Para Izuku, tener el departamento para él solo había resultado desesperante. No se había dado cuenta de lo acostumbrado que estaba a la presencia de Katsuki hasta que éste había tenido que salir al extranjero por una semana entera. Katsuki había intentado negarse, pero su presencia como representante de Japón en la ciudad de I-Island en un evento que reuniría a los principales héroes de todo el mundo, era por completo imprescindible. Y aunque seguía siendo amigo de Melissa Shield como para recibir una invitación, Izuku había tenido que declinar porque el trabajo en la UA se le había acumulado.
Katsuki le hablaba todos los días cuando se libraba de sus obligaciones sin importar el cambio de horario, y aunque se ponía contento en cada videollamada, al terminar, cuando el departamento volvía a sumergirse en el silencio, la soledad volvía a cernirse sobre él con peso de plomo. El anillo en su dedo anular también le servía para darse ánimos pues le recordaba la promesa que Katsuki le había hecho. Kacchan seguía burlándose de él cada vez que miraba el anillo pues decía que ponía una expresión boba, pero él mismo lo había visto sonreír cada vez que observaba su propio anillo. ¿En conclusión? Eran un par de tontos enamorados por más que Katsuki Bakugo gruñera oponiéndose a la idea.
Lo único que lo animaba era que Katsuki regresaba al fin por la mañana y no podía permitirse estar deprimido. Estaba totalmente empeñado en arreglar el departamento para que su novio no pudiera reñirle por ser un desastre andante al día siguiente.
— ¡Bien, Izuku Midoriya, limpiemos este departamento!
El peliverde golpeó sus mejillas con sus manos para darse ánimos y después, se dirigió a la recámara. Comenzaría por ahí.
***
Los pies de Izuku se movían de forma inconsciente al ritmo de la canción que había puesto en su celular. De esa manera era capaz de concentrarse mejor mientras quitaba el polvo que se había acumulado sobre la superficie de la cornisa del armario. O eso había pensado hasta que su pie izquierdo se deslizó fuera de la silla en donde se encontraba parado, provocando que cayera al piso de forma aparatosa. Quizás había sido una mala idea continuar bailando encima de un espacio tan pequeño como el que proporcionaba una silla.
— Ay… — Izuku murmuró sin levantarse del suelo, frotando con sus manos la zona de su cuerpo más adolorida.
Después de un momento se levantó con resignación debido a su torpeza. Ahora no solo tendría que limpiar, sino que también tendría que volver a acomodar lo que se había caído junto con él del armario. Guiado por la curiosidad al notar un objeto que nunca había visto, se aproximó a él para poder tomarlo.
Aquel objeto se trataba de una caja de madera, que por la caída la tapa se había abierto y era posible ver su contenido. Olvidando su trabajo, se llevó la caja a la cama en donde se sentó para poder analizar con cuidado lo que había en su interior. Adentro había varios papeles doblados cuidadosamente. Se sorprendió un poco más al darse cuenta de que cada nota estaba escrita con la inconfundible caligrafía de su novio.
— ¿Debería leerlas? — Se preguntó Izuku un tanto inseguro. — Si esta caja estaba escondida es porque Kacchan no quería que la encontrara, pero… — Tomó la primera nota y al abrirla se dio cuenta algo que se repetía en el resto. — Todas estas notas parecen que están dirigidas a mí. Supongo que siempre las puedo leer rápido y regresarlas a su lugar antes de que Kacchan regrese.
Con un encogimiento de hombros como para darse valor, abrió por completo la primera nota y leyó:
“Izuku, no te rindas, encontremos juntos la forma en que sigas siendo un héroe. KB.”
A Izuku le fue imposible no sonreír. Por lo desgastada que se miraba la tinta, suponía que esa nota fue hecha cuando le confesó al rubio en el hospital que perdería el One For All de un momento a otro. En aquel entonces Katsuki no había explicado más, solamente lo había abrazado mientras lloraba. Abrió la siguiente.
“Izuku, no sé qué me pasa contigo. ¿Cómo le hago para sacarte de mis pensamientos? KB.”
Las mejillas del peliverde se sonrojaron con ligereza. Ahora que se ponía a pensar, aquella nota abrió una duda: ¿desde cuándo Kacchan había comenzado a darse cuenta de lo que sentía? Cada nota parecía estar acomodada de forma cronológica. Con lo organizado que era su novio, resultaba hasta lógico que fuera de esa forma. Abrió la siguiente nota con una sonrisa.
“Izuku, quisiera poder hacer algo para que tu sonrisa sincera regresara. KB.”
Izuku volvió a sonreír mientras acariciaba las letras de la nota con cariño. En aquel entonces creía que estaba haciendo un buen trabajo para que sus amigos no se preocuparan por él, por eso procuraba sonreír a pesar de los pronósticos tan desalentadores que tenía por todas partes. Al parecer había fallado pues Kacchan lo había notado. Pero ahora todo era distinto, ahora todas sus sonrisas eran sinceras y el principal motivo de que volviera a sonreír con sinceridad era su rubio explosivo. La siguiente nota le regresó el sonrojo a sus mejillas sin que pudiera evitarlo.
“No puedo hacer que mi corazón deje de latir desenfrenado con tu sola presencia, ¿qué debería hacer? Tu amistad es lo que más valoro y no quiero perderte. Creo que mejor me callaré. No debería estar sintiendo esto por ti. KB.”
¿Kacchan teniendo dudas? Le seguía pareciendo sorprendente la forma en la que su novio había cambiado. En el pasado nunca aceptaba sus errores, ahora se había convertido en alguien más objetivo y claro. Cada vez más intrigado, comenzó a abrir cada una de las notas que faltaban.