Después que Anthar abandonó la enfermería, caminó sin rumbo fijo hasta que finalmente había salido del Castillo y había ido a sentarse a la orilla del Lago. Durante todo el camino había ido pensando y analizando los hechos. Era verdad que cuando Tyler le hizo notar que su interés por Lyra iba más allá del que se siente por alguien de la familia, en un principio se había negado a ello, pero luego tuvo que rendirse ante la evidencia de que en realidad se sentía atraído por su prima. Una vez aceptado ese hecho, no sin mucha resistencia, comenzó a plantearse la conveniencia del mismo, y después de mucho pensarlo había llegado a la conclusión de que solo había una forma de averiguar si aquello funcionaría o no. De modo que decidió hablar con Lyra al respecto
Pero las cosas nunca salen como se espera, ni aún las mejor planeadas. Primero, no encontraba ocasión para hacerlo, y segundo, cada vez que lo intentaba sentía como si algo se atravesara en su garganta, lo que terminaba por irritarlo mucho y ganarse las burlas de su inmisericorde prima. De modo que la frustración, unida al evidente desinterés que manifestaba ella, había terminado por suprimir los intentos de él.
Sin embargo, el día que volvían a la escuela, casi le da un paro cardíaco cuando había visto a Lyra en brazos de Jason, que para ese momento él no tenía idea de quién era el personaje y lo único que quería era arrancarle la cabeza; pero al ver de quién se trataba, sus movimientos habían quedado congelados.
Durante el viaje a Hogwarts, había tenido tiempo más que suficiente para pensar, y lo había empleado tratando de rememorar todo lo que sabía de Jason. Según todos, era una especie de héroe que había arriesgado su vida para proteger la de Lyra, pero más allá de eso, que según lo que había podido comprobar pesaba mucho, estaba el hecho de que el sujeto se había labrado un camino lleno de historias fascinantes, donde destacaban no solo su aparentemente indiscutible habilidad, sino un valor y una audacia que rayaban en la locura. Había que sumar a todo lo anterior, que aquel infeliz también era una especie de super sanador capaz de curar casi cualquier cosa. De modo que sus acciones durante el tiempo de la guerra contra Voldemort, habían alcanzado la categoría de hazañas, y aunque su padre y sus tíos habían tenido una participación protagónica en ese período, ellos seguían haciendo una vida pública, mientras que Jason había desaparecido misteriosamente alcanzando de ese modo el estatus de leyenda. De manera que era comprensible que Lyra sintiera aquella desmedida admiración por él.
El problema según y cómo veía Anthar las cosas, era que estaba convencido que Lyra había colocado a aquel sujeto en un pedestal muy alto, y lo había convertido en el paradigma del individuo perfecto, por lo que el resto de los humildes mortales estaban muy lejos de siquiera poder ser comparados con Jason Prewet.
En estas circunstancias, Anthar veía muy difícil que nadie alcanzase nunca las suficientes cualidades como para competir con la figura que ella había idealizado y había elevado a la categoría de semi Dios sin más trámites. Todo este conjunto de consideraciones, había hecho que, al bajar del tren, Anthar hubiese tomado la decisión en beneficio de su salud mental, de olvidarse de todo el asunto. La cuestión es que una cosa era decirlo, y otra muy distinta hacerlo.
Hasta la fecha, había logrado superar con éxito el verla siempre rodeada de individuos que se mataban por su atención, y por su parte él había distraído sus necesidades de afecto, en compañía de varias señoritas que se mostraban generosamente interesadas en complacerlo, pero aún seguía mortificándose por aquella malvada muchachita que se empeñaba en hacerle la vida miserable.
Cuando Tyler había salido de la enfermería, había ido con James a las cocinas porque él también tenía hambre, y después que resolvieron ese detalle, se fue con el chico a la Torre de Gryffindor. Le dijo que por favor le pidiese a Anthar que bajase que él lo esperaría allí, lo que generó la inmediata burla de James.
James desapareció en el interior de la Torre, y cuando el retrato volvió a su lugar, la señora Gorda lo miró durante tanto tiempo, que Tyler terminó por ponerse nervioso.
A pesar de que era solo una pintura, Tyler enrojeció hasta la raíz del cabello y se retiró un poco del retrato hasta que James volvió a salir.
Pero mientras se giraba lo escuchó reír con su habitual descaro, si había alguien a quien lo trajera sin cuidado la opinión que los demás pudiesen sustentar de él, ese era James sin duda alguna.