Después de Morir

Capítulo 4


 

Toda mi maldita vida he tratado de hacer las cosa bien, quiero y añoro estar en paz y nunca he podido. Realmente lo que mas deseo es estar en paz, solo eso.

 

Los días desde que llegué a Irlanda se han pasado lento, cada noche trato de quedarme despierta, trato de que cada luz de la casa este encendida y cada puerta este sin trancas. Mi embarazo se encuentra en el mes número 6, en unos 3 o 4 meses más daré a luz y esa cosa querrá llevársela ¿Cómo se supone que detendré a un ser que ni siquiera pertenece a este mundo?

 

Estoy exhausta mentalmente, por lo menos Aldahir a dicho que hoy aterriza su avión en Irlanda, lo necesito, realmente lo necesito.

 

Son las 5 de la mañana, en una mano sostengo un jugo de naranja y en otra una tostada sumamente quemada, tengo la vista fija en las olas del mar, sí, las olas del mar; he tomado como costumbre venir a la pequeña banca en la colina cada mañana antes de que el sol aparezca y observar el amanecer, hago esto desde el día en el que desperté en el hospital y de eso ya han pasado casi 4 semanas.

 

Las suaves pisadas que tratan de ser inaudibles delatan a Maren, la gravilla del camino no la ayuda mucho que digamos a su intento de ser sigilosa

 

_ Maren, hermosa ¿No debes estar arreglándote para ir a clases?.- escucho un suspiro como respuesta.- ¿Quemaste nuevamente las tostadas cierto?

 

_ no... Bueno sí.- sonrió, ella a sido una gran compañía para mi; en estos días he podido aprender muchas cosas de ella que me parecen fascinantes.

 

Maren es sumamente dulce y tímida, para la edad que tiene es muy inteligente, super dotada diría yo. Con profundo pesar me levanto de mi cómodo asiento frente al acantilado de la playa y me dispongo a hacerlo el desayuno a la pequeña adolescentes

 

_ Camina, haré batido de fresas con Yogurt y leche, y quizás unas tostadas, también tengo hambre.- una pequeña sonrisa adorna su rostro.

 

Una hora después estoy sola en casa de Maren.

 

Esta casa es casi idéntica a la de mis padres, la único diferente aquí dentro es la decoración y distribución de las diferentes secciones de la casa, eso y el aire de paz que siento cuando estoy aquí.

 

Me siento en el pórtico de la casa y el sentimiento de melancolía me invade, tengo 7 meses de embarazo y en ninguno a estado presente Jhonas, no a visto crecer a su hija, no me a ayudado a decorar au cuarto y no me a dicho los nombres que quiere para ella. Me duele hasta el alma saber que he amado a un monstruo, me duele saber que el hombre que acogí en mi cama por 5 años y más, violó a la niña dulce que solía ser mi hermanita pequeña.


 

Gotas saladas surcan mis ojos, realmente me duele, cada minúscula parte de Jhonas me hace odiar el mundo entero y sobre todo, a mi.

 

Sigo en el pórtico de la casa, dejando atrás el sentimiento melancólico, realmente me gusta estar aquí en Kilkenny, me da paz o por lo menos eso creo ya que las personas del pueblo me observan como a un bicho raro y no son todos, son solo los que tienen una edad aparentemente mayor, de unos 65 en adelante quizás. Para sacarme de mis pensamientos el teléfono vibra y la foto de un guapo chico con pecas aparece en la pantalla

 

_ Dígame mi capitán ¿Cómo puedo ayudarle?.- una sonrisa tonta se dibuja en mi rostro

 

_Vamos Amaranta, dijiste que vendrías al aeropuerto por mi ¿Dónde estás?.- vaya, creo que olvidé ese pequeño detalle._ Sabes, mejor no vengas, esta lloviendo y tu no debes andar por la calle así como estás


 

 


 

Punto a mi favor

 

_ Te enviaré la dirección por WhatsApp.- corto la llamada y le envío la dirección, espero a que abra y responda la conversación

 

  "Pequitas"

 

"Gracias por nada tonta ¿Llevo hamburguesas y helado?"

 

"Yo"

 

"Enserio te amo chico"

 

En nuestro lenguaje, eso es un sí. Guardo el teléfono en el bolsillo del abrigo que "tomé" prestado de la habitación de mi mamá y me dispongo a ir a buscar a Maren, ahora que lo pienso ¿Quién le pone Maren a su hija?.


 

Eso es una pregunta que debo recordar nunca hacer frente a la señora Mhar; rebusco las llaves de mi auto en mi bolso y las tomo, podría ir caminando pero la verdad me duelen los pies y esta niña pesa una tonelada, no me importa si sueno exagerada. Mi auto realmente es el auto de mi padre, un Mustang bastante viejo pero muy lindo, me pidió que no lo conduciera pero vamos, nunca presto atención a las cosas que me pide.

 

Salgo de la casa y me dirijo a la entrada principal, frente a esta esta estacionado el auto, me subo y lo arranco con precaución debido a que bueno hay una parte del piso faltante y no quiero pisar allí y trabarme. Colocó un pedazo de madera que saque de la cochera y tapo el agujero, problema resuelto; coloco música y el camino se me hace corto, demasiado para mi gusto.

 

Maren esta frente a la salida con una cara de póker, se acerca al auto y cierra la puerta con evidente ira

 

_ Cuéntame hermosa ¿Qué pasó?.- pregunto a penas sus pies tocan el piso del auto

 

_ Una profesora me llamó estúpida y dice que tú solo traes problemas al pueblo.- bien, ya cabrie.

 

_ Corazón ¿Te apetece ver como tu niñera se pelea con tu "profesora"?.- lo último lo menciono entre comillas, una sonrisa perversa se dibuja en el rostro de la niña, en definitiva la he cuidado muy bien.

 

Nos bajamos del auto y le pido que me guíe hasta el salón asignado a esa profesora, en el camino me topo a varios padres que me saludan con una sonrisa amable y uno que otro anciano que me observa con recelo. Perfecto, un pueblo lleno de ancianos locos.

 

Maren se detiene frente al aula 60, debajo del cartel que señala el aula se lee "Profesora Ahrenmis"




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