Desterrada

2. Vlad

Años más tarde...

— Hablaras o no— dije apuntándolo con la punta de mi espada.

— no— de un movimiento corte su cabeza.

— Dhalia— llame a la vampira— Busca si el omega tiene familia, y si es así encargate de asesinar a cada uno de ellos.

Los demás omegas se miraron entre ellos con asombro, habíamos logrado capturar a muchos guardias de la manada del alfa Adrian y el alfa Jasper.

Camine hasta posicionarme delante de la mujer, tome su mentón haciendo que me mirara. 

— Ya viste que sucedió cuando se negó a hablar, no tengo paciencia así que hablas o mueres. 

Tembló ante mis palabras, solté su mentón y mire a los demás.

— ¿Quien hablara?—pregunte con fuerza mientras los demás desterrados tenían atados a los omegas.

— y...yo— mire a un joven.

— ¿que no eres muy pequeño para ser guardia de la manada?—pregunte curiosa.

— Lo soy — levanto la mirada.

— Tus ojos...— eran de diferente tonalidad, esta característica la tenían los desterrados.

Me acuclille quedando delante del adolescente, un ojo era rojo y el otro negro.

— ¿Por qué un desterrado ayudaría a nuestros enemigos?— pregunte delicadamente.

— Nací siendo desterrado, mis padres lo eran y hace poco la líder de los cazadores, la Artemisa me encontró.

— ¿y diste tu ayuda?—asintió.

— okey... Ahora necesito que tomes una decisión, o mueres al ser nuestro enemigo, o vives para ser nuestro aliado— extendí los brazos enseñándoles a mi manada. 

— Soy un desterrado después de todo...— una sonrisa apareció en su rostro. 

— Desantenlo—ordene, Mila, una de las mejores guerreras lo desato, ella era mujer loba, la encontramos hace un año, estaba herida y a punto de morir, después de todo un lobo sin manada es un lobo muerto.

El chico se sobo sus muñecas y luego se levanto.

— Gracias señora, gracias por permitirme ser parte de los desterrados.

— ya eras uno. 

Mire a los demás.

— ¿quien hablara?—volví a preguntar.

— ¡no hablare ni delatar- —antes de que continuara camine hacia él dejando que mis garras perforaran su cuello hasta morir desangrado.

— No me vengan con su discurso—reí —  no hablare ni delatare a mi manada ¿enserio? ¡De no hacerlo porque estamos aquí!.

— tu... eres igual que la Loba— dijo la mujer.

La mire, la Loba era consideraba para todos como una salvadora, una mujer loba que no puede sacar a su loba, a pesar de eso puede sacar sus colmillos, garras, su velocidad y fuerza son asombrosas, y como olvidar su buen corazón.

— Puede que si, pero hay una gran diferencia. La loba mata a los desterrados, yo los salvo, Lily no es como yo.— si, conocía perfectamente a la loba pues a estado detrás de mí por años.

— Sueltanos.... Sueltanos antes de que ella venga— rodé los ojos e hice una seña a uno de los desterrados para que lo matara, cuando lo hizo tome la empuñadura de la espada.

— Por favor, me avergüenza ver como un par de omegas se aferran a la idea de que sus salvadoras vendra. Pero este no es terrenos de cazadores. Aquí solo yo puedo salvarlos.

Nadie hablo.

— matenlos— ordene, sangre empezó a exparcirse hasta quedar la mujer a la que anteriormente vi— ¿hablaras?

Asintió con miedo.

— Ariana Venandi piensa emboscarla en la cueva de las sombras, cuando cruce para ir a la manada de luna Creciente en busca de su hijo.

Así que Ariana se a enterado de que voy tras su hijo el cual es el futuro alfa.

— Okey, te dejare libre— La soltaron, ella se levanto y empezó a correr, levante la mano y uno de los vampiros corrió  para cazarla.

Me gire y el chico me vio.

— Dijiste que la dejarías libre...— me vio con miedo.

— lo hice, no hay libertad más grande que morir.

Empezamos a caminar a nuestro refugio, el niño a mi lado caminaba con la cabeza hacia abajo.

— levanta la cabeza, mira hacia al frente— ordene, lo mire de reojo, el chico caminaba cohibido— no te lastimaran en cuento seas leal a los tuyos.

— No pienso traicionarlos, sé que pertenezco aquí, lo sé desde que vi a los cazadores matar a mi madre por ser desterrada.

— ¿como sobreviviste tu solo?

— Matando, mi señora...

No seguí con las preguntas y al llegar a nuestro refugio entramos sin ser visto, nos movemos cada dos semanadas, aveces en el bosque, otras veces en cuevas o incluso entre los humanos, este último es mi lugar menos favorito.

Al entrar lo primer que vez son tiendas de acampar, niños corriendo que nacen desterrados, cuando sigues caminando vez a hombres entrenando al igual que las mujeres, y hasta al final hay una tienda que es más grande que las otras.

Hice una señal con las manos para que los desterrados se esparcieran quedando solo con el chico.

— vamos...— él me siguio y al abrir la tienda observe a Aura.— Tengo información.

— Nivarna, por fin vuelves— ella sonrió acercándose a mí, ante de que me abrazara me aparte.

— te e dicho muchas veces que odio tus muestras de afecto.

— Por la diosa Nivarna, me haces quedar mal ante nuestro invitado.

Ella le sonrió al chico cálidamente, esa sonrisa era tan falsa que ni el chico la creyó.

— ¿que hace un chico tan lindo por aquí?— rode los ojos.

— es un desterrado, deja de fingir y comportate— ella rio suavemente hasta que esa sonrisa tan delicada cambio para verme amenazante.

— No olvides tu posición—tome una manzana de la canasta.

— Soy más fuerte que tú, la que no debería olvidar su posición eres tú.

Ella volvió a ver al chico.

— ¿en donde lo encontraste?

— Estaba con un grupo de omegas, lo salve de ser discriminado. ¿Cuál es tu nombre?

— No tengo...— bajo la cabeza.

— bueno, tienes que ponerle un nombre al mocoso, ire por Zack para que sueltes la información—asentí mientras ella se iba.




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