Capítulo 16 – Esta vez, no pidió permiso

Siempre había soñado con hacerlo.

Pero algo —o alguien— siempre la detenía.

Por miedo. Por amor. Por inseguridad. Por no querer incomodar a nadie.

Pero esta vez… no pidió permiso. Simplemente se eligió. Reservó el viaje. Pequeño, sencillo, nada lujoso. Solo ella, su maleta, su cuaderno y su nueva versión.

Lo hizo sin pensar demasiado. Porque cuando uno empieza a sanar, entiende que las decisiones más importantes no necesitan explicación… solo verdad. No se lo contó a mucha gente. No necesitaba validación. Solo necesitaba cumplir esa promesa que alguna vez se hizo a sí misma: "Cuando esté lista, me elegiré sin miedo." Y lo hizo. Llegó sola al terminal.

Sola al hostal. Sola a caminar por calles nuevas. Y en esa soledad, encontró algo que nunca antes había sentido: una compañía real consigo misma. No necesitaba que nadie le dijera que estaba bonita. Ella lo sabía. No necesitaba que nadie le tomara fotos.

Ella capturaba recuerdos con el alma. No necesitaba un “te amo” de otro. Ella se lo decía cada mañana al mirarse sin juzgarse.

El viaje no cambió el mundo. Pero cambió el suyo. Volvió distinta. No renovada por fuera… sino reconectada por dentro. Porque entendió que las grandes decisiones no siempre se ven espectaculares. A veces solo se sienten así: como libertad.

Y esa, ya no se la iba a quitar nadie.