Desterrada

31. Fuego

Taylor

— Refugio— la llame mirando la fruta y lo poco que me quedaba— ¿crees que haya más?—pregunte hambrienta.

— lo hay señorita— dijo sonriendo.

Ella tomo otro melón y empezó a pelar.

— prepárate, seguiremos entrenando— dijo Nivarna apareciendo en la cocina.

— ¿como estuvo todo ayer?—pregunte.

— bien— dijo restándole importancia— se rápida princesita.

Salio de la cocina apresurada.

— ¿cuando aprenderá a llamarme por mi nombre?—pregunte indignada.

Refugio rio.

— no le diga que le conté pero cuando la conocí me dijo algo.

— ¿que?—pregunte.

— que la llamaría luna o por su nombre cuando se ganara su respeto.

— que exigente— dije.

— Nivarna iguala el poder de un alfa, similar al de la loba o cazadora, véalo como algo positivo.

Tenía razón, Nivarna era una persona fuerte en todos los aspectos posibles. 

— si logro ganarme su respeto...

Valía demasiado, en verdad lo hacía. Nivarna era una chica dura, a la artemisa la llamaba por su nombre al igual que la loba, a Adrián al principio le faltaba al respeto más sin embargo con el tiempo fue llamándolo por su nombre.

Yo también me ganaría su respeto, le enseñaría lo poderosa que podía ser.

Toque mi viente.

— mamá le enseñara que es fuerte— dije acariciando mi plano vientre. 

— mamá debe entrenar ya, no tengo tu tiempo, pinkie pie— rodé os ojos al escucharla para luego levantarme y seguirla.

— ¿por qué tan amargada? Oh bueno, más de lo normal— pregunte. 

— nada...— dijo agachando la cabeza con preocupación.

Nivarna había cambiado tanto, antes no solía mostrar sus emociones, pero ahora lo hacía y sentía que era porque me estaba tomando confianza.

— vamos Nivarna, dime—dije poniéndome delante de ella.

— ¿no le dirás a nadie?—preguntó preocupada.

— te juro que no— prometí.

— vayamos a tu habitación, no quiero que escuchen— pidió.

Asentí tomando su brazo hasta ir a mi habitación, al entrar cerré y ella se sentó en la cama, me acerque a ella y me senté delante de ella.

— dime que pasa...

— tengo miedo— dijo tragando fuerte— miedo de que crean que soy yo la que tomo a Layla, cuando no lo soy, la quiero y no podría hacerle daño— dijo con sus ojos cristalizados.

— tú no eres quien tomo a Layla, yo sé que no eres tú al igual que Adrián, ahora eres de esta manada.

— la artemisa no pensara eso...

— tendremos pruebas de que estuviste aquí.— dije sentándome a su lado— ella te vio aquí.

— les arruine la vida...— susurro temblorosa.

— para nada.— ella bajo su mirada a mi vientre.

— ¿cuando te enteraste?—preguntó.

— hace una semana— dije acariciando mi para nada abultado vientre.

— que maravilla— dijo sonriendo— por cierto ¿has visto a Adrián y Oliver? — preguntó.

— tuvieron que salir, encontraron tres guardias muertos en la frontera y según me dijeron estaban persiguiendo a un desterrado que llego a la ciudad.

Nivarna cubrió su boca asustada.

— eso podrían en riesgo a los lobos— dijo asustada.

— lo sé...

— la artemisa debería encargarse.

— ella está en busca de la hija de Celia, tiene tanto trabajo y Adrián como alfa debe ayudar.

— entiendo, ahora si, entrenemos un poco antes de que tu vientre crezca— indico Nivarna.

Y así lo hicimos, a pesar de no poder igualarla velocidad de Nivarna, sentía que podía seguirle el ritmo en cuento ella peleara conmigo con calma, sin buscar matarme.

— ¡suficiente!—grito esquivando mi puño el cual casi llegaba a su rostro, la observe y vi su sonrisa, algo en eso me dejo satisfecha pues sentía que estaba orgullosa de mí.

— Luna— un guardia apareció ante nosotros.

Taylor se giro y lo observo.

— dime — dije. 

— un niño desea ver a Nivarna, dice ser su hermano.

Mire a Nivarna y ella se apresuro a la puerta, la seguí y al estar en la puerta ella estaba de cuclillas acariciando al pequeño Vlad.

— ¿pero que le paso?—pregunte al ver al niño todo maltratado y con golpes.

— ayúdame....— pidió Nivarna al tiempo que el niño se desmayaba.

— cárguenlo y llévenlo a la habitación de NIvarna— ordene a un guardia.— Refugio, agua y vendas— pedí a la criada.

Todos asintieron mientras se llevaban al niño, Nivarna tenia pequeñas lágrimas en los ojos y no dejo al niño solo. 

Refugio y yo curábamos sus heridas mientras miraba a Nivarna a cada minuto, mordía sus uñas y pisaba hacia el suelo con la mirada perdida.

— listo, puedes retirarte— dije a Refugio.

Ella asintió dejándome sola con Nivarna.

— estará bien— le asegure acercándome a ella.

— no lo estará— respondió al mismo tiempo que la puerta de la habitación se abría.

— ¿como es que entro?—preguntó Adrián viendo al niño.

— ni se te ocurra lastimarlo— Nivarna me esquivo y se acerco al niño para protegerlo.

— no pienso hacerle nada— dijo Adrián entrando con Oliver detrás de él.

— sentimos la esencia de desterrado— dijo Oliver acercándose a Nivarna.

— ¿por qué lo lastimaron?—preguntó Adrián igual de confundido que yo.

— por mi culpa...— Nivarna miro a su hermano— querían matarlo, lo que harán conmigo...

Mire a Adrián con preocupación.

— tú puedes detenerlos— dijo Adrián.

Ella se levanto y negó.

— decidí ser parte de tu manada, protegerte, Adrián, he traicionado a los míos, la paga de mi traición es muerte.

— no digas eso— Nivarna hizo que Oliver la siguiera y tomara el rostro de ella entre sus manos.

— me mataran—Nivarna pareció derrumbarse en ese momento— serán ellos o la artemisa, mi cabeza ahora tiene un precio alto.

Apreté la mano de Adrián.

— Ellos vienen por mí...— dijo al mismo tiempo que Adrián me miraba con preocupación.




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