El día del cumpleaños de Remus, Lyra se levantó muy temprano, algo absolutamente contrario a sus costumbres. Se bañó y se vistió a toda prisa, sacó el paquete envuelto en papel brillante y se dirigió a la habitación de sus padres. Mientras caminaba, iba sonriendo al recordar el día que habían ido a comprar el regalo. Ella le había pedido a Sirius que la llevase a hacerlo, y Sirius se había burlado hasta la saciedad por su “originalidad”, según él lo último que necesitaba Lunático era otro libro, pero Lyra sabía que su padre amaba los libros, y la literatura muggle era una de sus preferidas. De modo que ignorando a Sirius y sus burlas, había adquirido un libro antiguo que hablaba sobre la magia desde la perspectiva de los muggles.
Abrió la puerta y entró, pero al minuto siguiente deseó no haberlo hecho, porque sorprendió a sus padres en medio de un apasionado beso.
Ellos se habían separado rápidamente en cuanto escucharon el grito, pero, aunque Remus había puesto cara de vergüenza, Hermione estaba muy enfadada.
Pero ella ignoró a su madre y caminó derecho hacia Remus.
Dicho esto, abandonó la habitación. Remus miró a su mujer con algo parecido a un “Lo siento” y salió a toda prisa de la cama.
Mientras Lyra aguardaba a que sus padres bajaran, entró Clío por la ventana. La niña desató el pergamino y se sorprendió al ver la caligrafía de Anthar. Desde el día de la conversación con su tío acerca del asunto Avery, no se habían visto más. Después que habían abandonado el estudio, hubo un breve momento de incomodidad.
Y se marchó a toda prisa antes de que ella dijese cualquier cosa desagradable por haber utilizado el calificativo que él sabía que solo a su padre le estaba permitido.
Ahora, con el trozo de pergamino en la mano, se preguntaba qué cosa habría hecho a Anthar escribirle. De modo que abandonó sus pensamientos y leyó.
Lyra: Solo quería avisarte que ayer fuimos por Tyler. Ya está en casa, y debo agregar que papá lo invitó a quedarse unos días
Lyra abrió mucho los ojos, ciertamente no se había esperado aquello, al menos no después de lo poco entusiasmado que sabía estaba su tío con la visita de Tyler. De modo que quiso ir inmediatamente a Grimauld Place, pero recordó que no podía irse, primero porque tenía que avisar a sus padres, y segundo porque se suponía que los estaba esperando para desayunar, pero como ella no se caracterizaba por su paciencia, ya iba a subir a llamarlos cuando vio que bajaban.
Mientras Hermione preparaba el desayuno, Lyra se sentó con su padre y estuvieron conversando acerca del libro que ella le había dado, y el cual había entusiasmado mucho a Remus. Cuando estaban por finalizar el desayuno, Lyra solicitó el permiso.
Ellos decidieron dejarla ir en beneficio de la paz, porque probablemente Wini estuviese reclamando la presencia de Lyra, y si no iba, con toda seguridad en breve tendrían en la chimenea la cabeza de la enfurecida señorita Black, que luego de reclamar en todos los tonos, terminaría llorando y diciendo que no la querían, y acto seguido, Sirius se enfurecería con Remus por hacer llorar a su princesa. Como ya conocían todo el ritual, decidieron ahorrárselo y Lyra se marchó. Aunque no podían haber estado más equivocados en aquella oportunidad.
Los Black, aún estaban desayunando cuando Lyra hizo su entrada. Esto causó sorpresa general por lo temprano, pero Rowena se puso muy contenta de ver a su prima.
La niña caminó hacia su lugar habitual en la mesa, pero antes, metió la mano en el plato de Anthar y le quitó un pedazo de la rebanada de pan. El chico arrugó el entrecejo, su prima había desarrollado la odiosa costumbre de que sin importar lo que él estuviese comiendo, invariablemente ella le quitaba un poco. A pesar de que no le agradaba el asunto y se lo había hecho notar, habría sido mucho esperar que Lyra le prestara alguna atención, de modo que terminó por aceptarlo como otra realidad de la vida. Una vez que Lyra se sentó, miró a Tyler y se notó la incomodidad de éste. Todos los amigos de Anthar conocían el carácter de la chica y la evitaban tanto como podían, y verse sometido al escrutinio de Lyra no le sentó nada bien.