Destello.

Guarida

Los niños se fueron perdiendo entre los arboles del bosque, para Astu y Bimori era la primera vez que pasaban por ese lugar, les parecía sorprendente la cantidad de flora que había, nunca habían visto algo igual en su mundo, tantos colores en un solo lugar, el suelo empezaba a cubrirse de la hojarasca vario color dejada caer por los árboles, dejando en cuenta que las estaciones climáticas no habían cambiado mucho.

-¡Mira Astu, está empezando el otoño!- Bimori tomaba algunas hojas del suelo y se las enseñaba a Astu.

-¿otoño?- pregunto Eamon confundido.

-Sí, en nuestro tiempo, así le llamábamos a las estaciones del año, primavera, verano, otoño e invierno, cada una duraba alrededor de noventa días…

-¿Cómo es eso?- Elicia preguntaba emocionada.

-Veamos, le primavera se le conoce como la época donde todo florece, las hojas empiezan a crecer en los árboles, se dice que en esa temporada del año nacen la mayoría de las crías de los animales.

Elicia y Xan solo escuchaban fascinados la historia de Astu, Eamon de igual manera aunque un poco más distante.

-El verano- continuaba Bimori -es la temporada con mayor calor, los días son más largos porque el Sol proporciona luz directa a la Tierra, a menudo las cultivos de maíz se cosechan al final del verano, por eso también nos dimos cuenta que esta por empezar el otoño, sus cultivos ya están maduros.

-Así es- decía Astu mientras esquivaba una rama en el suelo- ahora bien, el otoño es la estación del año en donde desciende la temperatura, las hojas de los árboles pierden su color verde y empiezan a caer, en esta época también muchas aves migran a lugares más cálidos, no me sorprendería ver una bandada de aves surcando los cielos.

-¿Y que hay con el invierno?- preguntaba Eamon mientras se detenía un momento para escuchar la respuesta de los chicos.

-Es una estación donde hace más frío, incluso cae nieve en algunas regiones, es algo magnifico ver caer nieve, los días son más cortos pues el Sol proporciona luz indirecta a la Tierra, ahora que lo mencionamos, creo que debimos de traer abrigos, pero creo que estaremos bien, también el frío afecta el comportamiento de los animales, algunos animales hibernan en el invierno- contestaba Bimori emocionada.

-Ya veo, no es muy común que caiga nieve, Kunak es el que nos contaba eso, el viene de una tierra distante, muy lejos de aquí, pero de igual manera hace mucho frio, vamos a tener que llegar con algunos amigos míos a que nos proporcionen abrigos- Eamon de nuevo comenzaba a caminar, dándole la espalda a los chicos.

-¿Amigos tuyos?- preguntaba Xan extrañado.

-Así es hermanito, aunque con ellos no será fácil entrar con tu pequeño amigo, pero yo los convenceré de que nos dejen pasar

-¿Por qué no será fácil?- Astu fijaba la mirada en Eamon.

-Relájate, no son peligrosos, solo que son muy temerosos, han sabido sobrevivir gracias a que siempre están ocultos, creo que ahí tenemos que llegar primero.

-¿Tienes muchos amigos, hermano?-

-No muchos, mis viajes no me dejan quedarme en un solo lugar, pero si considero amigo solo a una persona, solo espero que ella este bien…

-¡¿Ellaaa?!- preguntaban los cuatro chicos en unísono algo sorprendidos.

-¿Por qué la sorpresa?- Eamon reía -no es de sorprender, ella me ha salvado infinidad de veces en mis viajes, es como un ángel guardián, por lo menos para mí.

Todo fue silencio por un momento, los chicos estaban todavía sorprendidos, en especial Xan, el veía a su hermano como lo máximo, ahora enterarse que incluso él necesitaba de ayuda, era algo impactante.

-Eamon ¿Puedo hacerte una pregunta?- Bimori con algo de vergüenza en su voz se dirigía al joven.

-Si claro, lo que quieras, responderé en mis posibilidades.

-Está chica ¿Cómo la conociste?

-Fue en uno de mis viajes, era más joven, aunque eso es evidente- Eamon bromeaba un poco -un día llegué mal herido a un pequeño pueblo lejos de las ruinas, ella me acogió y me curo las heridas, casi nunca le veo el rostro, ni en general su cuerpo, siempre lo tiene cubierto por vendajes y guantes, usa una capucha y una máscara, así que me es difícil reconocerla

-Entonces ¿Cómo sabes que es ella y no el?- preguntaba Xan.

-Porque ella me lo dijo, además su voz es más aguda, y también una vez por un descuido la toque, pero la estaba protegiendo de unos Marfan que custodiaban la zona, era algo inevitable, todavía no me perdona que haya descubierto su pequeño secreto, pero fue bueno, después de eso pude ver su piel, su cabello ondulado que por lo general sobresale de la máscara, a donde vamos se supone que estará ella.

-Te creo- decía Xan clavándole la mirada.

-Esa es la verdad hermanito, créeme… - Eamon se detuvo en seco, haciéndoles una seña a los chicos para que se agacharan.

Los chicos hicieron caso y se agacharon esperando escuchar algo a lo lejos, pero solo podían escuchar el aire pasar por a través de los árboles haciendo crujir las ramas; Xan le cubría el hocico al cachorro para que no aullara o gruñera.




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