Destello Nocturno

Capítulo XXIV

«Que tus decisiones reflejen tus esperanzas, no tus miedos»  — Nelson Mandela.
 

🥀🥀🥀
 


Julietta.

Lo primero que visualicé fueron unos ojos verdosos observándome con sorpresa, pertenecían a una muchacha de cabellera dorada, quién se congeló en pleno acto de colocar un trapo húmedo en mi frente.

Era demasiado desorientador tener a una completa desconocida a una distancia tan abrumadora, los recuerdos de las sangrientas bestias, del sujeto llamado Karim y toda la sangre me hizo incorporarme lo antes posible. Lo busqué a los alrededores hasta encontrar su cuerpo inerte sobre una vieja manta con varios vendajes en su torso desnudo. Algunas manchas de sangre seca eran demasiado evidentes, sentí una terrible punzada en una de las piernas, también estaba vendada, pero la sangre comenzó a expandirse por esta.

—¡Oh no!, ha comenzado a sangrar de nuevo—tomó algunas cosas cerca de la salida de lo que parecía una cueva, cuando intentó acercarse no puedo evitar retroceder—. Tranquila, solo quiero ayudar.

No sabía nada de esa persona, tenía demasiadas cosas sin comprender respecto a los últimos acontecimientos antes de perder el conocimiento.

—¿Quién eres?

Aunque su aura no reflejaba ningún peligro, lo último que recordaba era haber tenido a la muerte delante. Quizás ella comprendía eso al darme una cálida sonrisa, pero antes de que pudiera responder, dos personas más aparecieron.

Me sentí acorralada por aquellos extraños, tomé la primera arma cercana, tratándose de una pesada espada.

—¿Quiénes son? —interrogué—¿Cómo llegamos aquí?

Empuñé el arma con todas mis fuerzas sin despegar la mirada en cada uno de ellos.

—Tranquila, nadie te hará daño—musitó el sujeto de cabello castaño con una apenas creciente barba.

Era detestable, no podía soportar desconfiar por el simple hecho de ignorar lo que les preguntaba. Apunté al hombre directamente y elevó ambas manos en rendición.

—No es lo que he preguntado.

Hubiera preferido hacer las cosas de otra manera, pero necesitaba respuestas a lo que había sucedido.

—Joan, su pierna ha comenzado a sangrar de nuevo—anunció la rubia, aunque era un detalle que empezaba a notar demasiado.

Él me observó con una mirada casi suplicante, intentando convencerme de ceder y bajar el arma.

—Maldición, son unos inútiles—musitó la tercera persona de cabello más oscuro antes de acercarse amenazante—. Ya te han dicho que no te haremos daño, así que baja esa oxidada espada y tranquilízate.

Sentí la mandíbula tensa, pero no podía quitarle la razón a sus palabras, aunque tampoco dejaría de bajar la guardia fácilmente. Tenía una mirada un poco más oscura que un marrón ordinario, y había un evidente indicio de desafío, tanto que, en un parpadeo, sacó un arma y me apuntó a la cabeza.

—Ahora baja esa jodida espada o te meteré un tiro.

Sentí la tensión en mis manos, pero no me permití retroceder. Aunque las opciones eras escasas y el entorno se había vuelto sofocante, traté de analizar todo. Si de alguna manera esquivaba el disparo y contraatacaba, las posibilidades de poner las cosas a mi favor eran casi nulas.

Solo había pedido respuestas, y por alguna razón no querían colaborar. Todos podían ser los rougarous que Denrek mencionó, bestias disfrazadas de humanos como él lo fue, o algo completamente diferente que ignoraba.

No podía quitárles el mérito de posiblemente salvarnos de alguna manera, después de todo, las heridas que portábamos habían sido tratadas. Aunque no era suficiente.

El interminable duelo de miradas logró desviarse cuando el sujeto, aún con la espada apuntando a su garganta, desvió el arma de la otra mujer.

—Bethany, tranquilízate— su voz era apacible, buscó contacto visual conmigo—. Imagino que batallar contra esos licántropos es la causa de tu inexplicable desconfianza, aun así, todo debemos tomar las cosas con calma y hablar de manera civilizada—volteó hacia sus dos acompañantes, principalmente a la morena que seguí con el arma en manos—. Mi nombre es Joan Hunter, la chica que se ha encargado de curarte es Harley Blake, y mi otra compañera es Bethany Tanner. Todos pertenecemos al escuadrón siete de recolectores, enviados por la fortaleza blanca en búsqueda de recursos para sustentar a la población entre las murallas.

Hablaban de la torre blanca, la misma a la que el escuadrón seis que dirigía Denrek pertenecía. La misma de la que Marco me había hablado con tanto anhelo de querer que conociera.

Bajé el arma, si no había engaño en sus palabras, ya tenía algunas respuestas.

—¿La torre blanca? —traté de asegurarme.

La mujer de ojos verdes se acercó cuidadosamente y me mostró los vendajes que utilizaría para atender la sangrante herida en mi pierna.

—¿Conoces el lugar?

Me mordí la lengua, no sabía hasta que punto sería prudente hablar de lo sucedido con el escuadrón seis. Pero, si no han reconocido a Denrek, lo mejor sería no mencionar lo ocurrido.

—No conozco el lugar, lo escuché en alguna parte, pero no creí que fuera verdad.

La de cabello claro me indicó de tomar asiento para poder tratar mejor la herida.

—Pues es verdad—habló Joan—. No tendremos problema en llevarlos, seguramente se han jugado la vida por años aquí afuera.

Había esperado que hiciera ese tipo de propuesta, pero no podía decidir inmediatamente, todavía había un camino que recorrer, y aunque nos hayan salvado la vida, también podría ser nuestra condena si se enteraban de lo que sucedió con uno de sus escuadrones.

—Sería más prudente que lo discuta con mi...acompañante cuando despierte.

—Seguro, aunque será la mejor decisión que pueden tomar—agregó—. Podrán vivir una vida más tranquila, e incluso formar parte de nuestro régimen colectivo.

—No las presiones—La mujer de ojos verdes, Harley, terminó de vendar mi pierna—. Puede que sea tan desorientador como para nosotros, dar con otras personas. Tampoco puedes creer todo lo que un extraño pueda decirte en el primer momento.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.