vientre y mis labios se mantienen sellados con fuerza, odio sentirme de esta manera. La sangre en mi cuerpo hierve de tan solo recordar lo sucedido esta mañana, como Dustin me echo a un lado al ver a la tal Miranda, quiero golpear algo para desquitarme… No, mejor aún, quiero golpearlo, sí, eso.
—¿Cómo dices que se llama?—Pregunta Clara desde su escritorio
—Miranda Ferroy—Escupo entre dientes.
Mi amiga teclea en su computadora y se toma unos cuantos minutos, de pronto me llama haciéndome poner a su lado
—Es muy bonita—Afirma lo que ya sé, la castaña continúa revisando su perfil de la red social
—¿Eres mi amiga o no?—La miro enojada
Sí es bonita… carajo parece traída de una pasarela de Milán.
—Por supuesto que lo soy, pero no se le puede negar lo agraciada que es
Señala una foto de la chica en la que lleva su cabellera castaña suelta y los risos que se carga son perfectos, sus ojos miel se notan tanto en esta foto haciéndolos ver tan llamativos, es como si todo en ella fuese hecho a la medida, Clara sigue pasando foto tras foto.
Me tiro de nuevo en la cama, demasiado bajoneada, Miranda es del tipo de chicas que te bajan la autoestima de tan solo tenerlas a tu lado y mi autoestima no es muy fuerte. Además, ella y Dustin se veían muy cercanos.
—Bien, me canse, dime—Exige Clara dándose vuelta en su silla giratoria, alzo una ceja
—¿Qué se supone que debo decir?
—Siempre dices que odias a Dustin y muchas veces has hablado de matarlo—Sonrío, si alguien nos escuchara esta conversación se saldría de contexto—Ahora te la pasas más con él que conmigo
—¿Celosa?—Trato de bromear sonriendo
—Claro que no, te conozco y sé que no me cambiarias por Murray, pero de la noche a la mañana estas muy rara y llega señorita glamour—Señala la laptop en la cual se muestra una foto de Miranda, mi ceño se frunce automáticamente y mi sonrisa se esfuma para darle paso a una mueca—Y tú te pones así—Me señala—Pareciera que estuvieras…
Abro mis ojos y comienzo a negar con mi cabeza
—No…—Murmuro evitando que termine su frase, pero como buena mejor amiga, me conoce tan bien que, aunque le mienta estando a tres mil kilómetros de distancia ella sabría reconocerlo
Su rostro se transforma con una sonrisa demasiado grande antes de señalarme de forma acusadora
—¡Te gusta!—Afirma comenzando a saltar por toda la habitación hasta que tropieza cayendo en la cama sobre mí y aprovecha esto para abrazarme haciendo que ría
—No me gusta—Trato de controlar la sonrisa que amenaza con aparecer en mi rostro, tarea fallida
—Sí, aja, y yo voy a volver con Xan—Vuelca sus ojos—Solo mírate. Estas más colorada que una caricatura… ¡Oh por Dios!
Muerdo mi labio inferior
—Estuve a punto de decírselo—Confieso haciendo que la castaña abra demasiado sus ojos y se siente manera inmediata como indio sobre su cama para verme mejor—Y entonces llegó Miranda—No puedo evitar decir su nombre sin recelo—Y el idiota se le fue encima como el imán al metal
La mirada de Clara se suaviza
—Dustin no lo sabe Delanie, para él tú solo lo ves como un amigo, uno al que te gusta hacerle maldades…
—Lo de Cleithon fue hace semanas—Vuelco mis ojos—Ya lo superó
—Aunque él desconozca tus sentimientos, no justifica que actuó mal—Se encoje de hombros—Tal vez no lo hizo con mala intención, tal vez luego te busco, pero como la asocial que eres preferiste correr y esconderte
—Lo sé, y estoy enfadada por eso—Oculto mi rostro entre mis manos—No quiero verlo—Miento, sí quiero
—Entonces no lo hagas, o por lo menos hasta que te sientas capaz de confesarle lo que sientes—La castaña toma mi mano—Merecen una charla, una donde pongan las cosas claras porque no te quiero ilusionar, pero algo me dice que es correspondido
¿Será?...
El consejo de Clara tiene mucha razón, debo llenarme de valor para decirle a Dustin lo que siento por él, pero necesito tiempo para encontrar ese valor
Nota de autora ❤️