Después de la guerra

Flores

— ¿En qué estás perdiendo el tiempo ahora, pelos de mierda?

Kirishima dio un respingo ligeramente asustado. El pelirrojo había estado tan enfrascado leyendo aquel artículo en su celular que no se había dado cuenta de la presencia de su amigo, al cual terminó por sonreírle después de un momento. Aún no se acostumbraba a la presencia de su explosivo amigo en la agencia de Fat Gum, pero como de momento se encontraban colaborando con la agencia de Best Jeanist en un caso de tráfico de drogas, Katsuki se encontraba temporalmente en la agencia del pelirrojo.

—¡Bakubro! ¡No me asustes de esa manera!

— ¿Qué clase de héroe profesional se asusta de la nada con la presencia de una persona?

Kirishima bufó con suavidad, consiguiendo que Bakugo sonriera de costado con superioridad.

— Ya… mejor dime, ¿qué me habías preguntado, Bakubro?

— Que, ¿qué estabas leyendo, idiota?

— ¡Ah! Es un artículo del significado de las flores, ya sabes, lo que se suele buscar cuando quieres regalar las flores adecuadas para la persona adecuada.

— ¿Ah? ¿Ya piensas declararte al fin a ojos de mapache?

Kirishima comenzó a balbucear cosas sin sentido, muy al estilo de Deku al parecer de Katsuki. El rubio incluso podría jurar que hasta le estaba saliendo humo a través de las orejas al pelirrojo, como si fuera una olla de presión. Aunque pensándolo mejor, para Bakugo, Deku se miraba tierno cuando balbuceaba, desesperante, pero tierno, a fin de cuentas. Por otro lado, ver a Kirishima de ese modo le daba más bien náuseas.

— Oye… deja de hacerte el tonto y mejor pásame el enlace para matar el tiempo en lo que llegan El balón humano y el Jeans parlante

***

Izuku se encontraba cansado. Comenzar con las prácticas indicaba que debía de comenzar a “trabajar” como docente para irse acostumbrando a tratar grupos de alumnos. El problema era que aún no decidía si quería trabajar con niños, adolescentes o jóvenes. Aquel, quien decía que controlar un grupo de treinta niños era cosa fácil, estaba completamente loco. Izuku había pasado de querer enseñar un tema, a controlar el llanto de un niño, a descubrir quién le había escondido los colores a otra niña, y al final, el tiempo se le había terminado demasiado rápido. Y sí, aún no se aprendía el nombre de sus alumnos y eso que ya había pasado una semana entera. El profesor Aizawa se rio bastante divertido en su cara, y eso que el profesor Aizawa no era de las personas que riesen con facilidad.

¿En conclusión? Casi había salido llorando, estaba por completo exhausto, y lo que más anhelaba en esos momentos era comer lo primero que encontrara para después tirarse a la cama y dormir por lo menos por tres días enteros. Ya se preocuparía después por el baño, el traje arrugado y la posible reprimenda de su pareja por ser tan descuidado.

Lo que más le pesaba era que estaba llegando tarde a casa, y eso significaba que ese se convertiría en otro día sin ver a Kacchan porque de seguro este ya se había ido a trabajar, pues últimamente tenía el turno nocturno.

— ¡Ya llegué!

Izuku anunció mientras se quitaba el calzado en el genkan. Justo como se lo había imaginado, nadie le respondió. El peliverde se dirigió con desgana hacia la cocina sin prestar mucha atención, pero al llegar al comedor se detuvo sorprendido, pues en la mesa no solamente estaba su cena, lista para que solo la pusiera a calentar, sino también algo más que lo había dejado por completo anonadado.

Lo que más le había llamado la atención había sido el ramo de girasoles que estaba cuidadosamente dispuesto en un florero que no sabía que tenían, y recargado contra el florero, un sobre con su nombre escrito con la elegante letra de Kacchan.

Con pasos inseguros se acercó a la mesa, se sentó como un autómata enfrente del florero y después tomó el sobre. Lo estuvo mirando por varios minutos como si esperara que este comenzara a hablar de la nada por sí solo, explicándole como esas flores habían llegado hasta su departamento. Con un suspiro, y una vez que se animó a abrirlo, lo hizo con cuidado de no romper el contenido de su interior.

Adentro del sobre había una carta, mucho más extensa de lo que Izuku había esperado. Pero desde que el peliverde comenzó a leer, no pudo evitar sonreír. Definitivamente, Kacchan era quien le había escrito.

“Hola Nerd,

Ya sé que yo no suelo hacer este tipo de cursilerías, pero quise hacerlo, ¿y qué? Así que no te quejes. Encontré a pelos de mierda leyendo un artículo acerca del significado de las flores y tuve curiosidad por leerlo también solamente para matar el tiempo. Me pareció una soberana tontería pensar que hay personas que leen esto solo por diversión, es la cosa más aburrida de todas las que he hecho. Pero, solo hubo una sola flor que captó mi atención: el girasol. ¡Y eso solamente porque cada uno de sus posibles significados jodidamente te está describiendo, nerd! Juzga por ti mismo:

  1. Representa a la felicidad, la vitalidad y la energía.

No existe nadie más feliz y enérgico que tú, nerd. Aún me sorprende la cantidad de cosas que tienes que hacer, ¡y aun así te queda la energía suficiente para escuchar todas mis quejas, aconsejarme y provocar que mi día de mierda se transforme en el mejor de todos! Solo tú puedes contagiarme de tu vitalidad para conseguir que quiera seguir adelante y así cumplir con mis metas.

  1. Paz.



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En el texto hay: fluff, katsudeku, bakudeku

Editado: 16.11.2024

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