El amanecer trajo consigo un clima tenso. Emma se levantó con la sensación de que la presión de los últimos días estaba a punto de estallar. Cada correo, cada mensaje anónimo, cada rumor circulando en redes sociales la había dejado en un estado de alerta constante.
Daniel, siempre atento, notó su preocupación mientras desayunaban.
—Emma, tienes que descansar un poco. No podemos enfrentarlo todo de golpe —dijo, mientras le servía café.
—Lo sé, Daniel —respondió ella—. Pero cada vez que me detengo, siento que retrocedo. Esta vez no puedo permitirlo.
Un ataque directo
Esa misma mañana, al llegar a la redacción, se encontró con que la impresora estaba bloqueada y la red de correo temporalmente caída. Parecía un sabotaje coordinado, diseñado para retrasar la publicación de su artículo más importante.
Clara la llamó enseguida, visiblemente alterada.
—Emma, esto no es casualidad. Alguien está intentando detenerte antes de que publiques.
Emma respiró profundo.
—Entonces debemos ser más estratégicos. No pueden ganar solo porque intentan intimidarnos.
Estrategia y protección
Isabel se reunió con ellas de inmediato.
—Debemos asegurar todas las pruebas y testimonios en servidores externos y duplicar cada documento. También necesitamos un plan de contingencia para la publicación digital y física.
Daniel asintió, preocupado pero determinado.
—Emma, yo me encargaré de la seguridad digital y física. Nadie va a interferir mientras estemos juntos.
Emma sintió un alivio profundo. Por primera vez en años, entendía que podía enfrentar amenazas sin perder la calma, gracias al apoyo de Daniel y de su equipo de aliados.
Una decisión arriesgada
Esa tarde, Emma recibió una invitación para participar en un programa internacional de entrevistas en vivo sobre su investigación. Era la oportunidad de amplificar su voz, pero también exponerse públicamente a represalias.
Se sentó frente a Daniel y le explicó la situación.
—Es arriesgado, pero si quiero que el mensaje llegue más lejos, debo hacerlo.
Daniel la miró con seriedad.
—Si decides ir, iré contigo. No solo como apoyo, sino para asegurarme de que nada te ponga en peligro.
Emma sonrió, sintiendo que podía confiar plenamente en él.
—Entonces, vamos. Es hora de enfrentar esto de frente.
Preparativos para la transmisión
Durante los días siguientes, Emma y Daniel trabajaron junto a Isabel para preparar la entrevista. Cada pregunta potencial, cada dato a destacar, cada posible intento de desestabilizarla fue anticipado y planificado.
La noche anterior a la transmisión, Emma escribió en su diario:
"Mañana será un día decisivo. No solo por mi carrera, sino por demostrar que el miedo no puede silenciar la verdad. Estoy lista para esto. Con Daniel a mi lado, nada es imposible."
Un acto de valentía
El día de la transmisión, Emma se presentó en el estudio con confianza. Daniel estaba a su lado, sosteniendo su mano como recordatorio de que no estaba sola. Cada mirada del público, cada cámara, cada pregunta difícil era un desafío, pero también una oportunidad de mostrar su fortaleza y profesionalismo.
Durante la entrevista, Emma explicó la magnitud del caso, presentó pruebas y testimonios, y respondió con claridad y seguridad a todas las preguntas. El público internacional quedó impresionado, y los intentos de desacreditarla se desvanecieron ante la contundencia de su trabajo.
Reflexión final del capítulo
Esa noche, después de regresar a casa, Emma se sentó frente a la ventana y observó la ciudad iluminada. Había enfrentado amenazas, sabotajes y presión mediática, y había salido adelante.
Daniel se sentó a su lado, tomando su mano.
—Hoy demostraste algo importante —dijo—. No solo eres valiente, sino que también eres imparable.
Emma apoyó la cabeza en su hombro, sintiendo que cada desafío la fortalecía.
—Sí —murmuró—. Y lo mejor es que no estoy sola. Nunca más lo estaré.
El peligro seguía existiendo, pero ahora Emma sabía que la combinación de valentía, estrategia y apoyo podía superar cualquier obstáculo.