Despues de ti, yo

Capítulo 11 – Y un día, ya no dolió igual

No hubo aviso.

No fue un día marcado en el calendario. No hubo señales del universo ni frases motivadoras.

Simplemente… pasó.

Despertó una mañana cualquiera, la luz entraba por la ventana con suavidad, el café tenía aroma a inicio, y la música de fondo no le recordó a nadie.

Ese día, no pensó en él al despertar. No revisó el celular buscando su nombre. No volvió a leer conversaciones viejas ni se preguntó qué estaría haciendo.

Ese día, no dolía igual. Y fue ahí donde lo supo: estaba sanando. No por completo, no de forma mágica. Pero algo dentro de ella se había movido.

Como si el corazón, cansado de arrastrarse, hubiera decidido levantarse solo. Ese día se miró al espejo… y se vio diferente. No más fuerte, no más bella… solo más ella. Más libre. Más presente. Más suya. Rió sin motivo. Rió con ganas. Y en esa risa no había nostalgia, había libertad.

Se sintió ligera. No porque él ya no importara, sino porque ella ya no se pertenecía a través de él. Había reconstruido tantas veces su historia, pero por fin, la estaba escribiendo sin él dentro. Y así, en esa mañana común, en ese sorbo de café, en esa sonrisa sin explicación… nació un nuevo capítulo:

Uno donde vivir no doliera, donde amar no asustara, donde ella era suficiente sin necesitar demostrárselo a nadie. Ese día no fue perfecto. Pero fue honesto.

Y en la vida, eso ya es un milagro.




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