— ¡con más velocidad!—dije a Taylor esquivando la espada.
— ¡ah!— antes de que me tocara levante la mía bloqueando su golpe.
— ¡esto no es suficiente!— gruñí empujándola, ella cayó al suelo cansada.
— Estoy cansada.... No puedo seguirte el ritmo— dijo agotada.
Tire la espada clavándola en el suelo, me acuclille delante de ella.
— no podrás decirle eso a tus enemigos, cinco minutos y seguimos, la espada no es lo tuyo.
Me levante y empece a caminar a la mansión, me acerque a la cocina y me serví agua.
— y en una semana todo estará listo— escuche a los dos hablar.
— ¿la ocultaremos?— tome todo el agua del vaso y me acerque a escuchar.
— la artemisa ni siquiera la conoce— contesto Oliver.
— en eso tienes razón, pero la loba la ha sentido, su olor será reconocible.
Mierda... Él tenia razón, la loba conocía mi esencia.
— y Nivarna— me tense al escuchar a Adrián— deja de escuchar detrás de las paredes.
Reí y salí dándoles la cara.
— que hables demasiado fuerte y pueda escucharte no es mi problema— conteste.
— ¿la loba conoce tu esencia?—preguntó.
— si, ella es la que más cerca ha estado de atraparme...
Corría por el bosque, había logrado acabar con toda una familia de lobos y a la defensora de los buenos no le gusto.
— ¡Dhalia no te detengas!—grite detrás de ella.
— ¡sigues sangrando!— respondió.
Y era cierto, me confíe demasiado, jamás creí que la que iría por mí seria la misma líder de los cazadores.
Mis sentidos se agudizaron.
— ¡no!—grite esquivando otra flecha que paso cerca de mi cabeza.— ¡esta loca!—grite.
Estúpida cazadora. Estúpida loba, estúpido alfa.
Eran demasiados molestos.
Otra flecha...
La esquive cayendo al suelo, rodé protegiendo mi rostro y me levante agitada, tenia que seguir. Baje la mirada al suelo y observe sangre.... mi sangre.
Me estaban siguiendo por mi esencia, si la loba venía con la artemisa ellas estaban trabajando juntas.
Reí.
— creo que ahora unen fuerzas.
Cubrí mi herida rápidamente y me quite la blusa dejando rastros de sangre en ella.
Tire mi blusa al barranco y continúe corriendo, de no ser porque encontré un charco con el cual me embarre, seria historia.
— ¿tienes alguna idea para ocultarlo?— pregunte.
— yo tengo una— dijo Oliver sonrojado.
Mire a Adrián confundido, este me vio igual y luego de un rato entendí.
Puse la palma de mi mano en mi cuello.
No...
— tiene que haber otra solución— dije negando.
— ¿no te parece la idea?—preguntó Oliver herido.
— claro que no— negué— no dejare que me marques...
— como quieres— dijo molesto y caminando al patio trasero.
Estaba por seguirlo pero Adrián me tomo del brazo.
— deja que Taylor se encargue.
— no puedo dejar que lo haga— dije a Adrián.
— ¿por qué?
— porque su vida se uniría a la mía, si llego a morir él lo hará conmigo—dije negando— y no dejare que a Oliver le pase nada malo.
— lo amas— dijo.
— más que a mi vida.
— alfa— Adrián me soltó.
— ¿dime?—preguntó al guardia.
— la luna de Luna nueva solicita su ayuda.
Luna Nueva...
El guardia le entrego una carta a Adrián y él la leyó rápidamente.
— ve por Oliver y Taylor— dijo Adrián al guardia.
Él camino a su oficina y yo lo seguí.
— ¿que pasa?—pregunte detrás de él.
— La luna Celia solicita mi presencia.
— ¿para que?—pregunte.
Entramos a su oficina.
— Suelo ayudarla con el entrenamiento de los guardias una semana pero ahora no quiero dejar mi manada, los ataques han aumentado
La puerta se abrió y entro Taylor y Oliver.
— Necesito que vayas a Luna Nueva y te encargues del entrenamiento— dijo Adrián a Oliver.
— Adrián, sabes que la luna de la manada Luna Nueva me odia.
¿que?
— lo sé pero no puedo dejar la manada— dijo Adrián — te dejaría a cargo, pero tú eres quien entrena a todos en la mayoría, no podría hacerlo yo solo.
— Y si te acompaño— me ofrecí— deja a Oliver a cargo de la manada y te acompañare
— no podrías entrenar-
— Nivarna es la más capacitada para entrenar— me defendió Taylor
Adrián miro a Oliver.
— ¿tienes algún problema si la llevo conmigo?—preguntó a Oliver.
— no— contesto frio.
— en ese caso partiremos hoy mismo— dijo Adrián viéndome.
Oliver salio de la oficina.
— tienes que hablar con él— dijo Taylor.
— ni que lo digas— dije siguiéndolo.
Oliver subía las escaleras y yo iba detrás de él.
Abrí la puerta de la habitación y él se giro molesto hacia mí, no me importo mucho y me lance sobre él tomando su rostro para besarle.
Oliver tomo mi cintura y de un jalón enrolle mis piernas en su cintura. Deje sus labios y me dirigí a su cuello dejando pequeños besos que hacían que su cuerpo se estremeciera.
— no peleemos...— dije con voz dulce.
— no lo hagamos...— respondió con dificultad.
— son solo estupideces...
Lo arruine. Su cuerpo dejo de sentir placer para apartarme de él tarándome a la cama.
— para mí no son estupideces— dijo molesto.
Me apoye con mis manos en la cama viéndole molesta.
— no era para que me tiradas— dije de igual manera.
— será mejor que te aliste para ir con Adrián.
— Oliver— me levante de inmediato al ver que se iba.
Tome su brazo y él se aparto.
— no quiero hablar contigo ahora...
Oliver salio de la habitación azotando la puerta, en mi garganta había quedado un nudo molesto y mi corazón había
Había dolido.