Me encontraba ahí parado en medio del parque sin saber qué hacer, ella estaba nuevamente en los brazos de aquel chico desconocido y parecía estar llorando. Cuando él se dió cuenta de mi presencia, me dirigió una mirada asesina y tensó la mandíbula en un gesto de furia, yo repetí su gesto luego de que él hiciera un gesto de negación con la cabeza. Andrea también se percató de mi presencia y creo que se lo hizo saber a mi novia porque intentó voltear a mirarme, sin embargo, el chico no le permitió voltear y posó su mano en su mejilla para llevar su cabeza en dirección a él nuevamente.
Éste último gesto me hizo enfurecer y entonces me di la vuelta en dirección a la salida principal del parque, dejando a Sehun atrás. Una vez en mi Jeep, recargué mi frente en el volante sintiendo mis lágrimas de furia rodar por mis mejillas. No sabía cómo sentirme, por un lado quería creer que todo era un malentendido que se solucionaría pronto pasando a la historia como una anécdota graciosa por contar; pero por otro, me sentía traicionado y confundido, no sabía hasta qué punto Jordana se sentía atraída por aquel chico y si lo que sentía por mí sería suficiente para que lo nuestro no se viniera abajo, no quería que ella me dejara caer porque, en su lugar, yo jamás lo haría o al menos no con la misma facilidad que ella parecía hacerlo.
Dos minutos después, me sequé las lágrimas con el dorso de la mano y encendí mi auto para dirigirme a mi departamento. Al llegar ahí, me fui directamente a mi cuarto y entre lágrimas le escribí un mensaje a McClane el cual decía:
»¿Me vas a decir que otra vez estuviste en los brazos de aquel chico por un simple malentendido?«
La mañana del sábado fue un tanto aburrida, tenía mucha tarea que hacer y me dediqué a hacerla por tres horas hasta terminar, luego pedí a domicilio una pizza para la comida y cuando llegó la noche hice un maratón de películas de terror con Sehun. La verdad, lo último fue lo que necesitaba para mejorar un poco mis ánimos pues fue bastante divertido y también engordativo gracias a las palomitas.
Al otro día, preparamos hot cakes para el desayuno y ahí fue cuando mi amigo decidió contarme lo que pasó el viernes luego de que abandoné el parque. Me dijo que realmente todo era un malentendido y el “chico misterioso” se trataba de Baekhyun lo cual me dejó bastante sorprendido porque tenía años que no lo veía. Baek no sabía que Jordana era mi novia y la había besado porque le gustaba y quería una oportunidad con ella; sin embargo, ella no se sentía atraída por él, lo veía sólo como un amigo y se sentía terrible por todo lo que había pasado. Su abrazo en el parque había sido un consuelo para ella, pues estaba muy triste a causa de nuestra pelea pero ella no lo interpretó como algo romántico ni mucho menos.
Una vez que Sehun me dijo esto, sentí que el nudo en mi cabeza se deshizo y finalmente pude dejar atrás mi enojo con ella, así que la llamé por teléfono esperando que pudiéramos vernos hoy o al otro día. Al dar el quinto tono, ella contestó.
—Hola…
—Hola…—respondí igual de nostálgico que ella.
—¿Cómo estás?, ¡Te extraño!
—Estoy bien, ¿Tú cómo estás?
—Triste, me siento muy mal por todo lo que pasó. No quería que las cosas terminaran así…
—Pero las cosas aún no han terminado McClane, necesitamos hablar.
—¡No sabes la alegría que me da escuchar eso!
—¿Crees que te pueda ver hoy?
—Mmm, hoy estoy algo ocupada con tareas y eso. Pero si quieres nos vemos mañana.
—Me parece perfecto, te veo mañana a las cuatro en punto afuera de tu casa. Iremos a mi lugar especial, consideralo nuestra tercera cita.
Una vez que nos pusimos de acuerdo, nos despedimos igual de nostálgicos que al principio y luego fui al supermercado por algo de despensa. Cuando regresé a mi casa, decidí llamarle a mi padre para decirle los detalles de mi graduación la cual sería en dos meses y él vendría desde Corea para asistir. Posteriormente, a las nueve en punto, me fui a dormir pensando en lo mucho que quería a mi novia sin importar el poco tiempo que teníamos de conocernos y entonces la idea de irme a Corea me provocó algo de miedo. No quería separarme de ella, no tan pronto, pero no tenía opción y sabía que tenía que decírselo pero no sabía cómo.
Al llegar el lunes me puse unos jeans de mezclilla oscuros, un suéter gris, una chamarra rompevientos negra, mis tenis de meter negros, gafas oscuras y salí en dirección a la universidad. Las clases pasaron con rapidez, ya que no me encontraba distraído, así que pude concentrarme bien en las palabras de mis profesores que no paraban de recordarnos que la graduación sería pronto, esas palabras lograban ponerme los nervios de punta, no por la graduación exactamente sino que aún no le había dicho nada a McClane de mi regreso a Corea, no sé cómo lo tomaría y peor aún no sabía cómo decírselo, pero antes tenía que hablar con ella y disculparme por ser un idiota los días anteriores y no escuchar lo que tenía que decirme. Al terminar mi jornada escolar a las dos en punto, me reuní con Sehun y fuimos a comer a Le Chat Noir, ocasión que aprovechó para pedirme que no arruinara las cosas hoy con mi novia.
Una vez en el establecimiento, tomamos nuestros lugares en una mesa vacía y luego una mesera tomó nuestra orden lanzando sonrisas coquetas hacia nosotros a cada rato. Una vez que nuestra comida llegó y nos dispusimos a comer, pasó algo muy inesperado que me dejó helado y con la boca abierta justo antes de dar un bocado. Baekhyun estaba entrando por la puerta y cuando nos localizó con la mirada se dirigió rápidamente hacia nosotros, al estar junto a nosotros nos miró con suma seriedad y luego se sentó en el asiento contiguo a mí.