Después de Morir

Libro

El corazón me palpita rápido dando a relucir mi asombro y alegría. Observo los azules ojos de Alaska y la abrazo, sus delgados y amoratados brazos reposan sobre mi cintura.

_Debes cuidarte, ella ya viene, ella la quiere.- me aparto lentamente de su cuerpo y la observo con el entrecejo fruncido, no entiendo de lo que esta hablando.

Su mirada se encuentra pérdida en algún sitio de la habitación, lo repite una y otra vez, me pide que me cuide de ella pero ¿Quién es ella?

_Alaska mírame.- sus ojos son posados sobre los míos y deja de balbucear palabras sin sentido._ ¿Quién es ella?.- y nisiquiera ella sabe ya que solo empieza a negar.

Para de mover su cabeza en forma de negación y toma mis mejillas entre sus manos, me sobresalto por la sorpresa.

_Ella quiere a tu bebé, cuídala por favor, ella te conoce y me conoce.- justo en ese momento los médicos atraviesan las puertas del pequeño cuarto de hospital. El doctor que me estaba atendiendo se queda petrificado ante la imagen de mi hermana sentada sobre el colchón de la cama

_¿Cómo es esto posible? Ella ella estaba muerta !Muerta¡.- corre hacía mi y me aparta de mi hermana para empezar a examinarla pero algo pasa, empieza a hipar en busca de oxígeno para sus pulmones, trato de soltarme del agarre del enfermero pero es imposible; la estoy viendo morir por segunda vez.

Una enfermera coloca un tuvo con oxígeno conectado a una mascarilla, ellos dicen que eso le permitirá respirar pero que deben entubarla hasta que despierte del coma.

Coma...
Coma..
Coma.

Las únicas palabras que se repiten en mi mente aún y cuando me dijeron que mi bebé posiblemente haya sido afectado por mi caída producto del empujón que Jhonas me propinó.

Desde el vidrio observo y escuálido cuerpo de mi hermana. Su rostro luce tan delgado y eso que solo han pasado dos semanas, no ha dado señales de querer o poder despertar, mamá dice que la tendrán conectada hasta que Alaska cumpla los 22, mi hermanita cumplió 19 este año.

Mamá y papá dicen que alguien debe cuidar de su casa, la han dejado demasiado tiempo sola y su vecina ya no se puede encargar de ella. Me iré a Irlanda dentro de unas semanas, su casa queda en un pueblo de nombre extraño a donde íbamos de vacaciones, mamá dice que Irlanda fué el lugar donde se dió inicio a las brujas, amaba cuando nos quedábamos en Kilkenny.

Entro a la habitación de Alaska y cambio las antiguas rosas que había dejado mamá allí para ella por un hermoso girasol, ella los ama.

_Despierta pronto, debes conocer a tu sobrino o sobrina, dentro de un mes me dirán su sexo y quiero que estés allí.- Suelto las palabras al aire, sé que me escucha o por lo menos eso deseo creer. Le doy un beso en la mejilla y salgo de la habitación.

Son casi las 7 de la noche, ya esta oscuro y Aldahir viene por mi, dice que esta a unos 10 minutos de aquí. Camino por los largos y blancos pasillos del hospital, el olor a alcohol mezclado con ese peculiar toque de los hospitales se cuela por mis fosas nasales; sonará extraño pero amo este olor, de niña solía pasar la mayor parte de mis días en uno, sufría de muchas alergias, asma y cuando entraba en crisis me faltaba el aire.

Extrañamente no hay casi personas como es lo normal ver en los pasillos de un hospital, una que otra enfermera llevando medicamentos, dejo de pensar en eso y presto mas atención a mi camino.
Enfermeras empiezan a correr hacía la misma dirección a la que yo voy, una de ellas choca conmigo haciendo que me estampe contra el piso, la señora mira hacía atrás y se apresura a ayudarme.

_Disculpe, hay un caso de dos oficiales heridos y tres reos en estado crítico y nos están llamando a todas.- me tiende la mano y me ayuda a levantarme.

Cuando estoy de pie me observa de arriba abajo buscando que este bien y se queda mirando fijamente el bulto en mi vientre, pone cara de horror pero antes de que entre en pánico me apresuro a calmarla

_No se preocupe, estoy bien. Caí sobre mis rodillas además es un bebé muy fuerte la verdad.- y bueno eso no la dejó tranquila.

Me llevó a uno de los consultorios y no me dejó ir hasta estar segura de que estoy bien, nuevamente puedo ver la puerta a unos pasos así que sin pensarlo me acerco a ella y la atravieso; miro en todas las direcciones en busca de mi amigo pero no lo encuentro, son las 8:30 p.m se supone que hace una hora debió haber llegado.
Rebusco en mi bolsillo por mi teléfono y le marco.

1..2...3..
Este es mi correo de vo.....

Me manda directamente al buzón, no puedo irme sola y mis padres no tienen auto

{{¿Y si está allí dentro?}}

Doy media vuelta y nuevamente ingreso en el hospital, trato de recordar a donde iban todas las enfermeras, doy vueltas por los pasillos hasta encontrar un tumulto de personas donde se mezclaban policías y civiles, una enfermera trata de explicarles algo pero todos hablan al mismo tiempo y nadie le presta atención.

Sigo buscando entre los uniformados hasta que encuentro a mi amigo sosteniendo su brazo, el corazón me da un brinco de tranquilidad y alegría al mismo tiempo.

_Carlos Aldahir ¿Por qué no me dijiste que estabas herido?.- Mi amigo gira su rostro hacía mi dirección y puedo jurar que vi su cara palidecer.

Empieza a abrir y cerrar la boca intentando pronunciar alguna palabra pero solo son balbuceos sin sentido.

_No quería preocuparte.- logra safar una corta pero muy bien pensada oración._Si regresas a tu casa toma mi auto.- me extiende la llave de su auto y las tomo, me despido de él con un beso y me encamino por tercera vez a la salida del hospital.

Hace frío, es algo tarde y tengo hambre, antes de ir a casa pasaré a algún lugar donde vendan comida. Extrañamente no hay tantos autos en la carretera por no decir ninguno, aparco en un lugar donde venden comida latina y pido unas papas, un refresco y unos suspiros.




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