¡¡IMPORTANTE!!
Este extra transcurre días después de que Delanie y Dustin confesaran lo que ambos habían vivido, Delanie con la desaparición de su padre y Dustin con su hermana. Bien ya aclarada la línea de tiempo, disfrútenlo.
Delanie Adams
Media hora de camino hemos recorrido, unos treinta minutos en los que estuvimos bromeando sobre cosas triviales o solo compartiendo anécdotas de nuestras cortas vidas. El pelirrojo que me sirve de piloto sigue el rumbo adentrándose en la ciudad vecina a la nuestra, no sé por qué estamos aquí, me pidió que lo acompañara a algo importante y ya que mi madre no esta en casa y no tengo más que hacer, acepte.
Las llantas del auto pisan el asfalto caliente, son casi las dos de la tarde, ni siquiera he comido algo y mi estómago ya empieza a demandar alimento, cosa que no diré al pelirrojo porque, primero, no me importaría decirle que tengo hambre si trajera mi propio dinero, perooo, este no es el caso, no traje dinero por lo que tampoco diré nada, orgullosa me llaman. Enciendo la radio y conecto mi teléfono, pulso el botón de aleatorio y la primera canción en sonar me hace chillar, no importa cuantas veces la escuche, siempre la cantare con la misma emoción y pasión como si fuese la primera vez.
—¿Quién es? —Cuestiona mi acompañante ocasionando que mi mandíbula casi se salga de su sitio con la indignación que me genera su pregunta
—O sea ¡Hello! —Muevo mi mano de un lado a otro frente a su rostro—Katy Perry con una de las mejores canciones que haya podido darnos ¡Es Firework! Dios, es el himno de autoestima más increíble que hayas podido escuchar, limpia tus oídos que estas escuchando oro
Dustin sonríe y se mantiene en silencio mientras escuchamos la canción juntos, no me abstengo de cantar, y él solo me dedica miradas rápidas mientras se dirige quien sabe a dónde. El último verso termina y mi pecho se regocija con la sensación que me deja.
—Si es buena—Acepta
—¿Buena? —Lo miro de nuevo indignada—¡Es increíble! Literalmente es un fuego artificial auditivo, en el buen sentido, claro está.
Ríe
—Si ya noté que te gusta…
—Me encanta
—Ya noté que te encanta—Se corrige—La agregaré mi playlist
Si pudiera botar brillitos lo haría justo ahora, de las mejores cosas que Dustin Murray haya podido decirme.
—Bien ya que lo dices—Tomo mi teléfono y comienzo a buscar—Tengo unas cien mas que recomendarte
—Te me calmas—Bromea
•••
Esto no es lo que esperaba.
Cuando Dustin se detuvo hace unos minutos en una floristería por unas rosas, un ramo de rosas blancas y uno de rosas rojas. Lo mire con extrañeza, pero respete su silencio, no debía contarme nada si no quería, no era su obligación, aunque el gusano del chisme estaba presente.
Ahora que estaciona su auto frente a este lugar que solo me remueve el estómago y me achica el corazón todo tiene sentido. O una parte del asunto. Dustin toma el ramo de rosas blancas para bajar del auto, me da una mirada y lo comprendo así que bajo con él. Trago saliva al leer el nombre del sitio en el que estamos
—¿El cementerio? —Musito con un hilo de voz por lo que mi acompañante no me escucha
—Acompañame Delanie—Pide extendiendo su mano libre en mi dirección
La acepto y juntos nos adentramos en el lugar que solo me pone los pelos de punta, odio está clase de sitios, siento que las energías son pesadas.
Caminamos por aceras que dividen el lugar, a cada lado hay lapidas con sus respectivos grabados. Dustin camina con seguridad como alguien que ha venido muchas veces y eso solo me hace estrujar el corazón porque ya me imagino la razón.
Luego de unos minutos se detiene en la acera, tira de mi mano para que vaya junto a él y pasamos al césped esquivando tumbas hasta llegar a una en específico:
Athena Murray
«Ejemplo de fuerza y valentía»
Mi respiración se entrecorta mientras mi acompañante se agacha para desenvolver el ramo de rosas blancas, no paso desapercibido el hecho de que ya hay muchas más de estás en su tumba, todas frescas y recientes como la que está colocando su hermano justo ahora.
—Delanie, te presento a Athena—Murmura sin mirarme—Era una persona con una energía contagiosa, le gustaba toda clase de actividad al aire libre, comía como si no hubiese un mañana y me gritaba por todo y nada para luego abrazarme mientras se disculpaba... Era mi pequeña hermana, a la que cuide cada que pude y a la que extraño cada día que pasa
Coloco una de mis manos en su hombro dándole un leve apretón como muestra de apoyo
—Es un gusto saber de ella—Murmullo—Suena a una persona extraordinaria, a esas que dejan huella
—Sin duda alguna dejó huella en todo aquel que la conoció—Asegura señalando el resto de las flores—Un día como hoy se fue
Los golpes en mi pecho se hacen presentes ante las palabras de Dustin. El pelirrojo se mantiene agachado sin intención de levantarse.
—Te daré espacio, estaré esperando en la salida—Informo alejándome, pero antes de irme del todo un impulso me hace soltar las siguientes palabras en un susurro solo para mí—Fue un placer conocerte Athena, te prometo cuidar de tu hermano