Destello.

Abismo.

Pasados los días, Katari mandó llamar a una junta a Silvano, junto con Yawri y su hijo Eamon, les darían una respuesta a lo solicitado en la última reunión.

Silvano llegó temprano, encontró a los ancianos hablando dentro del gran salón, pero callaron cuando el arribo al lugar.

-Vamos ¿Por qué guardan silencio?- decía Silvano algo desilusionado.

-No es algo que debamos de tratar solo contigo Silvano, creo que eso lo debes de tener claro- Ikal se mostraba a la defensiva, no era inusual en él.

-Ya veo, tendré que esperar a los demás, Yawri al parecer ya está despierto, pronto estará aquí ¿Pero porque solo nosotros? Elaine quería acompañarme- Silvano se acercaba a los ancianos con paso lento.

-Debo decir Silvano, que ustedes son la cabeza de la familia, por eso solo ustedes deben de saber, ya cuando estén juntos le pueden informar a Elaine de lo que se habló aquí.

-Tal vez tengas razón, pero ella es mi esposa y lo que se tenga que decidir aquí, no es solo de mi incumbencia, Elaine tiene voz y voto, así que yo preferiría que ella estuviera aquí- Silvano se mostraba molesto al escuchar las palabras de Ikal, solo cruzo los brazos y lo miraba con desprecio.

-Tu mirada no me intimida Silvano, deberías de saberlo, yo te enseñe todo lo que sabes en cuestión de pelea, no tienes oportunidad de atacar- Era extraño que Ikal actuara así, pero debería de haber una razón.

Silvano bajó los brazos y cerró los puños, se notaba su coraje, estaba exaltado, quería encestarle un golpe en el rostro, sabía que lo estaban provocando y no caería en eso, tendría repercusiones, se tranquilizó y tomó aire.

Unas risas se escucharon atrás de Silvano, quien giro para ver quién era.

-Tal vez a él, pero ¿Qué te parece si me das esa misma oportunidad a mí?- Eamon entraba a paso lento por la puerta que había dejado abierta Silvano.

Yawri venia justo detrás de él, se llevaba una mano en la cara, avergonzado por la situación creada por su hijo.

-Tu, niño insolente, deberías de saber dónde es tu lugar- Ikal daba un golpe en la mesa, se mostraba molesto.

-Sera mejor que se tranquilicen, no estamos aquí para pelear entre nosotros- Katari trataba de tranquilizar la situación.

-Nuestro hermano tiene razón Ikal, deberías de relajarte- Hasen secundaba a Katari.

-Hijo mío, no molestes a los ancianos, venimos a hablar sobre otras cosas, acabemos con esto antes de que otra cosa pase ¿Quieres?- Yawri tomaba del brazo a Eamon, quien se relajaba con las palabras de su padre.

-Eso es niño, hazle caso a tu padre, terminemos con esto- Ikal se había calmado, podía sentir las pesadas miradas de los demás ancianos.

-Empecemos entonces- Katari era el primero en hablar -como sabrán, Eamon se llevara a los niños a entrenar, sé que es pasando las ruinas, que espero no pasen por ahí, sabes que hay en ese lugar ¿No es cierto?- El anciano se escuchaba firme en todo lo que decía.

-Claro que lo sé señores, tuve varios percances, infinidad de veces, nada de gravedad, uno que otro explorador que se aventuró de mas, aunque tengo algo que decirles- Eamon tomó una postura seria de pronto -la última vez que pase por las ruinas, casi no había Marfan custodiando el lugar, tal vez fue porque atacaron las minas y si hay menos, tal vez podría echar un vistazo ¿Qué opinan?- Eamon se mostraba seguro de sí mismo.

-No creo que sea bueno que pases por ese lugar, mucho menos con los niños a tu custodia- Ikal hablaba de nuevo.

-Nunca dije que llevaría a los niños ahí, hay un lugar seguro algo lejos de las ruinas, solo me tomaría una noche, no creo que me detecten- Eamon empezaba a subir el tono de su voz, no le había gustado la forma en que Ikal se dirigía a él.

-Creo que no has entendido bien lo que acabamos de decirte, ¡tienes prohibido ir a ese lugar!- Ikal alzo la voz, tensó todo su cuerpo por la ira que irradiaba.

-Hey anciano, tranquilo, tu musculatura no me impresiona, además ¿Qué tanto te preocupa que yo vaya a ese lugar? Dime, quiero escuchar esa respuesta- Eamon había inclinado un poco las piernas, como para atacar en caso de que Ikal lo hiciera también.

-¿Qué me debería de preocupar más que su seguridad? Tú estás loco niño, solo te estoy protegiendo- Ikal tembló un poco en su lugar.

Eamon notó algo en él y no le gustaba, sabía que escondía algo, pero necesitaba averiguar que era.

-Digamos que es verdad, sabes a la perfección que es difícil que me puedan atrapar, los Marfan no son tan rápidos como yo, incluso soy más rápido que tu- Eamon trataba de provocarlo para que dijera algo.

-No seas tan arrogante Eamon- Silvano se ponía a un lado de él.

-Así es hijo, relájate, tomemos esto con más calma- Yawri se colocaba al otro lado, en caso de que atacara, poderlo detener antes de que eso sucediera.

-Está bien, me calmare, no es bueno pelear entre nosotros, no debería de ser así.

-Estas en lo correcto Eamon, tenemos que centrarnos en lo que está pasando allá afuera, nosotros no somos el enemigo- Hasen hablaba despacio para calmar un poco más la situación.




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