Desterrada

5. Te encontré

Entramos hasta dar con una mansión, caminábamos atrás o sobre las casas para no llamar la atención de las personas de este lugar.

— mira ahí— dijo Cole señalándome un lugar.

— es un buen lugar y no hay nadie, en ese caso nos veremos ahí cuando acabe—dije.

A lo lejos mire una cueva, había muchas rocas y parecía que estaba en construcción porque había parales de madera sosteniendo una gran cantidad de rocas.

— ya sabes que hacer Cole—dije. 

El castillo estaba rodeado de guardias y cazadores, entrar por la entrada principal no era la mejor opción, mientras Cole entraba por el jardín ocultando  su olor con las plantas, Zack y yo entramos por una ventana abierta.

Cuando estuvimos adentro sentí el castillo temblar.

La ventana en la que entramos se cubrió con una especie de ramas prohibiendo salir a cualquier persona. 

El castillo estaba envuelto de ramas, nadie podría entrar ni salir, había una esencia en la mansión y suponía era la del alfa.

Recorrimos con la mirada la habitación en la que estábamos.

— Debe ser de la luna, la humana de quien tanto hablan—Dijo Zack, había noticias de que el alfa Adrián había encontrado a su mate y era una humana, tuvo tan mala suerte pues está destinado a alguien tan débil.

— Tiene surte de no estar aquí— salimos de la habitación observando el pasillo libre.

— Al parecer terminaron de entregar el libro.

Caminamos en silencio hasta llegar a una habitación, tome la perilla sintiendo el rastro de una esencia dulce.

— Nivarna...— me llamo Zack al verme dudosa, la esencia no era tan fuerte. 

Abrí la puerta buscando esa esencia, pero nada, como lo supuse. Debió ser el rastro de algún lobo. Camine a la siguiente habitación y antes de abrirla se abrió por alguien más. 

— Así que son usted- —antes de que hablara Zack corrió a él atrancándolo a la pared.

— se un alfa y no una niña— dijo Zack mientras yo entraba a la habitación, era una oficina, su oficina. 

Saque la daga de metal, el lobo empujo a Zack tirándolo por la venta y rompiendo las ramas de Cole, su fuerza era asombrosa, sus ojos se tornaron rojos e intento saltar a mí.

Lo esquive y me lance a él clavando la daga en su hombro

El grito mientras caía al suelo. 

— Plata pura—dije, mis manos siempre tenían guantes y eso me evitaba el dolor de tomar la daga.

— te matare— gruño sacando sus colmillos, su garra tomo mi cuello de manera rápida.

— ¡eso nunca!—dije con dificultad.

Tome su brazo con el que me sostenía y lo apreté insertando mis garras, él me soltó mientras sostenía su hombro presionando la herida.

Una herida hecho por plata, no sanara de manera rápida.

Volví a tomar mi daga y lo empuje hasta acorralarlo en la pared. Clave la daga en su pecho hasta que clavara en la pared, eso no lo detendría por mucho tiempo.

Camine a su escritorio, había un cuaderno con una V y una flecha atravesando la letra.

— Venandi...—dije.

— Tú... eres la desterrada que buscan. 

Me gire al verlo desangrar, volví a él lista para matarlo pero antes de poder hacerlo sentí ese aroma dulce volverse más fuerte. 

Mire las ramas de la ventana retirarse, no logre llegar al alfa. 

—  Mi beta ya viene —se quito la daga del pecho luciendo mejor. El hechizo de mi amigo no era solo un adorno, su poder quitaba la fuerza de las criaturas y se las entregaba a él o formaba parte del bosque.

Esa esencia antes de que llegara tome el cuaderno y salte por la ventana lista para la caída, antes de tocar el suelo alguien me sostuvo. 

— ¿señorita?— era un cazador.

— Te has ganado la vida— lo empuje poniéndome de pie y empece a correr.

— ¡Beta!—escuche el grito de los guardias, continué corriendo sin ese aroma dulce dejar de perseguirme.

Cuando estuve llegando al punto de encuentro entre a esa cueva.

— ¡es hora de irnos!—grito Cole.

Esto no era un túnel ni nada, era una especie de camino sin terminar, al llegar al otro lado del camino mire esos parales que sostenían las piedras. 

— ¡Zack!—grite lanzándole el libro.

— ¡Nivarna!—grito él de vuelta.

— ¡corran! — rompí el paral haciendo que todas las piedras cayeran bloqueando el camino.

— ¡Nivarna no!—me grito Cole.

Las piedras había caído bloqueando mi camino, me gire enfrentando a esa persona.

— Te encontré

 

 

¿Que les esta pareciendo esta historia? 

 

 

 




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