Volví a los probadores y observe a Taylor salir.
— ¿como me veo?—preguntó.
— bellísima.— ella me miro sorprendida.
— has dicho algo lindo...
— llévalo y úsalo para tu aniversario.— el vestido era largo estilo princesa, sus mangas eran largas y lo que a Adrián no le gustaría era ver la espalda de su luna descubierta, pero Taylor no era una monja.
— lo haré pero... Escoge uno ¿te parece?
— no tengo din-
— yo pagare.
Ella volvió al vestidor y yo empece a buscar algo para mí. Me detuve al estar cerca de uno.
— ¿quiere probárselo?—preguntó.
— si— asentí.
La muchacha me guio a los probadores y cuando me lo coloque vi mi reflejo.
— le queda hermoso, hace que su mirada se resalte a un más.
— me lo llevo.
—¿no piensa salir para que su amiga vea?
— para nada—dije.
La mujer asintió y prosiguió a tomar el vestido.
Salí del probador y Taylor me espero emocionada, al verme salir frunció el ceño.
— ¿en donde está el vestido?
— en caja, ahora te toca pagar.
— pero quería verlo puesto en ti.
— y lo veras en tu aniversario.
Volvimos al auto y Said empezó el camino.
— sigo amando como te ves—dijo Taylor comiendo una granizada.
— deja de adularme tanto— me queje mirando por la ventana.
— Oliver no te lo dejara de decir.
Said estaciono afuera de la manada. Mire a Said por el retrovisor.
— ¿por qué te detienes?—pregunte.
— no siento la esencia de los guardias, ellos siempre nos reciben.
— deben saber que somos nosotros— dijo Taylor restándole importancia.
— no...—dijo él.— iré a revisar.
— te acom-
— quédense adentro— ordeno.
Le obedecí y lo observe salir del auto.
— dame mis armas— pedí a Taylor.
— no creo que sea nece-
— Taylor algo no anda bien.
— ¿Nivarna?—Taylor me vio— ¿tienes miedo?
— ¿que?
Ella tomo mi mano, estaba temblando.
Esto... Tome mi mano y la estire.
— solo fue...— ¿que me había pasado?
— ¡Nivarna!—grito Said. Ambas salimos corriendo a él, al llegar me agache a su altura.
— ¿que le paso?—pregunte observando al guardia casi muerto.
— están atacando la manada— contesto.
— hay que ayudar—dije, Said asintió.
— vamos— dijo Taylor.
— Said adelántate— dije, él asintió y yo mire a Taylor.— ve y quédate en el auto.
— no, quiero luchar con ustedes.
— aún no estas preparada.
— ¡no puedo quedarme sin hacer nada!
— ¡te quedaras en el auto y no harás nada! ¡Mi deber es protegerte y ahora lo haré! ¡está no es tu pelea!
— ¡es mi manada! Lograre mi objetivo...
— no pondré tu vida en riesgo, tu objetivo puede espe-
— quiero ser como ella— dijo viéndome— quiero ser como la artemisa.
Amplié los ojos sorprendida.
— ella es humana y a pesar de eso ha defendido a los lobos, quiero ser como ella.
— Estas loca...— susurre sonriendo— ella fue entrenada desde que nació
— no importa lo que digas, sé que lo lograre porque estoy siendo entrenada por ti, la única desterrada que Ariana no a logrado cazar.
— y eso es porque ella no sabe ni quien soy— dije— he vivido haciéndola creer que soy una persona diferente una tras otra... Ariana está cazando con los ojos vendados, yo no te dejare ir a la guerra con los ojos vendados.
— Nivarna... Déjame ir contigo, te prometo que si veo difícil la situación huiré.
— promételo— dije.
— lo prometo.
Asentí y proseguí a correr para llegar antes a la manada, Taylor me seguía por detrás, aún no podía mantener mi ritmo.
Al estar cerca tome lo primero que encontré, una daga.
— ¡ve y busca armas!—grite a Taylor.
— ¡si señora!
Me lance a un lobo y clave la daga en su cabeza para luego sacarla y dejar caer su cuerpo.
— señorita— dio la mujer a la que el lobo casi ataca— gracias.
— escóndete— dije volviendo a correr.
Un lobo se acerco a mí y antes de que llegara corrí con más velocidad y en el último momento me tire arrastrándome en el suelo. Mis piernas se habían raspado pero aún conservaba la daga.
— Nivarna— dijo el lobo en mi mente.
— lo lamento— dije.
— ahora somos rivales...
— solo por un tiempo más— dije al lobo.
Había demasiados desterrados, lo malo era que este parecía ser un grupo que si me agradaba.
El lobo volvió a su forma humana.
— Theo...—lo llame.
— mi desterrada favorita...
— ¿en donde esta tu líder?
— con el alfa de esta manada.
— ¿indicaciones?
— delante de la casa del alfa...
— Gracias por las indicaciones— Said apareció detrás de él rompiendo su cuello.
— toma— dijo lanzándome una espada.
— estúpidos shorts— me queje.
— sigues luciendo hermosa.
Me di la vuelta.
— no necesito verme hermosa, sino poderosa.
Camine a la mansión, al estar cerca observe a Soren, el desterrado más viejo.
— ¡suéltala!—grito Adrián a Soren.
Oh bueno, había llegado tarde, ahora la princesita estaba en riesgo y el príncipe no podía hacer nada.
— Ahora te tengo en donde te quería— dio Soren burlón.
No me acerque a la escena y retrocedí, mire a los desterrados caídos y tome la chaqueta de uno, me la coloque y me introduje en el bosque hasta quedar detrás de Soren.
Tome la espada y me lance hacia él.
Soren soltó a Taylor y esquivo mi ataque poniendo su brazo.
— querida...—dijo viéndome a los ojos.
— Soren— lo llame.
Él me empujo.
— no debes meterte, tomare la manada y te dejare libre, no te amenazaran más.
¿él que cree yo estoy prisionera? Reí al escucharlo.
— Soren, estoy aquí a voluntad— dije tomando la empuñadura— su rostro se frunció— no lucho para que no me maten, lucho para que no los mates a ellos...