Destello.

Recuerdos del pasado.

Astu y Bimori estaban en el solar detrás de la casa, llevaban consigo la mochila de viaje de Sara, en el pueblo no habían tenido la oportunidad de buscar más cosas, ahora con la calma momentánea, se aventuraban a hurgar a fondo lo que Sara llevaba consigo.

Colocaron un par de tablas para tapar el hueco del pozo y pusieron la mochila encima, después de eso empezaron a esparcir todo lo que pudieran encontrar ahí, Astu empezó a sacar varios frascos.

-Esa mujer y su fascinación con el café, pero bueno, mi papá también estaba igual- decía el niño en tono de broma y soltaba una carcajada.

-No te rías tan fuerte, no podrán oír- le recriminaba Bimori casi en un susurro, después de eso hizo a un lado al chico y comenzó ella a sacar las cosas.

-Ya, calma, de seguro han de pensar que estamos en casa de Xan, cuidando a su lobo mascota- el chico mantenía la calma a pesar de la situación.

Bimori empezó a buscar más adentro de la mochila, de pronto sacó la mano en un abrupto movimiento, notó que tenía una ligera herida en uno de los dedos.

-¿Qué pasó?- preguntaba el chico asustado.

-No es nada, algún frasco se ha roto, mas café a lo que veo- la niña sacaba los pedazos de vidrio, algunos manchados con su sangre.

Después sacó un pequeño cofre, tenía una rendija, donde podría caber una llave para poder abrirlo.

-Mira Astu ¿Ves eso? Busca algo para poder abrirlo- la niña ponía el cofre encima de las tablas.

Bimori empezó a mover la pequeña caja de madera, viendo si tenía algo más, ver donde pudo haber escondido Sara la llave, por fin, un compartimiento debajo del cofre, un botón a un lado, lo presiono y salió un algo entre ella, algo metálico brillaba.

-¡Astu, ven, lo encontré!- gritaba de emoción.

-¿Y tú me decías que no me riera tan fuerte?- recriminaba el chico.

Bimori solo lo miraba indiferente.

-¿Vemos que contiene esta caja?- Bimori estaba emocionada.

-Claro, dale, veamos que secretos escondía esa mujer, solo espero que no sea una receta de cappuccino secreta- Astu se veía igual de emocionado que Bimori.

La chica metió la llave en la hendidura, le daba vuelta y la caja se abría, los niños tragaban saliva, esperando ver algo emocionante dentro de ella, sus sonrisas se desvanecieron al ver una foto, era Sara con su joven prometido. Sara llevaba un vestido azul con puntos blancos, su pelo oscuro resaltaba en la foto, tan largo que sobrepasaba los hombros de la joven, al lado estaba John, con un traje militar y una boina roja, era de tez moreno claro, cabello castaño y unos hermosos ojos verdes, algo inusual, el joven al igual que Sara, tenía una sonrisa enorme en su rostro. Los niños bajaron la foto, despacio, sintieron de nuevo ese vacío en el corazón, Bimori no dejo caer la foto y la abrazo, le lloró de nuevo a Sara, Astu solo la consolaba poniéndole una mano en el hombro.

El niño vio algo más dentro de la caja, una pequeña nota con algunos dobleces, Astu la sacó, la desdobló y empezó a leer en un susurro, solo para que escuchara Bimori.

Hay algo que no les he contado a los niños, el día que aterrizamos, era de noche y un ser extraño nos atacó, por suerte llegaron a salvarnos Silvano y Yawri, después del ataque en donde Silvano casi pierde la vida,  llegó alguien más, un ser extraño lo salvó de morir ¿Pero cómo? ¿Cómo pudo hacerlo? Yo vi las heridas de Silvano, una extraña neblina oscura lo cubrió y tiempo después Silvano se levantó como si nada, pero había algo en ese ser, detuvo su camino en cuanto me vio y cuando se fue, regresó su mirada hacia mí, como si me conociera y me digiera adiós

-Ya sabemos que ese ser es el Guardián que todos admiran, pero ¿Qué tenía que ver con Sara?- Astu se preguntaba en voz alta.

-Tal vez le pareció atractiva, al final de cuentas el Guardián, es hombre y Sara, para ser sinceros era muy hermosa, pudo ser eso- contestaba Bimori secándose las lágrimas.

-Tal vez, no lo sé, hay algo extraño en todo esto, después lo veré con más detalle, por lo pronto veamos que contiene esa mochila- Astu tomaba la mochila y la bajaba al suelo para poder buscar mejor.

Bimori en lo que Astu buscaba en la mochila, sacaba más notas del cofre, nada relevante, algunas notas, mas apuntes, nada que les ayudara. Astu sacaba más frascos, el resto de vidrios, la linterna de mano, misma que se guardó en uno de los bolsillos, notó algo alargado, envuelto en un trapo rojo, lo sacó, desenvolvió el trapo, era un funda con una daga en su interior, corta, de apenas unos quince centímetros, en su mango estaban grabadas las iniciales de Sara y John.

-Esa daga se la regalo John a Sara antes de partir, fue como un recuerdo en caso de que alguno de los dos llegara a fallecer- decía Bimori.

-¿Cómo sabes eso?- preguntaba el chico extrañado.

-Aquí lo dice, en las notas de Sara, de algo sirve leer, deberías de aprender- Bimori le enseñaba la lengua a Astu.

-Deberías de saber, que yo era el más inteligente de mi clase, además mi papá me ponía a leer todos los días, se muchas cosas para mi temprana edad, te lo menciono, por si no te lo había dicho antes- el niño veía con recelo a Bimori.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.