Después del punto final

Epilogo

En el interior de Luz de Tinta. El espacio está lleno, pero no ruidoso. Hay lectores, colegas, editores. Algunos la conocen como la mujer que corregía historias de otros. Hoy la escucharán como autora.

Sofía está de pie frente al atril. Viste sencillo, pero elegante. No hay artificios. Solo presencia. Javier está sentado en primera fila, con Renata a su lado. No como protagonistas. Como testigos.

Sofía toma el micrófono. Respira hondo.
—Gracias por estar aquí. Esta historia que hoy presento no nació para ser publicada. Nació para sostenerme. Para entenderme. Para sanar.

Hace una pausa. Mira a Javier. Luego a Renata.
—Y luego entendí que no era solo mía. Que podía acompañar a otros. Que podía ser faro. Así que aquí está. No perfecta. Pero verdadera.

El público aplaude. No por cortesía. Por emoción.

Después de la presentación, Sofía firma ejemplares. Conversa con lectores. Recibe abrazos. Pero lo que más la conmueve es ver a Javier, esperándola sin prisa, con una sonrisa que no necesita palabras.

Renata se acerca.
—Hoy no solo publicaste una novela. Te publicaste a ti misma.

Sofía la abraza.
—Y lo hice desde el alma.

La presentación ha terminado. El salón se ha vaciado. Sofía y Javier han regresado a casa, aún con la emoción latiendo en la piel. Ella se ha quitado los zapatos, se ha recogido el cabello, y ahora está sentada en el sofá, con las piernas cruzadas y una copa de vino entre las manos.

Javier la observa desde la cocina. Luego se acerca. Se sienta a su lado. No dice nada de inmediato. Solo la mira. Como si necesitara memorizarla en ese instante.

—Estoy muy orgulloso de ti —dice, finalmente—. No solo por publicar. Por ser tan valiente. Por atreverte a ser escuchada.

Sofía lo mira. Sus ojos brillan.
—No fue fácil. Pero tú estuviste ahí. Y eso… lo cambió todo.

Javier toma su mano.
—Tu historia me tocó. Pero lo que más me conmovió fue ver cómo la escribiste. No desde el rencor. No desde la herida. Desde la verdad. Y ahora… desde el amor.

Sofía sonríe.
—Desde el amor…

Javier se inclina un poco más.
—Por eso quiero proponerte algo. Que el próximo libro lo escribamos juntos. No como terapia. Como celebración. De lo que somos. De lo que estamos construyendo. De lo que puede nacer cuando dos personas se eligen sin miedo.

Sofía lo observa. Hay sorpresa en su rostro. Pero también una ternura profunda.
—¿Juntos?

—Sí. Tú y yo. Desde este lugar. Desde este amor.

Sofía deja la copa. Se acerca. Apoya la frente en su pecho.
—Me encantaría.

Javier la rodea con los brazos.
—Entonces ya tenemos título.

Sofía ríe.
—¿Cuál?

Lo que se escribe cuando el alma ya no se esconde.

Ella lo besa. No como cierre. Como promesa.

Y en ese abrazo, en ese sofá, en esa noche que ya no duele, Sofía sabe que lo que viene no será perfecto. Pero será verdadero. Y compartido.

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Agradecimiento

Gracias por acompañarme en esta primera publicación.
Cada página fue escrita con dedicación y con el deseo de ofrecer una historia que conecte, emocione y deje huella.
Este libro marca el inicio de una nueva etapa, y me honra contar con lectores que deciden formar parte de ella.
Gracias por leer.




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