Lyra despertó sobresaltada al sentirse sacudida bruscamente, y no estaba para nada contenta de ello, porque había estado teniendo hermosos sueños y ciertamente lo último que quería era despertar. Cuando abrió los ojos, se encontró con los rostros de Wini y de Victorie a pocos centímetros del suyo.
Rowena y Victorie se miraron y sonrieron, al menos era la Lyra de siempre.
Al escucharlas, todos los recuerdos volvieron y Lyra se incorporó en la cama. Lo último que recordaba era que después de su discusión con Anthar, se había marchado sin un rumbo fijo y luego había escuchado la voz de Demian, pero hasta ahí llegaban sus recuerdos. De modo que se levantó a toda prisa y les dijo a sus primas que la esperaran. Después de un baño veloz, salió y mientras se vestía, pidió a las chicas le contaran lo sucedido. Al finalizar, Lyra solo quería una cosa, la cabeza de Demian Turel. Cuando bajaban las escaleras, Rowena la sujetó por el brazo y la detuvo.
Pero en realidad Lyra en la última persona que estaba pensando era en Anthar. Su discusión de la noche pasada no había sido ni mejor ni peor que otras muchas, de modo que aquello ya lo había olvidado. Su prioridad ahora era aquel mal nacido de Turel.
Los chicos ya las esperaban cuando llegaron abajo, y James corrió hacia Lyra.
Lyra y Rowena sonrieron mientras que Victorie meneaba la cabeza de un lado a otro, porque a pesar de que nunca la dejaban fuera, ella siempre era la participante menos entusiasta de las locuras de sus primos, y aunque en principio intentaba disuadirlos, nunca los dejaba solos, al igual que Albus.
Después de la descarga de James, se acercaron Magenta y Eidel, la saludaron y le expresaron su alegría de que estuviese bien. Pero el que parecía no animarse a acercarse era Anthar, y Lyra recordando lo que acababa de decirle Wini, decidió mostrarse generosa.
Conociendo a Lyra como la conocían, aquel era un comportamiento casi agradable, lo que tal vez no esperaba la chica, era que Anthar no dijese nada y en lugar de ello la abrazase con tanta fuerza que casi le quitó la respiración.
Él se separó y sujetó el rostro de la chica entre sus manos examinándolo minuciosamente, recordaba lo que había dicho Demian y quería asegurarse de que en realidad estaba bien. Lyra se sintió incómoda mientras los ojos grises recorrían cada centímetro de su rostro.
Con mejor ánimo, todos se encaminaron hacia el comedor, y al entrar a él, de forma automática todos giraron las cabezas hacia la mesa de Slytherin. Sin embargo, ninguno de los individuos que buscaban estaba en ella.
Esa mañana ninguno tenía clases compartidas con los Slytherin, pero en uno de los recesos, Anthar puso a Tyler al tanto de lo ocurrido la noche anterior, y el chico experimentó la misma indignación que ellos.
A la hora del almuerzo, los individuos tampoco se presentaron en el comedor, de modo que los chicos comenzaron a preocuparse, no por la suerte de aquellos imbéciles, sino por no poder cazarlos.
Esa tarde Anthar tenía clase de DCAO, y era una de las que compartía con los Slytherin, de modo que tenía mucha prisa por llegar a ella. Divisó a Tyler a mitad del pasillo justo en el momento en el que él saludaba a Lyra que salía del aula de DCAO. Lyra miró en dirección a Anthar y le cambió la expresión. Por un momento el chico se preguntó qué había hecho para generar la ira de su prima, pero en realidad Lyra no lo estaba mirando a él.
La mayoría de los estudiantes ya conocían lo suficiente a Lyra Lupin, de modo que cuando la vieron avanzar en aquella actitud, se apartaron tanto como les fue posible, y antes de que Anthar pudiese decir nada, ella le pasó por un lado y él se giró.