Despues Del Final

18: Otro lugar

— ¿Estás seguro que no hay problema? —pregunto, luego que abre la puerta.

—No te preocupes —Stanley sonríe—. Mis abuelos ya están acostumbrados a que lleve chicas a mi habitación.

Ruedo los ojos. —Pensé que no eras así, pero lo acabas de admitir.

—Claro que vienen aquí —subimos las escaleras, según me dijo Stanley hoy sus abuelos fueron a un lugar junto con un familiar que pasó por ellos más temprano.

Así que estoy sola con él.

Mi mamá fue a comer con mi hermano y se encontraran después con papá, también llevaron a Callie.

Somos él y yo, entre ambas casas.

— ¿Ah, sí? —Pasamos a su habitación y enciende la luz—. ¿Seguro?

Miro hacia el conejo, está gastado pero sigue siendo adorable. Me pregunto porque es tan importante para él.

—No molestes a Bigotes —lo toma y lo coloca sobre el escritorio—. Ahora siéntate mientras me cambio, cierra los ojos.

Lo señalo. —No lo harás, me voy, me lanzo por la ventana si haces eso.

Suelta una carcajada, luego otra más. Había escuchado a Stanley reír varias veces, la mayoría son risas sarcásticas y burlonas pero esta vez, lo hace como aquel día cuando éramos niños.

Entorno mis ojos mientras él se mueve, acomodando un par de cosas. —Puedo imaginarte lanzándote de aquí, es algo que harías.

Sonrío, apretando mis labios. —Para huir de ti, sin duda.

Bufa. —Nadie en este planeta con dos ojos funcionales huiría de mí, pero tú lo haces —me mira por encima de su hombro—. Eres tan…

— ¿Inteligente? —completo.

Se gira, inclinando su rostro. —Eres tan diferente, tan diferente.

Mi corazón pega un salto pero, seguramente es solo por el calor. Hay calor, no por Stanley, sino porque realmente la temperatura no deja de subir. —Um, ¿Dónde la veremos?

—Aquí —afirma—. En mi televisión.

L que está frente a su cama. — ¿Aquí? Pero, abajo también hay otra.

Hace una mueca. —Sí pero allá abajo no conecta la aplicación donde la veremos, no te preocupes, me puedo sentar en la silla del escritorio o yo en la cama y tú en el suelo, como quieras.

Trago saliva. — ¿Esa es tu técnica con las otras chicas? ¿Mentirles sobre la aplicación?

Se acerca y se inclina para tomar mis muñecas, tira suavemente de mi para levantare. —Ven, vamos a comprobarlo, no te estoy mintiendo Lacey Masie.

Sí, es la temperatura.

—Ah, te creo —aclaro mi garganta—. Oye, ¿tienes aire acondicionado? ¿No sientes calor?

—Si —toma un control y lo enciende—. ¿Ahí está bien?

Se siente más fresco, pero mis mejillas siguen calientes. —Sí.

—Genial —sonríe—. Entonces, ¿Qué lugar escoges?

Por la ubicación de la tele, sentarme en el piso o en la silla no es la mejor opción pero, no quiero estar en su cama. —Um, bueno…

Suelta mis muñecas y se sube a su cama, empujando los zapatos fuera de sus pies con la ayuda de sus talones. Se sienta con la espalda en la cabecera y mueve una de las almohadas. —Puedes sentarte aquí si quieres.

Muerdo mi labio inferior mientras pienso en una mejor opción.

— ¿Quieres que me siente en el suelo? —pregunta y por el tono de su voz, lo dice enserio.

Junto mis cejas. — ¿Lo harías? —pruebo.

Se encoje de hombros y vuelve a moverse para salir pero, sé que no verá la pantalla en un buen ángulo así que, estúpidamente le digo: —Quédate.

Sonríe, con una ceja levantada. — ¿Eso quieres?

—No —contesto, moviéndome a su lado, el de la izquierda que dejó libre—. Pero no vas a ver bien.

Stanley asiente. —Que considerada, gracias Lacey Stacy.

—Shh —digo—. No hables en la película, odio eso.

Resopla. —Ni la he puesto.

Me encojo de hombros. Él se estira para tomar el control remoto y me pide que le pase su teléfono, me levanto de nuevo y lo tomo del escritorio. Me siento de nuevo mientras mi corazón golpea contra mi pecho.

Recuerdo una sola vez que vi una película con Corey, él no parecía muy interesado porque tomaba su teléfono ocasionalmente pero cada vez que lo descubría, me sonreía.

Suspiro, ¿Dónde estará Corey?

¿Qué rayos hago aquí mientras él no está conmigo?

Esto es una locura. Realmente no estoy en la casa de Stanley, en su cama, viendo películas de alienígenas, ¿verdad?

Pero… lo estoy.

Me siento un poco culpable aunque la realidad, es que esto no es necesariamente mi actividad favorita. Puede que Stanley no sea tan malo como creía pero sigue siendo molesto y preferiría estar con Corey que con él.

Finalmente reproduce la película y le sube volumen, yo me acomodo pero asegurándome de mantener distancia entre él y yo.

No ha pasado más de treinta minutos y ya estoy enganchada con esto. Es una película sobre una familia que vive en un lugar donde cultivan maíz y los seres de otro planeta han dejado mensajes en los maizales. La familia está compuesta por un hombre, una niña pequeña, su hermano un par de años mayor y el tío de ambos.

Muestra como seres extraños se pasean por el lugar y personas por todo el mundo reportan de casos similares. Al mismo tiempo cuenta la historia personal del señor, el padre de los niños. Él era un Padre de una iglesia pero su esposa murió en un accidente y eso lo hizo dudar de su fe, mostrándose agresivo cuando alguien lo llama “Padre”

La película si es de extraterrestres pero se enfoca en algo más, en las “señales” que ignoramos. Hay una conversación entre el tío y el señor donde básicamente dicen que a veces, suceden cosas que parecen terribles pero luego, nos damos cuenta que pudo ocurrir algo peor si eso no hubiera pasado y que hay dos tipos de personas, las que ignoran las señales o quienes ven las señales como algo enviado desde alguien más grande que todos.

Pero también hay mucho suspenso, te muestran pequeños momentos de los seres dejándote con tensión. Tú como ellos, quieres ver qué está pasando y quiénes son esos seres.

Hay una escena donde involucra un cuchillo que lo usan para ver a través del reflejo, es muy tensa.




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