Destello.

Confusión.

El ambiente era tenso, ninguna de las dos partes empezaba a hablar, los ancianos los veían con cierto descontento, el simple hecho de que el cachorro estuviera ahí, les provocaba incomodidad pero también se sentían asustados.

-Veo que no tienen  ganas de hablar, algo raro en ustedes, pero dada las circunstancias, comenzare yo- Astu en su desesperación ante aquel silencio bastante incómodo y previo a que empezaran a cuestionarlos, empezó a hablar.

-¿Qué haces?- le cuestionaba Xan susurrándole al oído.

-Amigo mío, entre más pronto salgamos de este asunto, más rápido saldremos de aquí, así que, déjame hablar.

-Él tiene razón Xan, déjalo hablar, veamos cómo se desenvuelve la situación- Bimori se acercaba a Xan.

-Muy bien, el tema a tratar aquí es solo en cuestión al cachorro, entonces déjenme decirles que nosotros nos haremos cargo de él, no deberá de ser una carga para ustedes, ya nos han contado que es posible que “cambie” pero para eso, creo tener una solución, la cual debe de estar en la mochila que nos dejó Sara, es una cura que debería de evitar que cambie y se vuelva agresivo, como lo ven en estos momentos es indefenso, así que les suplico que nos permitan investigar más a fondo como podríamos evitar los cambios- Astu se postraba frente a los ancianos.

Eamon y Silvano llegaron justo cuando terminaba de hablar Astu, se postraron en las puertas a esperar la resolución de los ancianos, aunque al ver sus rostros no era nada consolador esperar buenas noticias.

Los ancianos empezaron a hablar entre ellos en susurros, sin darle mucha importancia que los chicos estuvieran ahí. Cuando por fin terminaron de hablar, se dirigieron hacia ellos, se guardó un poco de silencio y empezaron con la resolución.

-Muy bien, está claro que nosotros no queremos a ese animal dentro del pueblo, así que tienen dos opciones, una es que la vida del cachorro termine aquí y dos, que Eamon se lo lleve lejos y lo deje abandonado a su suerte, ustedes deciden cuál de las dos- Ikal era hiriente en sus palabras.

-¿Por qué tengo que hacer yo eso? No me parece justo- Eamon se notaba molesto.

-Eres el más apto para hacerlo, además, es tu hermano el que ha traído al animal- le reprochaba Ikal.

Los chicos estaban asombrados con la decisión, tal vez ni siquiera los habían escuchado y razonado las opciones que les habían dado.

Xan se agachaba a acariciar al cachorro, se arrodillo a su lado, lo acariciaba y abrazaba demostrando a los ancianos que no era peligroso.

-¿Por qué hacer eso cuando les estamos dando mejores opciones? El animal no es peligroso, es tan solo un cachorro ¿Por qué no pueden entender esa parte? Vean al cachorro, está asustado, les tiene miedo- Astu hervía de ira, se notaba en sus ojos, en su hablar, no aceptaba ninguna de las dos opciones.

-Les tengo que decir una cosa, mis queridos ancianos- la voz tranquilizadora de Bimori empezó a calmar los ánimos -sabemos que tienen cosas que preguntarnos, creemos que somos importantes para ustedes de cierto modo ¿No es así?- Bimori lanzaba una mirada amenazadora a los ancianos -muy bien, si el cachorro se va, nosotros también, supongo que es algo que no quisieran que pasara ¿O sí? Más bien, yo les propongo algo, dejen al cachorro aquí, si algo llegara a pasar, yo misma asesino al cachorro, ya estamos siendo entrenados por Silvano, no creo que se me dificulte algo tan sencillo, después de  todo, sigue siendo un cachorro indefenso, nosotros de primera mano hemos visto lo que se tardan en transformarse, tal vez se les ha olvidado, no somos de este tiempo, muy bien…- la chica hacia una pausa para ver los rostros de los ancianos-  pasando eso, nos iremos tan lejos como sea posible- los ancianos quedaron asombrados ante tal decisión de Bimori.

Xan, por otro lado, quedó estupefacto, Bimori prácticamente estaba dando su vida a cambio de la del cachorro, lo hubiera esperado de Astu, que era más agresivo en su actuar, pero no de ella, se dio cuenta que no los conocía tan bien.

-No creo que eso sea posible mi niña, ustedes no tienen idea de lo que pasa cuando esos animales se convierten, no queremos arriesgar a todo el pueblo solo por un capricho de ustedes- Kunak hablaba despacio, pero de la misma forma que Ikal.

La atmosfera del lugar empezó a cambiar, una especie de neblina llenaba el lugar haciendo difícil el respirar, las velas que iluminaban el sitio se fueron apagando una tras otra. Los ancianos miraban en todas las direcciones, pero no encontraban el origen de dicha neblina, escucharon un gruñido proveniente del centro del salón, vieron a Xan agachado tratando de controlar al cachorro. El animal se había puesto en posición de ataque, tenía los pelos crispados en toda la columna, la cola se le había esponjado, los gruñidos se empezaron a hacer cada vez más intensos, el cachorro centraba su mirada en los ancianos.

Katari cambio su mirada hacia Astu, por fin había descubierto el origen de la extraña neblina, provenía del chico, o eso creía; él chico tenía la boca entre cerrada, se podía ver como salía vapor de su boca, su mirada asesina no dejaba de verlos, de lo tenso que estaba su cuerpo parecía que había crecido, se veía más fuerte, Katari no podía creer eso que presenciaban sus ojos.

Una voz espectral empezó a resonar en todo el salón, era Astu.

-Ustedes no tienen idea de lo que nosotros pasamos, aun a nuestra temprana edad, sabemos los riesgos que corremos, sabemos que son en extremo peligrosos, los vimos como asesinaban a cientos de personas frente a nuestros ojos, pero aun así, quiero creer en ellos, los animales son nobles, no matan por matar, solo lo hacen cuando lo necesitan, porque así debería de ser, no como nosotros, que arrasamos con todo a nuestro paso…- El chico calmó sus ímpetus de atacar a los ancianos, ya estaba decidido a hacerlo cuando sintió una mano cálida recorrer su hombro, Bimori se acercaba a él, y de esa forma se relajó y dejo de hablar.




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