Capítulo 2: “Estúpido egocéntrico”
La mañana estaba lluviosa, el sonido de su celular lo tenía despierto desde muy temprano, al parecer en su empresa lo requerían a la brevedad.
─ ¿Qué sucede?-─preguntó una voz somnolienta.
─Nada, solo duérmete─ ordenó él mirando por la ventana hacia la fría mañana.
─ ¿Te iras verdad?
─ Ya sabes que sí.
─ Pero me dijiste que...
─Se lo que dije─ giró su cabeza y con risa burlona dijo─ puedes quedarte todo el día y disfrutar unas horas. El hotel es maravilloso.
─ Al diablo con tu sarcasmo─ dijo colérica ─ siempre es lo mismo contigo, me usas unas noches y luego te vas sin tener en cuenta mis sentimientos- se vistió rápidamente.
─Cariño, tranquilízate te arrugarás.
─Ésta es la última vez─ gritó desesperada.
─Todas dicen lo mismo ─dijo serio─.
─Maldito estúpido egocéntrico me las pagarás, ya lo verás.
Con una nueva amenaza de la dulce Mariana en sus labios, Pedro Rila se dirigió a Mercedes, su ciudad natal. Allí Pedro había quedado al mando de la empresa de su difunto padre, Carola su madre se vio imposibilitada de tomar el mando de la empresa que juntos fundaron, sumiéndose en una tristeza profunda. Pedro se vio abrumado no solo por la repentina perdida de su padre sino por su nula capacidad de ventas y administración de una empresa, pidió ayuda a sus seres más amados, en ese momento, sus amigos.
Aunque Pedro tenía las mejores intenciones cundo se puso al mando de la empresa él sabía que ese mundo no era para él, y dio rienda suelta a su tosca rebeldía que había controlado con la música, que ahora tenía más que prohibida en su vida. Él mismo lo había decidido así, él tenía vida más “social”, desde que su grupo musical había terminado, y a la música ya no la necesitaba, lo alejaba de la realidad, bueno al menos su madre se lo dijo hasta el cansancio y al final la semilla que planto en él tuvo fruto.
La realidad de la empresa era tan destroza como la vida actual de Pedro, estaba casi en banca rota y el socio que había comprado una parte del imperio Textil, nunca se tomaba la molestia de ir a ver cómo iba todo por allí, en realidad Pedro no lo culpaba, pues él si pudiera haría lo mismo.
Editado: 20.03.2019