— Esta es la última caja, Kacchan.
— Rayos nerd, el punto era empacar solo tus cosas, no tu casa entera.
— ¡No seas exagerado, Kacchan!
Izuku se sonrojó mientras Katsuki se reía de él. Lo cierto era que la mayor cantidad de cajas habían sido de Izuku. Decidir mudarse juntos había sido cosa sencilla. Escoger un departamento no tanto. Habían postergado la elección un mes porque deseaban un lugar que no estuviera tan retirado de la UA y de la agencia en donde trabajaría Katsuki. El problema radicaba en que el rubio había tardado en elegir su agencia. Cuando Katsuki por fin se había inclinado por la agencia de Beast Jeanist, el siguiente problema fue ponerse de acuerdo en los gastos. Ambos tenían dinero ahorrado del que les dieron al terminar la guerra, pero tuvieron una discusión sobre quién sería el que llevaría los gastos: Katsuki tenía un argumento sólido acerca de que iba a ser quien más ingresos tendría, al menos los primeros meses, sobre todo, tomando en cuenta que el nerd tenía que cubrir los gastos de sus estudios en la Universidad, pero Izuku no quería convertirse en una molestia para el rubio. Después de semanas peleando, llegaron a un acuerdo: mientras Izuku estuviera en la Universidad tomaría un trabajo a tiempo parcial y se haría cargo de los gastos menores mientras que Katsuki se encargaría del resto, cuando Izuku se graduara y estuviera trabajando en la UA se dividirían los gastos por partes iguales.
Fue ahí cuando descubrieron lo que involucraba vivir juntos como una pareja, ya que si querían que aquello funcionara tenían que tomar decisiones en donde ambos estuvieran de acuerdo, de lo contrario no funcionaría nada.
***
— ¡Realmente estoy muerto! Mudarse es peor que uno de los entrenamientos del profesor Aizawa.
Izuku rio con diversión mientras se dejaba caer en la cama a un lado de su pareja, él también se sentía muy cansado, pero al final habían terminado de desempacar todas sus cosas.
— Lo es… pero al menos terminamos.
Izuku colocó sus manos sobre su estómago al mismo tiempo que ladeaba su rostro en la dirección en la que se encontraba el rubio, para así poder ver el rostro de su pareja directamente. Katsuki le sonrió también mientras que con su mano acariciaba la mejilla pecosa con cariño.
— Toma la ducha, primero tú nerd, yo terminaré de acomodar la cama y pediré comida solo por hoy porque estoy jodidamente cansado. ¿Qué se te antoja?
— ¡Katsudon!
— ¿Por qué no me sorprende? — Katsuki sonrío de costado para después inclinarse más sobre el cuerpo del pecoso, aprovechando la cercanía para poder depositar un beso sobre los cálidos labios de su pareja. Una de las ventajas de vivir juntos, a criterio del rubio, era que podía comportarse de aquella manera que tanto extrañaba cuando no estaban solos. — Ve, nerd. — Susurró sobre los suaves labios del chico, mirándole con cariño mientras volvía a acariciar la mejilla pecosa con delicadeza.
— Sí, Kacchan…
Izuku se levantó con rapidez completamente sonrojada y tomando sus cosas se apresuró en entrar al baño de la habitación, cerrando la puerta al instante. Fue el turno de Katsuki de reír, sintiéndose extrañamente ligero y feliz. Estaba seguro de que ser testigo de cada una de las expresiones del peliverde se iba a convertir en lo que más disfrutaría de aquella convivencia. De alguna manera se sentía eufórico de comenzar con esa nueva etapa de su vida.
Si bien aún faltaban algunas cosas en el departamento como una televisión y algunos muebles más, ambos habían decidido que los irían comprando con el pasar del tiempo, pues querían que aquel lugar se sintiera como de ambos. La cama la habían comprado entre los dos, pues resultaba más barato un departamento con una recámara que con dos. Y aunque ambos se habían sentido nerviosos, pues sabían que aquel era otro enorme paso, aún no estaban lo suficientemente preparados como para darlo, además, no es que no hubieran dormido juntos antes. La primera vez que lo hicieron fue cuando ambos estuvieron hospitalizados después de la guerra. Ambos tenían constantes pesadillas después de todo lo que habían vivido, así que una noche, cuando otra pesadilla lo había atormentado, Katsuki había decidido entrar en la habitación de Izuku y se había acostado junto a él. Esa noche hablaron de todo menos, de lo que les atormentaba en sueños. Ni siquiera se habían abrazado, pero a partir de ese momento cada noche hacían lo mismo, descubriendo con el pasar del tiempo que las pesadillas se habían alejado gracias a la compañía mutua. Si All Might se dio cuenta de esa extraña convivencia al compartir habitación con su pupilo, nunca lo mencionó, y de haberlo hecho simplemente había fingido que dormía para no incomodarlos.
Pero una cosa era compartir cama para aligerar el dolor mutuo y otra muy diferente compartir cama siendo pareja. Y aunque de momento aún no pasaban de los besos y abrazos, el nerviosismo de lo que pudiera pasar ahí estaba. Sin embargo, Katsuki no estaba del todo preocupado, una de las cosas que más disfrutaba de lo que tenía con Izuku, era descubrir y aprender cada una de sus facetas a su propio ritmo. Y definitivamente tenían todo el tiempo del mundo para poder hacerlo.
La primera gran decisión ya la habían dado: vivir juntos, y Katsuki estaba dispuesto a seguir coleccionando más y más momentos con el nerd sin importar las pruebas por las que tuvieran que pasar de ahora en adelante.