— ¿y como te llamas?—preguntó la princesa al niño quien comía con nosotros.
Él niño me vio e hizo que los demás igual.
— se llama Vladimir, así lo bautice— dije, él asintió y siguió comiendo.
— ¿de que manada eres?—preguntó nuevamente Taylor.
Y ahí fue en donde el niño miro con enojo a Adrián.
— omite esa pregunta, princesita.
— oh, okey. ¿como es tener de hermana a Nivarna?
Vaya pregunta. Vladimir me observo y todos nuevamente volvieron a verme.
— no contestare siempre por ti, responde—dije y él asintió.
— es genial, es fuerte y todos le temen.
Adrián rio.
— incluso el que ustedes dicen llamar alfa.— completo el niño
Adrián observo molesto al niño y la princesita le sonrió mientras Oliver reía.
— no es tan mal alfa, ¿te gusta la comida?
Él niño asintió.
— la cama ya fue preparada— dijo Refugio.
— gracias— agradeció la princesa.
— termine, muchas gracias— agradeció Vladimir.
— vamos, te llevare a la cama—dije extendiéndole mi mano.
— no pienses que por ser tu familia le daré un hogar aquí—dijo Adrián— no puedo permitir que otro más se quede.
— Adrián, no digas eso— regaño la princesita.
— Taylor tiene razón, es su hermano y debe quedarse— defendió Oliver.
Cuando el niño llego a mí sonreí.
— no te preocupes, entiendo tu posición, Adrián— dije subiendo las escaleras, al llegar a la habitación del niño cerré la puerta.
— báñate y cámbiate, dejaron ropa para ti, toma una mochila— ordene y él hizo lo que le dije.
Tome una hoja de papel y un lapicero.
Cole, Mila o Dhalia lo leerían, esto seria solo el inicio, nuestros planes no quedarían estancados y yo no permanecería siempre aquí.
La venganza apenas iniciaba, ni Oliver podría detenerme.
Termine de escribir la carta y tome la mochila que estaba en la cama, coloque un poco de ropa y luego vi al chico salir del baño.
— quiero que cuides esto y se lo entregues al primero que veas, Mila, Dhalia o Cole ¿entendido?—pregunte.
— si, yo lo entregare.
Alguien toco la puerta y yo metí la carta y escoda la mochila, abrí la puerta y Oliver era quien tocaba.
— ¿pasa algo?—pregunte.
— ¿no dormirás conmigo hoy?—preguntó viendo al niño detrás de mí.
— no puedo dejarlo.
— Hermana, tengo hambre—dijo Vladimir casi bostezando.
— baja, pide que te den un vaso de leche—dije sonriéndole.
Él me hizo caso y me dejo sola con Oliver, cerré la puerta de la habitación con nosotros afuera.
— es mi hermano, tiene muchas pesadillas y por hoy quiero cuidarlo— dije esperando a que me creyera.
Oliver sonrió y toco mi mejilla con delicadeza.
— ahora me doy cuenta lo buena y frágil que sueles ser cuando alguien te importa.
— tú también me importas— me acerque a él con la intención de besarle.
— y eso me hace muy feliz, tu hermano podrá quedarse, lo que Adrián dijo-
— lo que él dijo me tiene sin cuidado, yo veré como me las arreglo con mi hermano.
— Taylor también te apoya.
— solo necesito tu apoyo, el de los demás no me importa
— siempre lo ten-
— ¡ahh!— me separe de Oliver al escuchar un grito de Vladimir, empece a correr en dirección a él y al verlo estaba en el suelo quejándose y sosteniendo su pie.
— ¡Vladimir!—grite bajando las escaleras y haciendo a Adrián a un lado.
— Nivarna— se quejo intentando no llorar.
— ¿que sucedió?—susurre viendo su pie.
Él levanto la mirada y al seguirlo vi a Adrián.
Me levante y lo mire con enojo.
— ¿lo has empujado?—pregunte sin rodeos.
— ¿que? No— dijo negando— el niño intento volver a atacarme, yo sol-
— ¡es un niño!—grite— por dios Adrián, esto es injusto
— ¿Están bien?—preguntó Said entrando.
— ayúdame a llevarlo a su habitación— pedí.
Él asintió y Oliver empezó a regañar a Adrián, subí las escaleras junto con Said quien cargaba al niño.
— encárgate de acostarlo— pedí quedándome con Adrián.
— Oliver, déjame con Adrián por favor— pedí.
— no seri-
— déjala, no me importa— contesto Adrián, Oliver hizo caso omiso y nos dejo.
— él no tiene la culpa de ser desterrado— dije.
— todos la tienen, por algo lo son.
Sonreí de lado.
— somos tan iguales—él negó.
— no me compares, yo no vivo alimentándome del sufrimiento y la sangre de los demás.
— sin duda, los peores villanos son los que se ocultan tras el rostro de una buena persona. Pero sabes, entre villanos sabemos reconocernos.
Lo esquive y lo escuche reír.
Al entrar a la hitación observe a Said intentado aliviar el dolor del pequeño.
— dime que sucedió— pregunte al niño.
— él no es bueno—dijo con rabia— nos odia.
— son desterrados, es lo normal, pero eso no lo hace el villano— defendió Said.
— largo, no te quiero aquí— ordene— si eres igual que ellos.
— Nivarna... Te prometí cuidarte, eso haré.
— ¡lo haces para que no huya!—grite.
— Para ellos, así tiene que ser.
— ¿Aún me iré?—preguntó Vladimir.
— cállate— conteste.
— ¿como que irse?—preguntó Said.
— Él tiene que volver con los desterrados, como acabas de ver aquí corre peligro.
— me duele como para caminar— dijo Vladimir.
— yo los llevare— dijo Said— cargare al niño.
— ¿nos ayudaras?—pregunte cruzándome de brazos.
— lo haré.
— tres de la mañana—dije abriendo la puerta de la habitación.
Él asintió y salio mientras yo me acercaba a la cama.
— duerme— pedí acercándome a él.
Vladimir se recostó y yo lo cubrió con las sabanas, me senté en la silla al lado y poco a poco fui cerrando los ojos por el sueño.
***
— ¡mamá!— me levante de golpe observando al niño despierto, su respiración era rápido y su corazón golpeaba su pecho con fuerza, mire el reloj y eran las once de la noche.