Pude matar a los guardias y salir tranquila, claro que el "pude" se fue al demonio cuando caí de pie en el suelo.
— ¡se encuentra bien!—grito la mujer.
— ¡lo estaré cuando mi pie golpee el rostro de Adrián! ¡ahora lánzala!— La mujer lanzo la ballesta y la atrape escapando de la mansión, ni siquiera eran los suficientemente buenos como para saber que huí.
Al salir todo era un desastre, Adrián era el peor de los alfas.
— ¡por favor no me haga daño— grito una mujer viéndome.
— ¿en donde está la luna?—pregunte.
— uno de los desterrados la tiene....
Mire sus ropas desgarradas, él estaba empezando.
— usa esto— dije entregándole una daga— eres bella y joven y si uno puso tus manos sobre ti... no dudes que te seguirá buscando.
— gra...gracias
Seguí mi camino y mire como los hombres luchaban y las mujeres huían, o al menos la mayoría.
Un desterrado vino en mi dirección pero antes de que llegara levante la ballesta disparando en su pie, él se quejo pero no intento continuar su camino.
— ¡estas de su lado!— grito su lobo.
— solo fue el pie, pude haber disparado en tu cabeza, no te quejes.
— ¡ayuda!
Me detuve al escuchar los gritos de niñas.
— ¡tráiganla!
Tu deber es la luna... Nadie más.
— ¡por favor ayúdenme!
Y si eran bastardos...
— ayúdala sabes que lo quieres...
Camine en dirección contraria a la que iba y volví a levantar la ballesta dando en el pecho del lobo más grande.
Este se giro a mí y al verme se sorprendió.
— Nivarna— dijo su lobo gruñendo en mi dirección.
— aleja tus asquerosas garras de la chica, o la siguiente flecha va — baje la ballesta apuntando sus partes.
— Atrás de ti...
Me gire y golpee la cabeza del lobo con la ballesta, antes de que reaccionara tome su cabello y golpee su cabeza en la pared dejando inconsciente.
— ¡a ella! ¡Danilo la quiere viva o muerta!
Los tres lobos se lanzaron a mí, tome la daga y me trepe sobre uno clavándosela en el cuello, uno de ellos me tomo por detrás clavando sus dientes en mi brazo.
Alce la daga y la clave en su hocico haciendo que me soltara.
El más grande dejo su forma de lobo y tomo mi muñeca en donde tenia la daga.
— siempre tan perversa...
— no me toques— gruñí tomando una de los dardos pequeños y clavándola en su hombro descubierto.
El cayo al suelo y yo levante mis armas, al tomar la ballesta la vi rota.
— tiene un cráneo muy duro— dije dejándola tirada.
Camine a la chica y le extendí mi mano.
— ¿ te lastimaron?—pregunte.
— no... Gracias a usted no...— dijo mirándome con agradecimiento.
— ah... bueno, sal de aquí antes de que despierten— me levante y salí de ese callejón buscando a la princesita.
Tenía que encontrar a Danilo si no quería que estas chicas fueran lastimadas.
Corrí y seguí la esencia nauseabunda que él desprendía ¿acaso yo olía así? Los desterrados solemos tener un olor caracterizador a los que pertenecen a una manada.
— ¡señorita!— me detuve al ver al guardia que había entrado a informar a Taylor.
— ¡en donde esta!— grite.
— ¡en el bosque, entrando a la frontera!
Seguí corriendo hasta llegar a un lugar más aislado en donde los guardias intentaban que los desterrados no entraran, pero eran más desterrados que guardias.
Al encontrar a Taylor la vi levantar la espada con una mano y Danilo tomarla y arrebatársela.
Corrí a ella y al llegar la empuje deteniendo al lobo de Danilo, mis dos manos sostenían su enorme hocico.
— Nivarna....— me llamo Taylor.
— Nivarna ¿desde hace cuanto que somos enemigos?— su vos gruesa se escucho
— No lo somos— negué.
— vine a salvarte ¿y así me agradeces?
Reí al mismo tiempo que mis pies perdían la fuerza y él daba un paso hacia adelante cerrando más su hocico.
— Yo no soy una princesa débil, que necesita ser salvada— dije viendo de reojo a Taylor.
— Saca tu fuerza...— pedí a esa voz que hay en mi cabeza.
Me impulse hacia adelante y aleje su hocico de mis manos, saque la daga al mismo tiempo que él se impulsaba para volver a clavar sus colmillos en mi piel. Lo esquive y tome fuertemente la daga, mire al suelo buscando algo más y lo único que vi fue esa espada.
Estaba lejos y lo más cercana a ella era Taylor, la mire y ella me vio confundida.
— cuando lleve tu cabeza ante todos los desterrados me temerán y no habrá nadie mejor que yo, incluso seré recompensando por la artemisa.
Volví a ver a Taylor y luego la espada, ella pareció reaccionar y asintió con la cabeza.
— okey, pero que quede muy claro que no somos enemigos— remarque.
Su lobo volvió a mí pero en lugar de irse directo salto sobre mi cuerpo atrapándome por sorpresa, sostuve la daga fuertemente y la clave en su pecho haciéndole una pequeña herida, su lobo lloro y sin alejarse de mí paso sus garras por mi hombro.
— ¡ah!— grite de dolor levantando mis pies hacia arriba y empujando a su lobo a un lado de mí.
Tome de mi bolsillo el otro sedante y se lo clave en el cuello levantándome rápidamente.
Sus garras dolían demasiado, mi vista empezó a hacerse borrosa y al bajar la mirada mire la blusa negra mojarse, estaba sangrando demasiado.
— Te hiciste débil, frágil ante ellos— volví mi vista a Danilo ahora en su forma humana.
— ni siquiera lo hago por ellos..— escupi mirando a Taylor.
Ella tomo la espada y la empujo lanzándolo hasta mis pies, estaba empezando a sentirme debil, con sueño.
— entonces déjame acabar con ella— Danilo se levanto y dio unos pasos hacia mí viendo la espada.
Sonreí con malicia y puse mi pie en la espada.