Después de ti (libro 2.)

Cap. 2 Nueve años después

 

Durmstrang había sido una de las escuelas de magia más famosa, y no tanto por la calidad de su enseñanza, sino por su notoria inclinación hacia las Artes Oscuras. Después de la caída de Voldemort, gradualmente había ido perdiendo notoriedad en ese sentido, pero aún conservaba su tendencia a tratar las Artes Oscuras, quizá con excesiva condescendencia. Sin embargo, muchos magos habían desistido de enviar a sus hijos varones a Hogwarts, decantándose por Durmstrang, especialmente si residían en algún lugar de Europa oriental.

El actual director de Durmstrang, se encontraba en su despacho y miraba con desconfianza al individuo que se sentaba frente a él. Aquel hombre acababa de hacerle una solicitud, y por algún motivo no confiaba en él.

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Un día de finales de julio, nueve años después de finalizada la guerra, un nombre apareció en la lista de nuevos ingresos de Hogwarts. Anthar Black.

Minerva McGonagall dio un grito e inmediatamente se puso de pie, hizo un movimiento con su varita, y luego se volvió hacia el retrato de Dumbledore que la miraba con su dulce sonrisa.

  • ¡Está vivo!  --  le dijo  --  El hijo de Sirius ¡Está vivo!
  • Me alegra saberlo, pero no tenía dudas al respecto, al igual que él.
  • Pero lleva años buscándolo, yo pensé que ya…
  • Nadie debería renunciar nunca a las esperanzas, y ciertamente él no lo ha hecho
  • Me pregunto ¿dónde estará?
  • Pues están a punto de averiguarlo, y espero que esté en las manos adecuadas
  • ¿A qué te refieres?
  • Tenemos una idea bastante aproximada de quién se lo llevó Minerva, por lo tanto, deben estar preparados para que quien lo tenga, no se muestre muy amable, y menos aún que quiera devolverlo.
  • Lo cual sería ventajoso para esta escuela, porque sin duda el hijo será diez veces peor que el padre  --  dijo Snape con voz ácida  --  y teniendo en cuenta que falta solo otro año para que también ingrese un Lupin, mejor estamos sin el hijo de Black.
  • Severus por favor  --  se quejó McGonagall  --  ni siquiera los conoces, además, Remus tiene una hija, no un chico.
  • Da lo mismo, no creo que el género haga mucha diferencia  --  sentenció él, mientras Dumbledore sonreía

Pero la conversación quedó suspendida en cuanto un enorme perro plateado se posó en medio del despacho.

 

  • Voy en camino

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Aquella mañana, Sirius leía El Profeta y sonrió con satisfacción al ver en primera plana, una fotografía de su ahijado con la leyenda: Nuevo Jefe del Departamento de Aurores. Finalmente, Harry había aceptado. Repentinamente un alboroto llamó su atención, pero unos segundos después sonrió y volvió a la lectura. Ya estaba acostumbrado a las constantes riñas entre Grace y la niña.

  • ¡Rowena Black! Harás exactamente lo que te estoy diciendo  --  decía en aquel momento Grace
  • ¡No!
  • ¡Sirius!
  • ¡Papi!

No teniendo idea del motivo de la discusión entre madre e hija, Sirius bajó un poco el diario y sus ojos grises asomaron por encima de éste, dejando cuidadosamente oculta su sonrisa.

  • ¿Qué sucede?
  • Mi mamá quiere que vaya al cumpleaños de tío Harry pareciendo una estúpida muñeca de escaparate  --  chilló la niña
  • Al menos una vez en tu vida, te vestirás como corresponde.
  • Tú lo que quieres es que todos mis primos se burlen de mí
  • A ver Wini  --  dijo Sirius  --  ¿Por qué habrían de burlarse?
  • Ya te lo dije papi  --  dijo ella furiosa  --  Mi mamá quiere que me ponga un trapo horroroso, y…
  • No es un trapo horroroso, señorita. Es un vestido muy hermoso, y…
  • Sí, seguramente en los años de la revolución, madre  --  y se volvió hacia Sirius que hacía inhumanos esfuerzos por no reír  --  Si voy vestida así, James y Lyra no pararan de reír en toda la noche.
  • ¡Ja! Esos demonios me traen sin cuidado
  • Pero a mí no.
  • ¡Ya basta Rowena, te vestirás de ese modo y punto!

Dicho esto, abandonó el comedor. Una vez a salvo de su mujer, Sirius tiró el diario y abrazó a la niña.

  • No te preocupes Wini, tengo una idea de cómo resolver esto  --  y la niña sonrió de forma idéntica a él

Rowena estaba segura que su padre resolvería el asunto, después de todo, él era el principal responsable de que su guarda ropa estuviese compuesto de jeans desteñidos, playeras de todos los colores imaginables, y tenis. Pero no llegó a enterarse de cuál era la idea, porque en ese momento un gato plateado se posó sobre la mesa.

  • Sirius, necesito que vengas a Hogwarts con la mayor urgencia



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En el texto hay: magia familia amor, hpoutcannon segundageneracion

Editado: 06.10.2022

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