Semen 34 años

En 2011, cuando estaba en la sala de enfermedades infecciosas del hospital con neumonía, colocaron en mi habitación a un hombre con el mismo diagnóstico. Al principio, él guardaba silencio y no hablaba, respondía brevemente y con pocas palabras a las preguntas cotidianas. Pero en la primera noche, me despertó gritando a todo pulmón. La enfermera de guardia en el pasillo llegó de inmediato y descubrió que tenía fiebre. Le dio un medicamento para bajar la fiebre, pero nada ayudó y así sufrió hasta la mañana, milagrosamente sin incendiarse. Al día siguiente vino el médico, hablaron de algo y le recomendaron una ecografía, pero como era fin de semana, solo podrían realizar el diagnóstico al día siguiente.

La siguiente noche volvió a gritar desgarradoramente y retorcerse, como si alguien lo estuviera cortando con un cuchillo. También suplicaba a alguien que parara y lo dejara en paz, pero atribuí esas súplicas a la temperatura que volvía a subir. La enfermera le dio paracetamol y hacia el amanecer se durmió. Y por la mañana me dijo que parece que pronto nos dejará.

En ese momento bromeé diciendo que lo darían de alta del hospital no muy pronto, pero él me contó sobre su pasado.

Resulta que antes el formaba parte de un grupo de satanistas. Salían por las noches a los cementerios, hacían cosas terribles. Profanaban tumbas y realizaban sus rituales. Pero últimamente, por las noches, le aparecían, ya sea demonios o espíritus malignos, y lo atormentaban. Al principio solo sentía dolor en sueños, pero luego comenzó a sentirlo también estando despierto. El dolor en los órganos internos se intensificaba, y sus "invitados" se volvían cada vez más malévolos con cada visita. Aunque ya había dejado esa secta hace mucho tiempo, esos fenómenos continuaron durante mucho tiempo.

Finalmente, le costaba respirar y acudió al hospital. Pero incluso aquí, los demonios no lo dejan en paz. Lo más interesante es que no hay rastros visibles de ellos por fuera.

Después del almuerzo, regresó con los resultados de la ecografía y dijo que el médico estaba extremadamente sorprendido al ver en qué mal estado estaban sus órganos internos.