Despues de ti, yo

Capítulo 3 – Algo empezó a doler sin romperse aún

No fue de un día para otro.

Al principio, era solo una sensación leve, casi imperceptible.

Como una brisa fría entrando por una ventana que parecía cerrada. Nada grave. Nada evidente. Solo… algo. Él seguía ahí. Con sus mensajes. Con su risa. Con sus palabras. Pero ella ya no sentía lo mismo. No por falta de amor, sino por exceso de dudas.

Empezó a notar el cambio en los silencios. En la forma en que él dejaba el teléfono hacia abajo, en las respuestas cortas, en los “luego hablamos” que antes eran “cuéntame todo”. A veces lo miraba y lo sentía lejos, como si estuviera con ella por rutina, como si su cuerpo estuviera presente pero su alma ya se hubiera ido. Ella lo intuía. Porque las mujeres saben.

Porque el cuerpo avisa antes de que el corazón quiera aceptar. Pero en lugar de confrontarlo, se culpó. Pensó que quizás estaba exagerando. Que tal vez eran celos, que tal vez era ella la que estaba fallando. Así que intentó más. Se esforzó más.

Se calló más. Amar, para ella, siempre había sido entrega. Pero esta vez la entrega la estaba dejando vacía. Y aún así, no se iba. Porque todavía lo amaba. Porque todavía quería creer. Era como mirar una tormenta formarse al horizonte… y seguir sonriendo con la esperanza de que no llegue hasta tu puerta. Pero el huracán ya venía.

Y ella, aunque aún no lo sabía, estaba a punto de romperse.




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