Despues Del Final

38: Si lo veo otra vez

—Dime algo —pido.

Stanley se sienta a mi lado en el sofá de su casa. —Algo.

Chasqueo la lengua. —No eres gracioso —empujo su cuerpo con el mío—. Dime una cosa, ¿Puedo preguntarte?

Mientras que Shane está de nuevo con los abuelos de Stanley en la cocina, nosotros estamos en la sala. No solo ya me acostumbré a Stanley, sino también a su familia. Me llevaba bien con ellos pero ahora se siente como si fueran una parte muy importante.

—Si es una pregunta sobre tus labios y los míos, la respuesta es sí —contesta.

Suspiro. —Eres tan irritante —me acerco un poco más, su brazo y el mío están juntos—. ¿Puedo?

Asiente, sonriendo entretenido por sus bromas. —Lo que quieras.

—um, está bien si no quieres contestarme esto pero, ¿Por qué no hay fotografías de tu mamá? —bajo la voz.

No sé realmente que tan sensible es este tema para su familia, sé que no debe ser nada fácil pero no quiero incomodar a sus abuelos. Ellos son los padres del señor Hayes pero eso no significa que no sientan nada.

—Ah —se reacomoda en el sofá—. Um, bueno —hace una mueca—. Si tenemos fotografías pero, yo… lloraba mucho.

De nuevo, mi corazón se rompe. —Oh.

—Sí y mi papá me dijo que en esta nueva casa, no tendríamos las antiguas fotografías porque un día, colocaríamos nuevas —aclara su garganta—. Era una manera de darme esperanza y luego, pues, no las colocaron.

Suspiro. —Um, no creo que me hayas dicho su nombre, ¿Cuál es?

Sonríe de lado, aunque luciendo triste. —Arlene —parpadea rápidamente—. Arlene Callan.

—Su nombre es lindo —afirmo—. Stanley Callan, te queda bien.

Me mira y sonríe, pero esta vez, más tranquilo. —Eres la mejor.

Y es solo que, la manera en que Stanley me mira en momentos como este es cando mi corazón golpea contra mi pecho. No puedo desviar la mirada de su rostro, no puedo moverme y la piel de su brazo contra el mío, me pide que con mis dedos la toque.

Nunca creí que podría sentirme así por él. En realidad, nunca creí que podría sentirme así. Con Corey era diferente, era como escuchar tu canción favorita una y otra vez, pero con Stanley es como detenerse a escuchar esa canción que siempre la cambiabas y cuando te das cuenta, es tu nueva favorita.

Aun no sé dónde estoy parada sobre Corey, tampoco que se supone que haga con todo lo que Stanley me hace sentir pero sí sé que ambos están en mi corazón y puede que ninguno se quede u otro le gane terreno al otro, pero ahora mismo, no puedo negar que hay dos nombres en él.

— ¿Se van a besar? —Shane aparece detrás del sofá, parado donde estamos.

Me separo un poco. — ¿Qué?

Stanley sonríe. —Ojala fuera así, amigo.

—Cállate —digo, cruzándome de brazos.

Shane me mira y levanta las cejas. — ¿Tienes novio, Lacey? Le diré a papá.

—Dile —ruedo los ojos—. Si es Stanley llorará de alegría.

Abre sus ojos y su boca. —Espera, ¿si es tu novio entonces?

—No —digo yo. Stanley responde al mismo tiempo: —Sí.

— ¡Yo sabía que eran novios! —Shane celebra, como si fuera el acontecimiento del año.

— ¿Quién es novio de quién? —pregunta el abuelo de Stanley, entrando mientras sonríe.

Shane nos señala. —Ellos son novios.

—No es cierto —me levanto y suelto unas risas nerviosas—. Mi hermano es un poco, mentiroso.

Stanley se levanta también. —Si somos novios, ella me lo pidió primero, me llevó flores y hasta unos fuegos artificiales.

Su abuelo solo ríe. —Felicidades entonces.

—No somos… —me rindo—, ah, no importa.

Shane mira a Stanley. — ¿Vamos a jugar hoy también, verdad?

—Claro, eres mi cuñado, tengo que hacerte feliz —contesta.

Shane hace una mueca. — ¿Qué es cuñado?

Tomo su brazo y tiro de él para acercarlo al sofá, luego aprieto su mejilla derecha. —Nada, eres muy bebé para saber esas palabras.

—No soy un bebé —se queja, pero sonríe.

—Eres mi bebé —le digo—. Ven aquí, quiero darte besos y abrazos.

Arruga su nariz. —No, me voy a ayudar en la cocina mejor —corre para ir con la abuela de Stanley.

Su abuelo suelta más risas. —Ese niño es muy dulce, me recuerda a mi pequeño Stannie.

Stanley se acerca y lo toma de la mano. —Ya no soy tan pequeño.

—No —le da unas palmadas a su mano—. Eres un muchacho fuerte pero sigues siendo dulce.

Sonrío viendo esta escena. Stanley es tan unido a su familia que me hace sentir el corazón lleno pero cuando recuerdo la ausencia de su mamá, comienza a agrietarse.

Creo que Stanley oculta mucho todo lo que siente pero sus sonrisas son genuinas con sus abuelos, con su padre, sus tíos, Bastian y en ocasiones, lo veo también cuando está con mi familia.

Nunca he querido estar cerca de Stanley por su rostro, por su popularidad o por lo que consigue. En realidad, buscaba alejarme de él pero ahora, solo siento la necesidad de estar más y más cerca. No físicamente, de conocerlo y de hacerlo sentir seguro para que abra su corazón.

Pienso que, será tan difícil cuando nos vayamos a la universidad. Quizás podamos seguir en contacto pero, no será lo mismo.

Me pregunto si en el futuro, podrá abrirse con alguien. Si encontrará amigos con quien pueda confiar y contarles esta parte de su vida. Si volverá a colocar capas en su corazón y actuará como si nada estuviera mal.

— ¿Me acompañas? —me pregunta, acercándose.

Asiento, sin saber a dónde. Creo que no me importa, solo sé que ya confío en él.

Mira a su abuelo. —Ahora venimos, iremos a besarnos a mi habitación.

Ruedo los ojos. —Me quedo aquí entonces.

Su abuelo me mira divertido. —Tranquila Lacey, sabemos que Stannie es quien te persigue a ti.

—Ey —Stanley se queja—. Que malo abuelo, además yo no persigo a las chicas, ellas me persiguen a mí.

Empujo su brazo derecho. —Cállate y vamos a donde sea que quieres ir.

—Mi habitación —susurra, caminamos hasta las escaleras y cuando vamos por la mitad, me detiene—. Creo que si te he perseguido todo este tiempo.




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