Después de la guerra

Atardecer

Se dice que cada atardecer es único e irrepetible y aquel no era la excepción. Esa combinación de matices entre rojos, violetas y naranjas evocaban al fuego en el momento exacto en que se va extinguiendo. Las nubes gruesas y nacaradas iban perdiendo su calidez conforme la luna se abría paso extinguiendo al sol, y las estrellas comenzaban a pintar el lienzo de un espléndido manto estelar. Los temores y la incertidumbre del día se volvían efímeros en ese breve momento.

Para Izuku, el atardecer era el significado de algo completamente diferente: era una decisión tomada, eran cambios y demasiadas dudas. Era temor a lo desconocido y a los posibles cambios. Pero aquella idea había estado rondando su mente conforme se aproximaban los últimos días de clases en la academia. La mayor duda era la que más carcomía su corazón: ¿y si Kacchan no lo entendía y perdían lo que tenían? Les había costado mucho llegar a la estabilidad que estaban construyendo y a recuperar lo que habían perdido.

— Así que aquí estabas… ¿Qué se supone que haces? Es hora de nuestra asesoría con Aizawa, nerd.

Izuku dio un respingo al escuchar a su pareja. No se había percatado de su presencia. Por eso había salido a la azotea en primer lugar: el día de las asesorías al fin había llegado y tenían que hablar de su decisión sobre que qué se iba a desempeñar en el futuro. Una plática que primero deseaba tenerla con su novio antes que, con el profesor, pero que había estado retrasando obviamente.

— Sí… sobre eso… — Izuku suspiró mientras se giraba lentamente en su lugar para así ver al rubio con una pequeña sonrisa. — Quería hablarlo contigo primero… de hecho, debí hacerlo hace mucho, pero… no sabía cómo hacerlo. — “O como lo ibas a tomar”, completó para sí mismo mientras comenzaba a jugar de manera distraída con sus manos. Algo, que Bakugo sabía, hacía el peliverde cada vez que se encontraba nervioso.

Katsuki arqueó la ceja con una creciente curiosidad, caminando con calma hasta quedar con la espalda recargada sobre el barandal de la azotea, a un lado de su pareja.

— ¿Y qué es eso? — Preguntó con calma mientras su mano buscaba la ajena para tomarla con suavidad y entrelazaba sus dedos. Lo bueno de estar en la azotea era que no había nadie más. ¿Lo malo?, es que en teoría no tenían permitido subir hasta ese lugar a no ser que tuvieran permiso de algún profesor. Que Izuku estuviera rompiendo una de las reglas más básicas ya era lo suficientemente raro como para que el rubio quisiera prestarle toda la atención del mundo. — Sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea.

— Lo sé… —Sonrió un poco antes de suspirar con ligereza, dudando en cómo continuar, pero decidiendo no dar tantas vueltas al asunto, e ir directo al tema central. — Las brasas del One For All están por desaparecer. —Comenzó después de un breve momento mientras su mirada esmeralda se posaba en las nubes que en ese instante pasaban del tono naranja a un rojo cada vez más oscuro. Eran precisamente esos tonos nacarados los que lo terminaban por tranquilizar. Sonrió levemente al sentir el apretón en su mano proveniente de su pareja. — Lo he sabido desde que la guerra terminó… También siempre fui consciente de que este solo era un poder prestado y que se iría tarde o temprano.

— Si eres cuidadoso, esas brasas podrían durar mucho como con All Might.

Izuku negó para después recargar su mejilla sobre el hombro ajeno con un semblante tranquilo. — Esto es diferente, al enfrentarme con Shigaraki no solo perdí los dones de cada uno de los antiguos portadores del One For All, sino que gasté casi todo el poder restante en el último ataque. Cada día puedo sentir cómo esas brasas se van apagando lentamente. Quizás pueda tenerlas hasta el fin del curso o un poco más con algo de suerte. — Extendió su mano libre al frente como si con ello pudiera ver su poder recorriendo sus venas e intentara retenerlo al cerrar su mano en un puño. — Y saber eso ha provocado que una idea comenzara a rondar mi cabeza… aunque no ha sido hasta ahora que me he decidido del todo. Y quería consultarte, pero no quería que pensaras que no estaba siendo consciente de nuestra promesa o que algo podría llegar a cambiar… o … — Cayó al sentir la mano libre del rubio sobre su boca.

— Estás comenzando a murmurar sin sentido, nerd. — Mencionó al colocarse enfrente del chico con expresión tranquila, bajando después la mano lentamente con expresión tranquila. Izuku sonrió otro poco más ante el gesto del rubio. — Solo dilo, ¿qué has decidido?

— Siempre he querido ser un héroe desde niño. — Izuku hizo una pausa para tomar un poco de aire. Katsuki asintió ya que él siempre había sabido aquello, pues era un sueño que ambos compartían. — Pero es evidente que sin un quirk no podré serlo. — Katsuki volvió a apretar sus manos que aún seguían unidas con suavidad a modo de apoyo. — Y no me malentiendas, no me siento mal por la elección que tomé porque gracias a eso pudimos salvar muchas vidas y regresarles la paz que todos habían perdido. — Continuó al instante preocupado de que sonora más bien como que se estaba quejando y en definitivamente no era esa la impresión que quería dar. — Lo que quiero decir es que… lo más probable es que ya no pueda pelear activamente, pero quizás sí pueda ayudar a preparar a futuros héroes… convirtiéndome en un profesor aquí en la UA.

Katsuki se quedó en silencio un momento mientras analizaba lo que su novio le había dicho y escogía las palabras adecuadas para poder responder. Si tenía que ser sincero consigo mismo, el imaginar al peliverde ejerciendo algo que no fuera siendo un héroe a su lado nunca había pasado por su mente, pero Izuku tenía todo el derecho de decidir qué era lo que deseaba hacer una vez que el One For All se extinguiera por completo.



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En el texto hay: fluff, katsudeku, bakudeku

Editado: 16.11.2024

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