Destello.

Desafio.

Los ancianos comenzaron a salir, desde la entrada de gran salón podían ver abrirse las puertas principales del pueblo, Silvano entraba primero junto con Astu, detrás de él Elaine acompañada de Bimori, al final venia Xan con Elicia, pero faltaba alguien, Sara, los ancianos tenían cara de asombro, a lo lejos, no podían percibir lo golpeado y cansados que estaban, no hasta que llegaron con ellos. 
A su llegada los recibían Yawri y Yatziri, estupefactos del cómo habían llegado, sobre todo preocupados por su hijo pequeño, aquella madre al ver a su hijo lo bajaba con cuidado del caballo, lo abrazaba y consolaba, le tocaba el rostro con ambas manos limpiando un par de lágrimas, lo cubría de nuevo en su manto; Xan al estar entre sus brazos le entregaba un bulto gris a su madre quien sin decir ni preguntar nada lo recibía y lo escondía a la vista de los demás. 
Se fueron acercando al gran salón, en donde los ancianos ya los esperaban ansiosos en la entrada. 
-¿Qué… qué pasó Silvano?- preguntaba Katari visiblemente angustiado. 
Silvano no dijo nada, solo quería llegar a casa y descansar, pero también sabía que necesitaba responder muchas preguntas. 
Todos entraron de nuevo al gran salón, Silvano y compañía se veían cansados y agobiados, no solo por el viaje. 
Yawri también quería entrar al recinto, pero lo detenían un par de guardias en la entrada. 
-¿Qué hacen?- preguntaba molesto. 
-Lo siento señor Yawri, por esta ocasión debe de disculparnos, Ikal nos ordenó que nadie más entrara- contestaba uno de ellos. 
-Son mis hijos los que están allá adentro, tengo que saber que paso- recriminada furioso. 
-Lo entiendo mi señor, pero deberá esperar a que salgan- ambos guardias se postraron frente a él impidiendo el paso. 
Yawri no dijo nada más, se dio media vuelta y se retiró enojado. 
Ya adentro del gran salón y antes de que los ancianos empezara a hacerles preguntas, Elaine y Silvano les empezaban a contar a detalle lo que habían pasado, la lamentable perdida que habían sufrido, como es que un solo Marfan los emboscó y casi acaba matándolos a todos; los presentes quedaban sorprendidos, aun mas cuando Silvano sacó de entre sus ropas el guante que poseía el Marfan; Eamon se acercó a verlo con más detalle. 
-¿Me permite verlo?- Eamon tomó entre sus manos ese guante -es… es del mismo material de los que traje, se lo tienen que llevar a mi padre- terminó de hablar el joven, devolviéndole el guante a Silvano. 
-¿De qué hablas?- preguntaba Silvano sorprendido. 
Eamon le empezó a contar a grandes rasgos lo que había presenciado en las minas, ahora los viajeros se veían más asustados y pensaban que había sido un milagro haber salido con vida de ahí. 
Astu y Bimori los observaban y escuchaban con atención, tenía que haber una forma de terminar con todo esto de forma de que no corriera demasiada sangre, ya habían perdido mucho y no querían perder aún más. 
-¿Hay algo más que necesiten contarnos?- preguntaba Ikal. 
-¿Qué más quieres saber? Eso es todo, no hay nada más que decir- respondía Silvano un poco alterado. 
-Mis señores, tal vez por la pesadez del viaje no pensamos con claridad, además de que ha sido un viaje largo y una perdida enorme- Elaine trataba de aligerar el ambiente. 
-Tienes razón, será mejor que se vayan a descansar, traten sus heridas, tenemos que estar alerta a cualquier cosa que pase en estos días, me alegra que hayan vuelto- Katari no podía contener su alegría al ver a su hijo con vida. 
-Gracias mi señor, eso haremos, con su permiso nos retiramos- Silvano al despedirse hacia una reverencia. 
Estaba por darse la vuelta, aliviados de que por fin descansarían, aunque el ambiente era tenso al llegar, no le tomaron mucha importancia y decidieron ignorarlo por completo, desafortunadamente uno de los ancianos no estaba muy conforme con algo. 
-Está claro que necesitan descansar, créanme que lo entiendo, pero antes de todo, notamos que Xan traía algo, un bulto que le entrego a Yatziri al entrar al pueblo, Xan ¿Podrías decirnos que es?- Ikal se había percatado de eso y no lo iba a dejar pasar de largo. 
Xan empezó a temblar de miedo, no tenía idea de cómo empezar a hablar, sabía que de una u otra forma asesinarían al cachorro sin importar que les contara, los ancianos no aceptarían tener a un lobo en el pueblo. 
-M… mi señor, yo… - Xan tartamudeaba, giraba la cabeza en todas las direcciones tratando de evadir la pregunta que le habían hecho, pero antes de que prosiguiera a hablar, Astu se colocaba en frente de él haciéndole una seña para que no digiera nada. 
-¿Eso importa ahora?- en su voz se notaba rabia -hay cosas más importantes que tratar, han muerto personas, hemos perdido ¿No lo entienden? tenemos que lidiar con cosas que están más allá de nuestra comprensión y a ustedes ¿Les importa más que es lo que trajo Xan entre unos trapos sucios?- en cada palabra que daba Astu se acercaba más al centro del salón, sus pasos eran firmes, resonaban en cada pisada. 
Los ancianos no estaban acostumbrados a que alguien más les hablara de esa manera, mucho menos un niño que prácticamente no era de su pueblo, se mostraban estupefactos ante aquella exhibición de coraje por parte del chico. Voltearon a ver a Bimori, esperando que hiciera algo al respecto, sabían que ella podría hacer callar al chico. 
-Esta vez estoy de acuerdo con Astu, no entiendo su obsesión con algo tan pequeño cuando allá afuera se está creando una tormenta- les contestaba Bimori al sentir sus miradas -primero que nada creo que nos merecemos un descanso, después contestaremos todas las preguntas que quieran. 
Ahora los ancianos estaban más asombrados que antes, no esperaban que la niña les contestara de esa manera. 
-Creo que los niños tiene razón compañeros, tenemos que enfocarnos en lo que está pasando allá afuera, después veremos lo de Xan- Itzae casi no se aventuraba a hablar, pero en esta ocasión los hizo cambiar de parecer, así logró que se cambiara el tema. 
-Están en lo correcto, vayan a descansar, en un par de días retomaremos este asunto- Katari les hacía una señal para que salieran lo antes posible de la residencia. 
Todos a excepción de Eamon y los ancianos empezaron a salir del gran salón, Astu y Bimori se quedaron un poco atrás, veían con algo de desprecio a los ancianos, sobre todo el chico, sentía que había algo mal en ellos, pero lo dejo pasar y se retiró. 
 
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.